Capítulo 14

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Stefanía

Miércoles a la tarde

Cansada no sé si sería el término adecuado para describir mi situación en este momento, ya no quiero tener que lidiar con gente hipócrita y estúpida. Mi madre,por mala suerte, es una de ellas.

- Llegó el pago de tu tarjeta de este mes ¿Realmente era necesario otro refrigerador? - me dice desde el otro lado del teléfono intentando parecer severa -

- En realidad es uno muy chiquito, para mi habitación. Me da sed todas las noches y detesto tener que bajar las escaleras cada vez que eso pasa.

- Stefania estás gastando cada vez mas plata y no tenés limites, tu padre y yo nos esforzamos demasiado como para que no lo valores. - ¿Realmente me está haciendo este planteo? Ellos viven viajando, apenas llaman una vez a la semana y nunca se interesan por mi, lo menos que pueden hacer es dejarme gastar en lo que se me de la gana -

- Gabriela - puedo notar como chasquea la lengua, odia que la llame por su nombre en lugar de usar el término "mamá", pero ciertamente no la siento como tal - no es justo y lo sabés. Natacha se la pasa viajando por el mundo desde que terminó la secundaria y ustedes se lo viven festejando. - No tiene ni idea de qué responder. Ahí está: hipocresía -

- ¿Sabes qué Stefania? Podes hacer lo que quieras, gastá todo lo que puedas si eso te hace feliz, yo ya no pienso hablarte más respecto al tema - Me cuelga y sonrío en muestra de victoria. -

Me recuesto en mi ya ordenada cama, aburrida, sin planes para hoy y recién son las tres de la tarde. Pienso en lo que puedo hacer, el sábado ya fui a comprar ropa para Vera y también me compré yo, así que no tengo ganas de volver a hacerlo ya que me compré una gran cantidad; hay gente limpiando la pileta por lo que tampoco puedo nadar; y mis amigas están todas ocupadas. Como última opción decido agarrar el teléfono y mandar un mensaje.

Yo: ¿Podes en media hora?

Después de unos quince minutos llega su respuesta.

Idiota: Estoy en el gym, salgo en quince, me ducho y voy.

Lo leo y me frustra tener que esperarlo, ya estoy demasiado aburrida y todavía me quedan como cuarenta minutos sin saber que hacer. Bajo las escaleras y me tiro vagamente en el sillón del living con unas papas fritas y jugo de naranja a ver una pelicula en Netflix.

Una hora después el timbre suena y salgo a abrirle, su moto ya está estacionada en la vereda y me saluda. Tiene el pelo mojado por la ducha y esa estúpida y perfecta sonrisa de siempre.

- ¿Aburrida Emm? - Camino y él me sigue adentro -

- Algo así, estaba viendo una película y me quedé por la mitad, está buena, así que vas a tener que esperar a que termine. - Le anuncio indiferente -

- No hay problema, amo las películas ¿Cuál es? - se sienta a mi lado en el sillón tomando un puñado de papas -

- Río místico y callate - Se ríe muy divertido y pongo los ojos en blanco dándole play nuevamente -

Toda la película estuvo extrañamente callado, lo que me resulta reconfortante. Pero no puedo evitar reír por dentro al ver su cara de concentración y más aun de ver como se pone cuando comienzan a pasar los créditos.

- ¡¿Que?! ¡Eso para nada es un buen final! - Grita señalando la pantalla.-

- Claro que si lo es, que no terminen todos felices no significa que no sea un final espectacular - le respondo mientras levanto el copón ya vacío y ambos vasos de jugo para llevarlos a la cocina.-

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