No puedo creer que me toque trabajar con Higgins en todas las tareas en pareja que dejen lo que resta del año y todo solo porque el director quiere que todos hagamos amigos y no sean siempre las mismas personas.
Claro, el maestro de biología no le dijo que nosotros dos somos pareja porque sino nos hubiera separado, él no va a querer que sus dos estudiantes mas "rebeldes" trabajen juntos, pero no podemos cambiar de pareja ahora que hasta el mismo director lo dijo, luego se arrepentirá pero ya nada podrá hacer a no ser que quiera a toda la clase encima de él para cambiar de pareja.
Salgo del salón de Literatura directamente hacia el patio trasero ya que no quiero comer nada y me recuesto en un árbol, me pongo mis audífonos y la voz de Oliver Sykes empieza a sonar entonando la canción Follow You.
Empiezo a mirar a todas las personas y las divisiones que hay, nerds, punks, populares, asociales, normales. Todos están tan ensimismados en sus grupos y en sus críticas hacia los demás. Luego está Higgins con su amigo Ryan, recostados en un árbol a unos metros de mi, fumando de sus cigarrillos, nadie se les acerca, nadie los mira, nadie más está en su "grupo" porque todos les temen. Ryan mira en mi dirección y me saluda, lo ignoro y me concentro en la canción.
—¡Hola! —Saluda en tono animado Ryan apenas me quito el audífono luego de que él estuviera moviendo su mano frente a mi cara por unos segundos.
—Hola.
—¿Que escuchas? —Pregunta señalando mi celular, lo miro por unos segundos y luego miro a Higgins quien está recostado a mi lado mirando fijamente hacia al frente.
—Bring me the horizon. —Respondo a lo que él asiente y luego se queda en silencio. —¿Algo más? —Pregunto a lo que él niega pero no se va, suelto un bufido y me pongo mis audífonos, miro al frente y la mirada de todos está fija en nosotros.
Empiezo a caminar hacia el interior del instituto y todos empiezan a apartar su mirada volviendo a sus asuntos.
Ya dentro empiezo a buscar una maquina para así sacar algún dulce, saco mi celular para cambiar la canción y choco con alguien, levanto la mirada enojada para ver quien fue y me encuentro con Joseph quien me mira con cara de cachorro.
—Lo lamento Thalia, no te vi. —Dice balanceándose de un lado a otro sin quitar su cara de cachorro.
—Quítate. —Digo entre dientes, él asiente y se quita, paso por su lado y él empieza a caminar al lado de mi. —¿Qué quieres? —Pregunto en tono irritado.
—Hacerte compañía. —Responde con las manos en los bolsillos. —Es que, te veo muy sola y creo que necesitas un amigo. —Comenta en un susurro.
—Tengo amigos. —Digo soltando un bufido.
—Al parecer no son de aquí. —Susurra. —Nadie debería estar solo. —Comenta cuando llegamos por fin a una máquina.
—Nadie debería meterse donde no lo llaman. —Digo mirándolo, es increíble lo rápido que me pueden estresar las personas.
—Dicen que el chocolate te da inmortalidad. —Comenta mirando la chocolatina que acabo de comprar. —También dicen que el azúcar te pone muy hiperactivo lo cual se puede comprobar con mi hermano menor. —Sigue diciendo mientras caminamos. —Le gusta comer azúcar sola y cuando eso pasa se pone como loco, salta, corre, no duerme, no se cansa. —Suelta una risa. —Mi madre se pone como loca cuando eso pasa, tiene 7 años, de por sí ya es imperativo con azúcar es peor. —Se ríe, yo sonrió imaginando lo que acaba de decir, un niño corriendo y una señora detrás tratando de atraparlo. —Te hice sonreír. —Susurra con una sonrisa.
—Voy a clase. —Informo en tono cortante y lo dejo en mitad del pasillo.
En lo que siguió de la mañana las clases fueron completamente aburridas, dejaron una que otra tarea y ademas empezó a caer una torrencial lluvia que en este momento me tiene preocupada ya que debo recoger a mi hermano y no tengo un paraguas.
Salgo de clases y veo como aún hay chicos esperando a que los recojan sus padres, chófer o algún taxi que pidieron, podría pedir un taxi pero resulta ser que hoy no he traído dinero por salir apresurada, así que tengo dos opciones, 1) disfrutar de la lluvia hasta la guardería y luego pedir un paraguas para que así mi hermanito no se moje y con eso arriesgarme a que mi mochila se moje y mis cuadernos igual ya que tengo tarea, o 2) Esperar a que pase la lluvia ya que no puedo pedirle a los chicos que me recojan ya que mis amigos no tienen carro y uno de ellos está estudiando.
Me siento en el suelo mirando como poco a poco la salida se va vaciando pero la tormenta no se calma. Voy a la salida y me siento en una de las gradas viendo como caen las pequeñas gotas de lluvia, el frió ya se empieza a sentir, me concentro en el ruido de la lluvia y en buscar una solución para ir por mi hermano sin que este se moje ni mis cuadernos.
—¿Que haces aun aquí? —Pregunta una voz gruesa provocando que separe mi vista de un charco de agua, Higgins me mira con una mueca de confusion con una mano metida en el bolsillo delantero de su jean mientras la otra esta sosteniendo la tira de su mochila.
—Busco una solución para ir por mi hermano ya que no traje dinero. —Respondo y vuelvo a mirar el charco de agua y a concentrarme en la lluvia, extrañamente ese sonido es uno de los que logra calmarme.
—Si quieres puedo llevarte. —Comenta él sentándose a mi lado. —Mi padre me ha prestado su carro hoy, no tengo ningún problema en llevarte por tu hermano y a tu casa luego. —Habla mirando al frente, me quedo pensándolo unos minutos, miro hacia el cielo y no parece vaya a escampar en un largo rato y no tengo otra opción.
—Está bien. —Acepto y me levanto de mi lugar, él hace lo mismo y bajamos las gradas para luego ir hacia su carro, ninguno parece tener problema con mojarse, yo levanto la cabeza mirando al cielo disfrutando de las gotas que caen en mi cara, una pequeña sonrisa aparece en mi rostro.
—Sube. —Escucho que dice Higgins, hago lo que dice, entro y me siento en la parte de adelante, dejo mi mochila sobre mis piernas y le explico en donde queda la guardería.
Cuando llegamos me bajo del carro y al rato él igual lo hace, no le doy mucha importancia y toco el timbre, al momento la señora Mirna abre la puerta y me mira, luego a Higgins y luego mira la horrible lluvia que está cayendo.
—Niña, mira nada mas que horrible lluvia, pasen pasen. —Dice y se hace a un lado, entramos y se ven niños de hasta mas o menos cinco años jugando en la sala, en la mesa de centro hay galletas y cajitas de jugo, busco entre los niños que están gateando a mi hermanito y lo veo jugar con otro niño.
—Mi amor. —Lo llamo, él voltea rápidamente y me mira con una sonrisa para luego estirar sus brasitos en mi dirección. Camino hasta donde él y lo cargo para luego darle un beso en la mejilla. —Mi niño hermoso. —Digo y doy otro beso, esta vez en su frente.
Ya en la puerta de salida de la casa Higgins se quita su chaqueta y la pone encima de mi y de mi hermano.
—Para que Stephen no se moje. —Dice con una sonrisa ladeada a lo que yo asiento y empiezo a caminar hacia al carro con él sosteniendo la chaqueta, ya dentro del carro compruebo que la idea de Higgins a servido, mi hermano no se ha mojado.
—Gracias. —Digo en un susurro a lo que el asiente y empieza a manejar rumbo a mi casa. Ya en ella volvemos a hacer el mismo procedimiento para entrar a la casa, la casa se encuentra en completo silencio, no hay rastro de mi hermana. —¿Quieres algo de tomar? —Pregunto a lo que él me mira sorprendido pero asiente. —Bien, haré chocolate. —Informo y pongo a mi hermanito en su caminador para luego ir a la cocina.
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Bad Girl
Teen FictionNo es la chica popular que todos envidian, no es la chica tímida que todos ignoran, no, ella es la chica a la que nadie se le acerca y la que todos evitan molestar, ella es la chica mala de la que prefieren alejarse, aquella que no se deja conocer. ...