Capítulo 2

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La mayoría de las personas podría imaginar lo lindo que es tener alguien con quien compartir los lindos momentos de la vida, tus errores y aciertos. Que tener novio a esta edad puede ser lo mejor que te puede pasar porque experimentan todo juntos. Pero les puedo asegurar que yo, siendo la única entre mis amigas que tiene un novio, también soy la que se lleva la peor parte por eso.

- ¿Me estás diciendo que después de quince días con tus amigos vas a pasar una noche más con ellos sabiendo que es nuestro último fin de semana libre? - intento no parecer alterada pero realmente toma todo de mi -

- No sé porque haces tanto drama si mañana a la mañana voy a estar ahí. Además, no es como si no nos fuésemos a ver en toda la semana. Relajate Olivia - dice de lo más despreocupado -

- ¡¿Te parece que estoy haciendo un drama?! ¿Sabes lo que a mi me parece? - ahora ya no intento parecer calmada, escucharlo hablar con tanta indiferencia me pone de los nervios - que estuviste quince días en la costa con tus amigos, quince días en los que apenas me hablaste. Y en ningún momento me quejé, a pesar de que me dolía, entendí que era tu momento con tus amigos. Y que quizás, unos días alejados iban a ser buenos para la relación. Pero el día en que volvés, me decís que te vas a quedar una noche más. Ignacio, me prometiste que íbamos a ir a esta fiesta. Además tus amigos también están invitados. Sabes que con el comienzo de las clases no vamos a tener todo el tiempo que quisieramos. Y para ser totalmente sincera, tampoco es mucho el tiempo que pasamos. Estoy harta. No mostras ni un mínimo interés en mi - noto como me tiembla la voz y hago un esfuerzo para que las lágrimas no salgan - quedate una noche más con tus amigos, pero mañana no te quiero ver acá - corto y de inmediato las lágrimas salen. Lo odio. Odio que me haga sentir así. Odio quebrarme de esta manera. Odio que sea así cuando le doy todo y más.
Decido darme una ducha para poder tranquilizarme y dejar de llorar.

El baño no sirvió de mucho, al contrario, fue peor. Lloré con tal intensidad que perdí la noción del tiempo. Supongo que habré estado una media hora porque cuando salí de la bañera, el agua estaba tan fría que tenía la piel de gallina. Me puse un short y una remera corta y caí sobre la cama, esperando dormir y no despertar hasta que todo sea mejor.

No puedo creer su frialdad. Dios mío. Soy su novia, se va quince días, apenas me habla y cuando por fin nos vamos a ver me cancela. Lo peor es que me dice dramática, como si no tuviera razones para enojarme. No puedo seguir con una persona así por mas que lo quiera. Todo este tiempo soporté sus comportamientos, pero ya no aguanto más.
Supongo que me lo tendría que haber visto venir, nuestra relación nunca fue como las otras. Nada de romance y esas cosas. Nunca me molestó porque entendía que así era él. No era demostrativo y no le iba lo cursi. Era afectuoso con otras cosas. Y eso me alcanzaba.

Cuando me levanto de la siesta me siento peor que antes. Y ahora agregale un dolor de cuerpo terrible. Miro el celular, ni señal de Ignacio. Lo odio. Pero odio más el haber deseado por un segundo que me hubiese escrito. Decido que no voy a pasar mi fin de semana de esta manera así que les escribo a las chicas en el grupo de whatsApp.

Yo: es muy tarde para querer ir a la fiesta?

En seguida veo que la primera en abrir el mensaje es Juli y estoy segura que ella va a estar feliz por eso, ama que nos juntemos la cinco y eso no pasa casi nunca.
Sin embargo pasan los minutos y es Verá quien responde, raro.

Ve: no!!!!! Vení a lo de Male que nos estamos preparando todavía.

Yo: agarro la ropa y voy.

Juli: una noche donde estamos todas.

Eso fue un poco más raro, ¿estará enojada conmigo? No sabría responder porque, pero el punto final en una oración es poco amigable para un grupo de amigas, y mucho más para alguien tan cariñosa como ella.
Bueno, quizás se le escapó. Yo y mis problemas de pensar demasiado en todo. Después me quejo de que me cataloguen como la histérica del grupo.

En el viaje a casa de Male, papá me preguntó si hoy volvía Nacho a La Plata y tomó todo de mi tragarme el nudo en la garganta y responderle que sí. Está claro que les voy a contar a él y a mamá, pero este no es el momento adecuado. Lo último que quiero hacer ahora es pensar en eso. Necesito que mis amigas me distraigan.
Así que cuando entro a la pieza de Male y veo a las tres enloquecidas probándose ropa y riendo, siento un gran alivio. Amigas. ¿Qué haría sin ellas?
Julieta es la primera que me ve y me sonríe de una manera muy fingida, definitivamente tendría que hablar con ella esta noche.

- ¡No puedo creer que viniste!- me dice Vera primera.

- Y yo no puedo creer que también salgas - digo y le doy mi mejor sonrisa a pesar de que sigo sorprendida -

- Finalmente podemos estar las cinco juntas. Como dijo Juli hoy.

- ¿Ah, si? Estaba distraída - me pongo a revolver mis maquillajes para que no se den cuenta y me empicen a hacer preguntas pero en cuanto subo la mirada, se están mirando con caras de preocupación. Al final, es Malena quien pregunta -

- ¿Y ahora, que fue lo que pasó?

- La verdad es que no tengo muchas ganas de hablar sobre eso. Solo les voy a decir que corté definitivamente con Ignacio. Pero no quiero nada de abrazos ni consuelos. Solo una buena noche con todas mis amigas. ¿Es mucho pedir?

- Para nada - dice Juli aún sin expresión en su rostro- y me acaricia el hombro.

Una vez que estamos listas decidimos llamar al remis. Mientras estamos esperando comienzo a romper mi propia regla para que esta noche no se arruine.

- Tengo condiciones con respecto a esta noche - espero a que todas me estén prestando atención para así continuar - una de ellas es nada de presentarme a chicos. Eso no me subiría el ánimo para nada. La segunda es que por favor no me dejen sola porque sería de verdad deprimente. Y la última es, no me dejen tomar mucho. Y si llego a esa lamentable condición saquenme el celular ¿Está claro?

- Clarísimo - dice Male - ahora apurense que llegó el remis. Vamos a nuestra noche exclusivamente de amigas.

Miro por la ventana durante todo el viaje, recordando mi primer encuentro con Ignacio y me pierdo una vez más en mis pensamientos...

DestinadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora