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Siento que muero a cada minuto. Las personas entran y salen del lugar mientras que yo veo a algunas borrosas y otras con puntos de colores. He estado a punto de dejar caer dos bandejas y he olvidado cuatro pedidos.

  —Thalia, vete a casa. —Dice por quinta vez Luca en tono serio y con un brillo de preocupación en sus ojos. Voy a negar pero él me interrumpe. —No te lo diré de nuevo, vete. —Dice lo ultimo lentamente y yo asiento. —¡Brad! Llevala. —La cereza del pastel, no podía faltar. 

Vamos en silencio a mi moto y cuando pretendo subirme él me lo impide y quita las llaves, no estoy en condiciones de discutir así que lo dejo subir y yo voy detrás, me abrazo a él sin muchos ánimos y él arranca. Maneja con precaución y sin acelerar mucho supongo por mi malestar y el temor a que llegue a caerme de la moto.

Llegamos el departamento y en todo momento a estado al lado mio llevándome como si fuera una bebé que no sabe caminar. Gruño al llegar por fin a casa y me tiro en el sofá para luego cerrar los ojos.

  —¿Quieres que te traiga algo? —Pregunta y yo niego. Mi cabeza se eleva por un momento para luego ser posada en sus piernas, él empieza a acariciar mi cabello suavemente. —¿Quieres ver alguna película? —Vuelve a hablar y yo vuelvo a negar.

  —Cállate y sigue en lo que haces. —Musito refiriéndome a su caricia a mi cabello y cabeza. No puedo verlo pero sé que en este momento está sonriendo.

Así pasan los minutos y pronto siento el sueño llegar, sigo sintiendo un gran dolor de cabeza pero las caricias de Brad hace que no me concentre en eso. Hace unos días que las cosas dejaron de estar tensas entre nosotros, más específicamente desde el beso interrumpido por Mick.

Me volteo quedando boca arriba pero aún sin abrir los ojos. Brad deja de acariciar mi cabello para ahora pasar sus dedos por mi cara, acariciando de forma tierna.

  —Bonita. —Me llama a lo que respondo levantando mis cejas. —¿Qué somos?  

—Personas. —Respondo en tono obvio frunciendo las cejas.

—Boba.  —Musita bajo pero lo escucho así que lo golpeo con la mano provocando una pequeña risa así que abro mis ojos. —Me refiero a... ¿somos amigos? —Pregunta nervioso evitando mi mirada.

Cierro los ojos de nuevo meditando mi respuesta. Se que dije que no confío en él o al menos no completamente y es cierto pero siento esto de querer estar con él, me siento bien a su lado y es algo que no me pasa hace tiempo con alguien de una forma aparte de la amistad pero, no sé, ¿somos amigos? Solo nos hemos besado unas cuantas veces, hemos discutido y he sido cortante con él. En resumen he sido de todo menos una persona amorosa y cariñosa, igual no creo serlo en algún momento ya que no soy así.

  —Somos amigos. —Respondo luego de unos segundos no muy segura.  —Por ahora. —Murmuro esperando no ser escuchada pero él parecer haber escuchado ya que me besa, sonrío sin poder evitarlo y le sigo el beso. Pongo mi mano en su nuca y lo atraigo más a mi provocando que ahora sea él el que sonría sobre mis labios. 

No quiero sonar cursi ni nada pero me gustan sus labios.

Nos separamos por la incomodidad que se siente en esta posición, él da múltiples besos por mi cara y mi yo interno quiere reírse por lo cursi de la situación y lo tierno que me resulta que lo haga pero lo detengo ya que mi cabeza a empezado a doler.

  —Te traeré algo para el dolor. —Escucho que dice antes de levantarse y dejar mi cabeza sobre un cojín. Me levanto y sosteniendo mi cabeza camino hasta mi cuarto y me tiro en la cama, siento calor así que me quito al ropa y busco algo para ponerme mientras tanto. —Aquí tie... —Se corta al verme en ropa interior buscando algo más cómodo, cojo un short de pijama y me lo pongo para volver a la cama y tomarme la pastilla. Me acuesto y me quedo con el brasier.

Bad Girl Donde viven las historias. Descúbrelo ahora