Destinados

Capítulo 22

Olivia

Domingo a la noche

Hace un rato paró de llover y mi mamá aprovechó para llevar a Juli a su casa. Decidí no acompañarlas porque quiero darme un baño calentito antes de que esté la comida.
Creí que sería una tarde tranquila, pero al ver a mi amiga lastimada muchos sentimientos afloraron en mi. Angustia. Ira. Desesperación. El sentirme inútil.
Realmente no sé qué hacer. Me dijo que iba a esforzarse, pero ambas sabemos lo difícil que eso es.
Pienso que hablar con Malena sería una buena idea, así que le envío un whatsapp.

Yo: Estás?

Su última conexión fue hace unos cuarenta minutos, ruego porque no se haya ido a dormir temprano. Decido ir a bañarme mientras espero su respuesta.

Ya terminé de comer y Malena sigue sin responder. Tengo la cabeza a mil y sé que así no voy a poder dormir. Prendo un cigarrillo para calmar mis ansias y decido poner youtube desde la notebook para poder usar el celular. La primera canción que me aparece en el buscador es "diamonds" de Rihanna. Pongo reproducir y me recuesto.

Es el tercer cigarrillo y la quinta canción, y yo sigo pensando en Julieta. Se me pasó por la cabeza el hablarles a Vera y Stefanía, pero no creo que me sean de ayuda. Aunque me vendría bien hablar con quien sea ahora mismo.
Como si estuviera leyendo mis pensamientos, me llega un whatsapp. De Rama.

Rami: ¿Estás despierta?

Yo: Por desgracia, sí.

Rami: ¿Por qué ese ánimo?

Yo: No paro de pensar.

Rami: ¿En mí? Ya te dije que lo nuestro no puede ser.

Yo: Creí que fui yo la que dijo eso.

Rami: Auch. Eso dolió. ¿Querés venir a contarme o despejarte? Lo que te haga mejor.

Anoche a pesar de lo angustiada que estaba no le conté nada. Solo estuvo conmigo hasta que paré de llorar y lo convencí de que estaba bien.
No sé si contarle todo lo que pasa sería la mejor idea, pero realmente necesito el consejo de una persona. Y si es de alguien que lo mira desde afuera, mejor.

Yo: Me pongo las zapatillas y voy.

Al entrar a su casa soy absolutamente silenciosa, de verdad que no quiero tener un nuevo encuentro con su mamá.

- Tranquila, en esta casa todos duermen profundamente. No van a escuchar nada.

Sonrío y me relajo. Antes de subir a su habitación vamos a la cocina a buscar gaseosa y galletitas. Siempre que hablo mucho me da hambre, así que esto me viene bien.

Ya en su habitación me siento nuevamente tensa. Es raro pensar que hace unos días lo hicimos acá, en esta misma cama. Ni siquiera pensé en que tal vez me haya invitado para tener sexo. ¿Y si eso es lo que pretende? ¿Y si en realidad no quiere escucharme? Es decir, tuvo todo el día para hablarme y me habla a la noche, cuando su familia está dormida. Mierda. Que ingenua, ¿cómo no lo pensé?

- Hey, Oli. ¿Estás bien? - me observa preocupado - ponete cómoda - se sienta en la silla que está en el escritorio y me indica la cama - o si querés, cambiamos - dice viendo que me quedo en el lugar

Lo veo y pienso que no, que si bien no lo conozco mucho, Ramiro no es así. Él en verdad quiere escucharme. El día que lo hicimos, estaba hasta desconcertado. Y después, jamás pero jamás mencionó algo de lo ocurrido. Solo actuó como un amigo. Él es mi amigo. No me está usando.

Sonrío y me acerco a la cama. Me saco las zapatillas y me siento como chinita.

- ¿Te molesta que fume acá? - le pregunto. Antes no solía fumar seguido, pero estos últimos días se ve que estoy demasiado ansiosa y me dan más ganas.