Stefanía
Viernes a la tarde
Vera estuvo tratando de insistir para que la invite a mi casa y así poder seguir evitando a Lisandro, no quería que eso pasara porque me interesa mi amiga, porque sé que aunque éste chico se equivocó, parece bueno, puedo notar que hay atracción de parte de ambos y ella necesita a estar con alguien así, a diferencia mía.
El justificativo que uso siempre, cuando me encuentro sola en mi enorme casa, donde todo lo que se escucha es el sonido de la película que estoy mirando según el humor del día y lo único que hay que limpiar siempre sea el vaso de gaseosa y el mismo tazón de papas fritas. Puede que ya ni me afecte estar sola, pero aunque esté rodeada de mil personas, ese sentimiento no se va a ir. Mientras tanto existen las distracciones.
Estoy caminando por los pasillos buscando algo que hacer, es extraño porque tengo todas las comodidades y lujos que uno podría querer, pero no hay nada que me apetezca hacer y recién son las dos de la tarde. El timbre suena y estoy demasiado informal como para que sean visitas, de todas maneras no podrían serlo. Estoy usando un corpiño y short deportivo, me siento Malena. Sin calzado me dirijo hacia la ventana y veo la moto negra estacionada, abro la puerta cruzada de brazos queriendo parecer enojada. Pero lo primero que recibo es un beso rápido en la boca y un chico moreno que me hace a un lado para entrar a mi casa. Me giro en su dirección. Eso fue muy raro.
- Yo no recuerdo haberte invitado - Cierro la puerta y él se recuesta cómodamente en mi sillón.
- Me invité solo - Sonríe como un nene inocente.
- ¿ Por qué?
- Bueno, digamos que hoy no estoy de humor para ir al gimnasio e imagine que vos no tenias nada interesante que hacer.
- ¿Así que pensas que soy una fracasada? - Le pregunto sentándome junto a sus pies.
- ¿Tenías planes?- Entrecierra los ojos como si leyera mi mente.
- Buen punto - Apoyo mi brazo en el sillón y relajo la cabeza sobre mi mano.
- ¿Comiste? - Mira la mesa detras del sillón como si notara que casi ni la uso.
- Algo - Miento
- Las papas fritas no cuentan
- Entonces no- Me dejo caer recostándome del otro lado del sillón y se levanta.
- Arriba, dale- Noto como tiende su brazo para ayudar a levantarme.
- ¿Qué?- Apoyo las manos detrás de mi cabeza levantando mi cuerpo a la mitad y mirándolo confundida.
- Vamos a comer algo, yo preparo todo - Suelto una carcajada sincera y el pone una expresión como si estuviera ofendido - ¿Pensás que no podría?
- Lo veo poco probable
- Lo voy a tomar como un reto, vos quedate, mejor. Yo voy a hacer todo y cuando intentes retractarte, vas a tener que pensar una forma para disculparte.
- ¿Y cómo sería eso?- Me muerdo el labio y él se acerca a mi rostro. Demasiado.
- No sé, tenes tiempo para pensarlo.- Se dirige a la cocina mientras yo pongo videos de Bruno Mars en la televisión.
- Por dios - Escucho desde el otro lado- ¿Vos también? Mi hermana se pasa escuchando esa canción. Ya me tiene harto.- Sonrío mientras subo el volumen y canto en voz baja.
Una media hora mas tarde, me doy cuenta que hace calor, por demás de lo que debería y ya casi empieza abril, tomo el control y enciendo el aire acondicionado notando que Franco ya se había ahorrado todo eso quitándose la remera. Solo podía observar la parte de atrás de su cuerpo, una muy trabajada espalda desnuda, un collar negro y jeans bajos que dejaban ver sus bóxers. Su cabeza gira y me ve allí, observándolo. Ríe presuntuoso.
ESTÁS LEYENDO
Destinados
Dla nastolatkówAlgunas tienen mucho en común, otras muy poco. Algunas sufren mas, otras hacen sufrir. Algunas sienten, otras simplemente no parece que lo hagan... Vera, Malena, Julieta, Stefania y Olivia son cinco amigas con historias y maneras de ver la vida dife...