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¿Por qué acepte venir? Esa pregunta se formula muchas veces en mi mente, el lugar está repleto de estudiantes gritando, tirando cosas, haciendo bulla con un altavoz, ademas que algunos están insultando al equipo rival, esto es una locura a la que no debí aceptar venir.

—No veo lugares libres. —Dice Ryan mientras mira a todos lados en las gradas, eso me hace sonreír, si no hay lugar nos podemos ir. —Ya vi espacio, vamos. —Me coge del brazo y me jala, mi sonrisa es reemplazada por una mueca de frustración.

Desgraciadamente los lugares eran en la primera grada, justo enfrente de donde se ubican las porristas, así que podíamos ver a las porristas agitando sus pompones, dando volteretas y gritando con todas las ganas. Lo peor es que el partido aun no empieza, pero ellas aun así animan al aire.

—¿Cuanto falta para que empiece? —Le pregunto a Ryan pero no alcanza a responder cuando veo al equipo del instituto salir de los vestidores, todos corriendo con mucha energía, bueno casi todos.

Brad va con paso relajado, como si fuera el rey del mundo y tuviera todo el tiempo del mundo. Empieza a mirar las gradas, Ryan levanta las manos haciendo señas hasta que el idiota nos ve y nos saluda con un asentimiento de cabeza. Él entrenador le paga un grito, al parecer para que camine más rápido, a lo que él rueda los ojos y corre hacia él.

Aburrida por tener que ver como se lanzan balones para hacer otro mini calentamiento, me siento y empiezo a mirar las gradas del otro lado del campo en donde se encuentra el Instituto rival, camisas blancas o azules son las que resaltan, ademas de carteles para apoyar el equipo, el color de nuestro equipo es el verde. No parecen ser chicos de secundaria, se ven mayores.

—Ryan... —Lo llamo pero él no me escucha. —RYAN. —Grito y él se voltea. —¿Eso es un instituto o una Universidad? —Pregunto.

—Universidad, es de las pocas que tienen un equipo de Fútbol, según dicen es uno de los mejores equipos. —Responde con una gran sonrisa. —El director pensó que era una buena oportunidad para que el entrenador de ese equipo viera a los jugadores de aquí y piense en darle una beca deportiva a alguno. —Sigue hablando y luego suelta una pequeña sonrisa y niega.

—¿Qué? —Pregunto confundida, él me hace una seña con la cabeza para que voltee a mirar, sigo el camino que me indica y veo a Higgins con una chica.

—El idiota ese es rápido. —Comenta a lo que yo asiento, analizo a la chica un poco mas y la reconozco. —Aunque, ya estuvo con Tiffany. —Comenta con cara pensativa. —Luego la dejará por otra. —Se encoge de hombros restandole importancia para luego empezar a examinar la otra grada, buscando alguna chica con la cual pasar un buen rato. —Nada que me llame la atención. —Con tono de resignación se sienta y hace un puchero.

—¿Te ayudo? — Pregunto sentándome a su lado, él me mira con picardía así que decido aclarar. —A buscar una chica. —Él sonríe y asiente. 

Empiezo a mirar, analizando a las chicas cual podría prestarle atención al idiota con rizos que tengo al lado, o mas bien, cual quiere solo un rato de diversión. 

Le señalo algunas chicas pero él las rechaza, porque según él, no son su estilo. Suelto un bufido de frustración, deseando no haber propuesto mi ayuda y sigo mirando la grada rival hasta que veo algo, mas bien a alguien que provoca que me quede en shock.

—¿Que tal ella? —Escucho que dice Ryan pero no le respondo, sigo mirando a la persona. —Thalia, ¿sucede algo? —Pregunta, parpadeo varias veces y niego. —No parece. —Susurra y mueve la mano enfrente de mi cara.

—Scott. —Susurro sin poder creerlo, él chico parece sentir mi mirada ya que se voltea, rápidamente aparto mi vista de él y cojo la mano de Ryan la cual no deja de moverse frente a mi cara.

Bad Girl Donde viven las historias. Descúbrelo ahora