Capítulo 34

15 0 0
                                        

Malena

Nunca voy a olvidarme de que por más que esté sonriendo, diciendo que ya supero todo y aún así no se le note, Julieta nunca va a estar bien. Porque, cada uno tiene sus propios demonios y aprende a vivir con ellos, pero ella es más vulnerable, demasiado sensible para esta vida, difícil de entender para alguien como yo o Stefanía, pero no para una persona tan empatica como Olivia.
  Es por eso que era la pelirroja a quien habíamos asignado para hablar de las cosas que solo ella podría entender y después decirnos como van las cosas, si deberíamos intervenir o no, porque Julieta después de habernos contado todo, ya no quería volver a abrirse de esa manera y eso era muy malo.

- ¿Eso complica más las cosas no?- Me dice un poco triste Matías.

- Totalmente, creo que este definitivamente es mi momento.

- Me apena que ya no puedas venir, pero lo entiendo y me pone muy feliz por vos Male.- estoy a punto de agradecerle cuando una voz nos interrumpe saliendo del depósito.

- ¿Qué es lo que te pone feliz?- Joaquín sonríe como un pequeño niño y me hace imitarlo.

- Me voy- le digo dejando flotar la intriga.

- ¿Te vas? ¿A dónde?- parece curioso.

- A Uruguay por el principio, después veremos si llegamos más lejos.- ahora si está totalmente confundido.

- Espera, no estoy entendiendo nada.

- Mi equipo de Voley ganó un campeonato importante este domingo y clasificamos a un torneo internacional.- sorprendido se acerca y me abraza fuertemente.

- ¿Al final ganaron? Felicidades Male, pero ¿eso significa que no vas a trabajar más?

- Por ahora si, el viaje es en un mes. Pero le estaba contando a Matías que los entrenamientos están cada vez ocupando más tiempo, puedo quedarme hasta este fin de semana.

- Bueno, como dijo Mati que bien por vos- intenta simpatizar pero no lo logra demasiado y finalmente sonríe excusándose con un trabajo para salir del local y se va.

- No parecía muy feliz- me dice Matías pensativo.

- ¿De que hablas?

- De lo que estoy hablando- lo empujó un poco y se ríe.

- Ya sabes lo que pienso de eso, a mi no Malena. Entre ustedes pasa algo.- mis ojos automáticamente se ponen en blanco.

- No hagas que te explique por décima vez mi trato con Joaquín.

- No, no me vengas con la historia de que solo se ven casi todos los días por la perrita porque no es creíble.

- ¿Querés razones concretas? Bueno, Joaquín no es mi tipo, me cae bien pero ni siquiera demasiado como para que seamos amigos. Mi única relación con el es por Calu y espero que siga siendo así, porque generalmente los chicos con esa personalidad simplemente me exasperan . Ni siquiera se porque debería importarle que me fuera.

Matías se queda completamente inmóvil con su mirada fija detrás de mi y lo sigo. Alli, se encuentra Joaquín con su mirada muy centrada en nuestra conversación, ojos que reflejan dolor y enojo al mismo tiempo.
Por primera vez en mi vida no se que decir y tampoco pretendo hacerlo, ya que es evidente que nada podría arreglarlo. Pasa de nosotros y se encierra en la oficina. Esta vez yo debía ser quien se disculpe por actuar como idiota, pero la vergüenza (y un poco de orgullo) me inundaba.

Decido esperar a que el día termine y aún así el no sale en ningún momento, estaba demasiado avergonzada como para hablarle y a la vez enojada, porque no podría afectarle tanto, no es ninguna mentira.

DestinadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora