Ramiro
Martes a la noche
Verla recostada sobre mí me hizo pensar en un montón de cosas, miles de pensamientos recorrían mi cabeza, millones de sentimientos me acorralaban cada vez que la veía sonreír y ella no se daba cuenta.
Nunca conocí a nadie igual, que un segundo pasara de ser total y completamente divertida, simpática y graciosa, para después convertirse en una nena a quien todos maltrataron y se siente inútil.
Cada vez que hablabamos profundamente, trataba de recordarle que para nada era una inútil, ella era fuerte y cada vez que la veía caer, pateaba el suelo con firmeza para levantarse, eso era lo que la hacía aun mas hermosa a mis ojos.
Olivia, una chica con un pelo tan rojo que prendía fuego a cualquiera que se le acercase, ojos tan verdes como un leopardo, nariz chiquita como la de un bebé y parecía que justo allí habían salpicado un pincel con pecas que recorrían su rostro haciéndola parecer aun mas linda.
Una belleza que no era para cualquiera, ella merecía alguien que sepa valorar todo de sí, y en cambio tenía al estúpido de Nacho que lo único que hacia era usarla cuando se le antojaba, haciéndola sentir como una basura, como si fuera inferior y lo peor, era que ella lo sentía así y se culpaba de todo.
Yo como un tonto todavía no puedo entender como no estoy haciendo lo imposible para que sea mía y en lugar de eso, pierdo el tiempo con otra chica que no me importa.
Es decir, Melisa era muy linda y cada vez que salíamos a algún lado la pasaba muy bien, pero eso no era suficiente, ella no era Olivia. Un mensaje de la primera enciende la luz de mi teléfono.Melisa: ¿Queres que hagamos algo hoy?
Lo pensé por unos minutos y después decido responderle que no puedo y seria mejor otro día, ella no parece molestarse por eso.
Ahí va otra de las cosas, yo se perfectamente que si le niego una salida a Oli me tira por la cabeza lo primero que tenga a mano y aun así de sólo pensarlo, una sonrisa se dibuja en mi rostro.Hace dos horas que internaron a Julieta y todavía nadie nos dice nada sobre ella, la mamá de Olivia casi se desmaya cuando nos dio la noticia y tuvimos que avisarle al resto de sus amigas, que excepto por Vera todas estaban en la misma sala de espera.
Malena con sus dos papás, nosotros con la mamá de Oli, quien consolaba a la mamá de Julieta y Stefania como siempre, sola.
Minutos después llega Vera, con los ojos inyectados de sangre como si hubiese estado llorando por horas, acompañada de un chico que parecía unos dos años mayor a todos nosotros y caminaba detrás de ella de una manera sobre protectora.
Ella camina hacia Stefania y parecen intercambiar algunas palabras que rebelan confusión y tristeza. Ambas se abrazan, pero la rubia se encuentra mas débil.
Siento como Olivia se mueve incomoda y se frota los ojos, también había estado llorando.- Me quede dormida- anuncia preocupada- ¿dijeron algo?
- No, pero calmate que no debe faltar poco- le digo acariciándole el pelo suavemente y su expresión cae.
Puedo escuchar la voz de mi papá en mi cabeza diciendo “¿Que estás esperando cagón? ¿Queres que venga otro y te la arrebate?”. Yo no quería eso y ella lo sabía. Hace dos horas se lo había dicho, que no me importa cuales sean las consecuencias, si tengo de dejar de hablar con Melisa o ser yo quien salga herido, pero quería intentarlo y tenia que recordárselo. Aunque éste no sea el momento.
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Destinados
Teen FictionAlgunas tienen mucho en común, otras muy poco. Algunas sufren mas, otras hacen sufrir. Algunas sienten, otras simplemente no parece que lo hagan... Vera, Malena, Julieta, Stefania y Olivia son cinco amigas con historias y maneras de ver la vida dife...