Olivia
Es el cuarto mensaje de Nacho pidiéndome una última oportunidad para vernos una vez más y listo. Respondí solo dos y los demás solo decidí ignorarlos. Ahora tengo cosas más importantes en las cuales pensar.
Me levanto de la cama y abro la ventana para que se vaya el humo del cigarrillo, le doy una larga calada antes de observar la pantalla de mi teléfono, en la parte de acceso rápido para whatsapp. El único mensaje que me interesa leer es el de Ramiro, y todavía no contesta.
En toda la semana le pedí que nos juntaramos a charlar de nuestras cosas, estudiar, ir a pasear o lo que sea. Pero no paraba de cancelarme con excusas como "tengo que ir al gimnasio", o la que más me molestaba "me junto con Meli".
Una vez más el entro al perfil de Twitter de Melisa para ver lo último que había puesto, es una foto con un chico que la está rodeando con los brazos, dándole un beso en la mejilla y ella parece estar disfrutándolo. Acompañada de la descripción: "Linda tarde con un bombón".
Automáticamente después de leer eso, una parte de mí está feliz. Ahora tengo la excusa perfecta para decirle a Ramiro que ella sólo está jugando con él y está con otro chico. Él no va a soportar su mentira y va a dejar de hablarle.
Corro nuevamente hasta tener el teléfono en mis manos y decido mandarle un mensaje.
Yo: ¿Podes verme ahora?
Rami: Estoy llegando a casa.
Yo: Buenísimo ¿pasas por acá antes?
Me manda un emoticón guiñando un ojo y lo espero inquieta en el sillón. Mi mamá me observa divertida.
- ¿Qué te pasa hija?- Se ríe y la observo ansiosa.
- Estoy esperando a alguien.
- Si por ese alguien te referís a Ramiro, lo acabo de ver en el supermercado con su mamá.
- Si, hablo de él.
- ¿Vas a esperarlo vestida así?- Observo mi vestimenta, unas calzas de cómics viejas, remera holgada y garras rojas.
- Es Ramiro, ya es normal para él verme vestida como una vagabunda.
Tocan la puerta y salto rápidamente del sillón a abrirla. Él me observa y como predije, ni siquiera parece notar mi vestimenta de entre casa. Le agarro la mano empujándolo hacia adentro y apenas lo dejo saludar a mi mamá que lo arrastro a mi habitación.
- Bueno, ¿de que querías hablarme?- Se sienta en mi cama agarrando a mi osito de peluche como de costumbre.
Sin vacilación alguna, extiendo mi brazo para que agarre el teléfono y lo observe con sus propios ojos. Pero después de unos segundos de haberlo leído confundido, comienza a tener una mirada divertida, seguido de una inesperada carcajada.
Sin entender levanto ambas cejas y me cruzo de brazos esperando una explicación, como no llega decido hablar.
- Te está engañando y vos no paras de reírte.- Recupera la compostura finalmente y me observa.
- Es su hermano- sonríe divertido. Yo, muerta de la vergüenza me quedo anonadada, parada enfrente suyo, sin más que decir.
- Oli...- me dice posicionándose frente a mí con voz de pena, como si supiera que yo esperaba que ella esté con otro.
- Dejá Rami, podes irte a tu casa si querés.- Le digo pasando a su lado. Me saco las pantuflas y me meto dentro de la cama. El me observa con curiosidad y se sienta nuevamente, pero ésta vez enfrente mío y como un nene de nueve años.
- Olivia ¿qué te pasa?- pregunta serio acariciándome la mejilla con suavidad.
- Nada, yo simplemente quería asegurarme que estás con una buena chica.- Inclina la cabeza hacia un costado como si no me creyera pero finalmente asiente.
Sin decir alguna palabra más se levanta listo para irse y camina a la puerta, pero se detiene como si quisiera decir algo que está reteniendo hace mucho.
- ¿Es tan difícil admitir que estás celosa?- Levanto las cejas sorprendida pero enojada a la vez.
- ¿Celosa yo?- me destapo caminando hacia él. Enfrentándolo.
- Si, vos- me señala con el dedo y frunce el entrecejo como si estuviera comenzando a enojarse.
- Estas teniendo visiones.- camina rápido por la habitación muy molesto.
- Ay, ¡por favor Olivia! No vengas con pavadas, estoy seguro de que estabas contenta cuando viste esa foto.
- Ramiro ¿sabes qué es lo que me molesta? Que nunca, pero nunca tengas tiempo para mí. Cada vez que te digo que nos juntemos, pones alguna excusa. Si no querés verme más, decilo. Pero no me mientas.- suspira frustrado.
- ¿Te das cuenta? ¿Por qué no me decís lo que te pasa y listo? No tiene sentido ponerte toda histérica.
- ¿Histérica yo? ¿Por decirte la verdad?
- No, por dramatizar tanto algo tan simple. Quiero que me digas la verdad ¿a vos te pasa algo conmigo?
- Rami, entiendo si vos confundiste las cosas. Pero eso no me pasó a mí.- Le digo con simpleza y él tiene en su mirada una mezcla de enojo y decepción.
- Por lo menos yo puedo admitir algo. Vos, en cambio, intentas hacer cosas para que yo me enoje con Melisa haciéndome planteos inútiles de una nena de dos años. Quejándote porque ya no tengo tiempo para vos.
Mi teléfono empieza a sonar una y otra vez, pero no le presto atención. Llamadas y mensajes al parecer.
- ¿Soy infantil? Yo no soy la que no puede separar una amistad de algo tan simple como sexo.- coloca ambos brazos en su cintura y menea la cabeza hacia abajo.
- No entendes nada Oli.
- Explicame entonces- Ahora sí, desesperado se acerca aún más.
- Es que no es sólo eso para mí, yo te quiero de verdad. No soy un chico problemático que todo el tiempo quiere pelar y lo sabes, pero te juro que cada vez que veo a ese imbécil de tu ex novio tratándote como si fueras una basura, se me hierve la sangre. Y sí, sé que lo seguís viendo y me molesta muchísimo. Porque yo te respeto, soy todo lo que él no, y todavía no entiendo porqué lo seguís prefiriendo.- Sus manos están sujetándome el rostro por ambos lados mientras mi mirada se centra en el piso. Mi teléfono continúa sonando. - ¿Por qué no podés ni siquiera mirarme?
Me alejo un poco de él poniendo espacio entre nosotros. Realmente yo quiero a Ramiro, pero tengo tanto miedo de hacerlo sufrir que no quiero arriesgarme a que pase algo entre nosotros. Es demasiado bueno, y yo soy demasiado estúpida.
- Basta Rami, tenés que irte.
- No. Ahora no quiero irme nada, porque sé que a vos te pasa lo mismo. Quizás no de la misma manera que a mí, pero me querés . Y te prometo, te juro que si vos hoy me decís que sí estas dispuesta a estar conmigo, a mí no me importa más nadie. Me la juego por vos.- Lo miro impactada, decidiéndome si decirle que sí y que las cosas fluyan o volver a rechazarlo y que él sea feliz.
La puerta es abierta bruscamente de par en par por mi mamá, parada del otro lado. Tenía el teléfono en la mano y una mirada de desesperación, las lágrimas estabas a punto de salir. Corro a su lado inquieta.
- Mamá ¿qué pasó?- Ramiro está a mi lado con la misma cara de preocupación que yo.
- Ju...lie.. Julieta-
- ¡Mami!¿¡qué le pasó a Julieta?!

ESTÁS LEYENDO
Destinados
Fiksyen RemajaAlgunas tienen mucho en común, otras muy poco. Algunas sufren mas, otras hacen sufrir. Algunas sienten, otras simplemente no parece que lo hagan... Vera, Malena, Julieta, Stefania y Olivia son cinco amigas con historias y maneras de ver la vida dife...