Malena
UN MES DESPUÉS...
Mi trabajo en la veterinaria va mejor que nunca, hago el horario de lunes a viernes desde las tres de la tarde hasta las ocho y me pagan por hora, a veces me llaman para que cubra otro horario y me fijo si puedo o no... Pero lo mejor de todo creo que me llevo perfectamente con Matías, quien me enseñó un montón de cosas desde que empezamos. Y con Joaquín diría que mi relación mejoró muchísimo a comparación de la primera semana. Como pensé, él solamente tiene un humor negro, pero no es malo. Ama a los animales, eso puedo notarlo desde lejos y cada vez que llegan algunos perros mal cuidados se molesta tanto que no tiene un poco de piedad con los dueños. En fin, se podría decir que me gusta tanto mi trabajo, que estamos a principios de mayo, hace mucho frío y de todas maneras ni me molesta tener que asistir a el ,al contrario de lo que me pasa con el colegio.
Llego y dentro ya están mis dos compañeros hablando de un partido de futbol del fin de semana, pongo los ojos en blanco y me saco el abrigo colgándolo al lado de la puerta, me dirijo hacia ellos y los saludo a ambos, pero no parecen prestarme mucha atención, por lo que espero que terminen su charla para hablar.
- ¿Muchos clientes hoy?
- No más de lo normal, Frida está en la parte de atrás. Llegó esta mañana- Me dice con dificultad Matías. Inmediatamente camino al sector de internaciones caninas y allí se encuentra la cocker anciana, tirada en el piso con la lengua arrastrando y el brazo vendado rodeando un tuvo que está conectado a una bolsa con suero. Nada me parte el corazón más que ver aquello. Le pertenece a una mujer de aproximadamente setenta años, viuda, sin hijos, lo único que tiene es a ésta perra y ya no le queda mucho de vida. Todos los sabemos.
- No creo que pase de esta noche- Escucho una voz triste desde el otro lado de la habitación. Joaquin está parado y cruzado de brazos, con la mirada un poco caída.
- ¿Y qué le vamos a decir a Norma?
- No podemos mentirle, ella tiene que saber.
- Frida... es lo único que tiene, se va a poner muy triste- Camina y se agacha junto a mí.
- No podemos evadir la verdad, tiene más de quince años y ya no soporta tantas cirugías.- Decido pararme y volver a mi puesto de trabajo sin decir otra cosa.
Hoy me toca actualizar los precios de todo, me va a llevar bastante tiempo, pero como no hay una gran cantidad de clientes Matias decide dictarme los nuevos números mientras yo les pongo la etiqueta y Joaquin atiende a las personas y sus mascotas.
Cuando no hay nadie, éste último nos avisa que sale por cinco minutos a comprar algo para tomar y galletitas, pero tarda más del doble de lo que dijo que tardaría.
- Pasaron como quince minutos ya- Le comento a Matías mirando el ventanal.- ¿No es que el kiosco queda en la esquina?
- Contrataron a una chica nueva esta semana- Lo dice como si eso explicara todo. Tiene sentido porque Joaquín siempre se hace el lindo con todas las chicas que vienen a la veterinaria, y esto la verdad no me sorprende para nada.
- Ahora entiendo todo- Ríe un poco nervioso ante mi comentario.
- Male, me había puesto a pensar en que desde que trabajas acá tenemos buena onda y desde que fuimos a andar en bici con tu hermano a la plaza, después no hicimos nada más- Parece muy nervioso ahora.
- ¿Tenías algo en mente?- Y justo cuando está por hablar y decir finalmente lo que quería la puerta se abre exageradamente y entra nuestro otro compañero con una sonrisa de oreja a oreja.
- No había muchas galletitas, así que tardé un rato en elegirlas ¿quieren?- Nos ofrece el paquete pero ambos negamos y él se va a sentar muy lejos de nosotros. Ahora Matías vuelve a hablar.

ESTÁS LEYENDO
Destinados
Teen FictionAlgunas tienen mucho en común, otras muy poco. Algunas sufren mas, otras hacen sufrir. Algunas sienten, otras simplemente no parece que lo hagan... Vera, Malena, Julieta, Stefania y Olivia son cinco amigas con historias y maneras de ver la vida dife...