Maldito examen, maldita buena calificación, maldita presión sobre mi espalda, maldito director mirándome cada dos por tres; se quedó en este salón solo porque estoy yo para así sumar más presión, como si eso fuera posible. Intento concentrarme en el examen, en serio lo intento pero el dolor de cabeza me gana y por momentos me hace ver puntos de colores en las hojas. Lo bueno es que ya solo falta una hora y media, lo malo es que me falta más o menos la mitad ya que matemáticas me consumió mucho tiempo.
Poco a poco algunos van entregando el examen y son justo quienes yo creí que lo harían, a los que les va mejor en clase y tienen los primeros lugares. Veo a mi alrededor y hay solo cinco asientos vacíos de los que ya entregaron. Veo el rostro de los demás y algunos se notan confundidos, estresados, enojados y uno está durmiendo sobre el examen.
Vuelvo la vista a mi hoja, ya estoy en la última y faltan menos de veinte minutos para entregar todos, parpadeo rápidamente alejando los puntos de colores de mi campo de visión y sigo contestando los pocos puntos que me falta pero para mi mala suerte no son de selección múltiple. Me pregunto como le estará yendo a Higgins, estudiamos juntos algunas cosas, por mensaje pero él dijo que no estaba listo y no quisiera que reprobara... o por lo menos no con una nota demasiado mediocre.
Me levanto para poder entregar el examen pero siento un gran mareo que me hace sujetar del pupitre, espero unos segundos y vuelvo a emprender mi camino pero el mareo vuelve al igual que los puntos y luego solo veo negro.
Joder con el dolor de cabeza. Abro los ojos lentamente dando con un blanco techo, miro al rededor y veo un cuarto blanco y a Higgins acariciando mi mano mientras con la otra sostiene el celular y mira algo.
—¿Qué hago aquí? —Murmuro llamando así su atención, me mira y sonríe para luego llamar en un grito a la enfermera.
—Te desmayaste en la entrega del examen. —Responde a lo que asiento. Sus ojos denotan preocupación y no a dejado de acariciar mi mano lo cual me da un poco de calma.
Miro el cuarto en el que ya he estado otras veces y veo que ahora tiene una pared pintada de azul claro y ya que aún huele un poco a pintura intuyo que hace poco fue pintada la pared. Hay algunas cosas guardadas en cajas y solo hay una camilla, supongo que están sacando todo para poder pintar bien y remodelarla o algo.
Un peso sobre mi me hace sacar la mirada de la pared y fijarla en los rizos que ahora se posan frente a mis ojos. Ryan me está abrazando como si hubiera estado al borde de la muerte mientra repite un Estas bien con voz aliviada. Exagerado.
—Ryan, solo me desmaye, no estuve al borde de la muerte. Quítate. —Digo mientras ruedo los ojos y lo muevo con mi otra mano. Él se separa y me mira sonriente para luego dirigir su mirada a la mano que sostiene Brad y así abrir los ojos sorprendido y luego mirarnos con una sonrisa picara.
—¿Por fin son pareja? —Pregunta sonriendo y saltando un poco en su lugar.
Alejo rápidamente mi mano de la de Brad y niego quitandole la alegría a Ryan lo que provoca que deje de saltar y se cruce de brazos haciendo un puchero.
Brad se levanta de forma brusca de la silla en la que se encontraba y sale de la enfermería azotando la puerta dejándome confundida. Miro a Ryan quien solo niega para luego salir detrás de Brad dejando así el paso libre a la entrada de la enfermera, la cual no es July lo que provoca que frunza el ceño. Esta semana yo vi a July no entiendo el cambio.
Salgo de la enfermería con una advertencia de que debo descansar y no estresarme y a la vez sintiéndome libre ya que por fin no debo volver a este lugar. Los resultados de la prueba los enviaran por correo y lo próximo a hacer es el baile de fin de curso al cual no iré aunque tenia pensado hacerlo para hacer una broma y así arruinar el baile ya que en otros años con Cody hacíamos bromas cada que se terminaba el año escolar, ya fuera a profesores, alumnos o al director, al él morir yo quería seguir haciéndolo y el año pasado fue el turno del director. Ya que el bueno para las bromas era Cody y no yo, yo solo era su complica, me fui por lo más sencillo que fue lanzar dos bombas de olor en su oficina y trabar la puerta amarrándola de la perilla a la perilla del salón de enfrente. Al no haber nadie en el colegio no tuvo quien lo ayudara y debió aguantarse el olor hasta que algún alma fue a salvarlo.
Ya que soy un asco para las bromas y no sabia que hacer para el baile decidí mejor no hacer nada y no gastar mi tiempo buscando bromas sin sentido en internet que probablemente no me convencerían.
—¡Thalia! —Escucho que me llaman. Volteo y me encuentro con Brad quien me mira de forma seria. Me detengo y espero a que llegue a mi lado. —¿Te puedo acompañar? —Pregunta a lo que asiento y vamos por nuestras motos.
—No entiendo por qué no te gusta, es bastante buena. —Repite como por quinta vez Higgins al termina de ver todas las de La purga y decirle que la que menos me gusta es la primera. —No puedo aceptar eso, me niego, es de las mejores. —Ruedo los ojos y cojo un puñado de palomitas para meterlas en su boca y que se calle, no porque a él le guste significa que a mi igual.
—Ya cállate que solo es una película, pon otra. —Señalo el DVD y él asiente. Llevamos en esto toda la tarde y los chicos nada que llegan por lo que hemos estado solos él y yo... y Stephen. Hemos pasado el día viendo las películas, comiendo palomitas, tirándonos de estás y así, luego tendré que limpiar. Por lo menos a resultado una buena tarde, relajada y con buena compañía.
—¿Iras al baile? —Pregunta Higgins luego de unos segundos. Niego mirándolo, parece desilusionado. —Uh... yo... yo quería invitarte. —Susurra desanimado volviendo su vista a la película.
El silencio inunda la habitación y me debato entre decirle que si vayamos o mejor hacer otra cosa, a no ser que vaya para hacer alguna maldad no me interesa pisar ese lugar pero debo admitir que verlo así me hace sentir un tanto culpable, aunque no debería, él sabe que eso no me gusta y que no planeaba ir a ese baile, igual pensé que eso a él no le gustaba, creo que me equivoqué.
—¿Qué tal si en vez de eso salimos mañana a algún lugar? —Propongo en tono indiferente llamando así su atención, parece un poco shockeado pero su sonrisa lo delata, se que está feliz de que lo haya invitado a hacer algo.
—¿Me estás invitando a salir?¿Cómo en una cita? —Pregunta aun sorprendido. Me encojo de hombros restandole importancia y asiento volviendo la vista a la película intentando ocultar una sonrisa.
ESTÁS LEYENDO
Bad Girl
Teen FictionNo es la chica popular que todos envidian, no es la chica tímida que todos ignoran, no, ella es la chica a la que nadie se le acerca y la que todos evitan molestar, ella es la chica mala de la que prefieren alejarse, aquella que no se deja conocer. ...