Julieta
- Julieta, cuando te digo que me ayudes no significa que te quedes sentada como una estúpida.- me grita mi mamá desde la cocina, y enfrente mío por cierto. Nuestro departamento es diminuto.
- ¿Qué queres que haga mamá?- le pregunto parándome del sillón.
- No se, algo. Vos tenés que darte cuenta sola.
- Si no me decís, no puedo avininar.- deja el plato bruscamente y me enfrenta.
- ¿Vos me estás tomando el pelo?- observo a todos lados menos su cara.
- No.
- ¡CONTESTAME BIEN!
- No, mamá. - le digo apretando los dientes.
- ¿Qué te parece si empezas por comer menos? No tenemos plata y vos comes por nosotras dos. ¿Qué van a decir tus amigas? Así no te va a querer nadie, yo a tu edad era re flaca y tenía novio.- El planteo de todos los días de "yo a tu edad era mejor".
- Yo no soy vos... Por suerte- apenas termino de decir esta frase y su mano choca furiosa contra mi mejilla. Espontáneamente llevo la mía al lugar del golpe y contengo las lágrimas.
- Espero que eso te enseñe a no volver a faltarme el respeto, pendeja. Anda a hacer algo útil y limpia el baño.
Corro a donde me dice. Pero en lugar de ponerme a limpiar me tiro al piso llorando desconsoladamente. Claro que ella está escuchándome, lo sé. Como también sé que no le importa.
Desde que papá nos abandonó a ambas, no para de culparme por eso. ¿Acaso no ve que yo también quedé afectada? A veces sólo quiero dejar de existir.
Gateo al inodoro introduciendo los dedos en mi boca y comienzo a sentir las arcadas. Después todo comienza a salir. Ese odio, eso asqueroso que llevo dentro, se va por un momento. Y ya no lo necesito.
Veo la maquina de afeitar al lado de la ducha y pienso por un momento ¿quiero hacerlo? Dije que ya no, se lo prometí a Olivia. Sé que no es bueno.
Dicen que cuando odias a alguien queres lastimarlo, hacerle daño. Pero ¿qué pasa cuando ese sentimiento es hacia vos misma?
Antes de hacer algo por impulso me levanto del suelo y salgo de mi casa sin importar las quejas o gritos de mi mamá atrás mio. Sólo corro.Cuando llego a la plaza más cercana, me siento en un banquito, estoy agitada, así que respiro y tomo mi teléfono. Comenzando a stalkear a Bautista veo instahistorias con Martina. No debí hacerlo.
Todas son de él mirando el partido y ella molestándolo, diciéndole que le de besos, abrazos y él por supuesto lo hace. Eso fue hace dos horas. Decido mandarle un mensaje.Yo: Necesito hablarte.
Después de unos cinco minutos responde.
Bauti: No creo que sea lo mejor Ju.
Yo: Ni siquiera sabes que voy a decirte.
Bauti: No, pero estuviste mal el otro día. Y ni siquiera se si vamos a volver a vernos.
Quiero continuar llorando y no parar. Estoy harta de que todo el mundo me pise, tratar de ser la chica más simpática del mundo no funciona al parecer. Porque todo el mundo te ve inferior, se creen que pueden herirte por ser mas débil. Ya no más.
Yo: ¿Por qué? ¿Porque a tu novia no le cayó bien lo que le dije el otro día? No era una mentira, y ¿adivina que? ME IMPORTA UN COMINO.
Basta de ser pollerudo Bautista, sé lo que hiciste con Manuel y quiero que vengas y me lo expliques ahora mismo.Estoy segura que ese mensaje lo dejó tan sorprendido como a mí cuando volví a leerlo. Tardó tiempo en contestar.
Veía que aparecía que estaba escribiendo y frenando. Esperaba todo un texto, pero lo único que recibí fue un:

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Destinados
Teen FictionAlgunas tienen mucho en común, otras muy poco. Algunas sufren mas, otras hacen sufrir. Algunas sienten, otras simplemente no parece que lo hagan... Vera, Malena, Julieta, Stefania y Olivia son cinco amigas con historias y maneras de ver la vida dife...