Especial Navidad (Maratón 3/3)

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Navidad actualidad

Joseph

Ya casi es Navidad y en mi casa estamos organizando todo para que esté perfecto. La casa está decorada desde que empezó el mes y ahora estamos es con la mesa para la cena. Hoy vendrán unas amigas de mi madre con sus hijos, esposos y esposa y ella quiere que todo esté bien arreglado, desde temprano está ocupada en la cocina así que con mi hermano decidimos ayudar poniendo la mesa y con el aseo de la casa.

En mi familia somos fans de estás fechas pero no así todos fanáticos si no lo normal, decoración, cena y los regalos; también galletas, villancicos y alegría. Me gusta está fecha aunque pasarla sin mi padre se siente raro, cuando estábamos con él se hacia una barbacoa con familia y amigos o se hacia algún viaje y ademas recibíamos muchos regalos, ahora será diferente pero eso no significa que será una buena navidad.

Estuve pensando en invitar a Thalia para que así se acercara a su medio hermano pero decline de la idea ya que no creo se hubiera sentido cómoda, no puedo obligarla a crear un lazo con nosotros si no quiere, aunque yo si quisiera ya que es mi hermana y quisiera saber que tal es, lo que hay debajo de esa mascara de indiferencia y frialdad, si es que hay algo ademas de eso. Mi madre dice que debo darle tiempo y que luego ella terminará aceptando conocernos pero ella no la conoce como yo, Thalia es capaz de hacer como si yo no existiera y listo, no quiero eso.

  —Hijo, ¿te sucede algo? —Pregunta mi madre saliendo de la cocina con su delantal sucio. Sacudo la cabeza al notar que me había perdido en mis propios pensamientos y le sonrío.

  —No ma', solo estaba pensando en algo. —Respondo acercándome a ella para darle un sonoro beso en un mejilla lo que provoca que ría.

  —Pensabas en tu hermana, ¿cierto? —Pregunta mirándome con la ceja levantada, no entiendo como lo hace. Asiento y ella suspira. —Amor, te he dicho que debes darle tiempo, debe afrontar todo. Tu padre nunca se hizo cargo de ella y era malo con ella cuando era pequeña, ni siquiera le dio su apellido. Es normal que no quiera saber nada que tenga que ver con él. —Cuenta mirándome de forma compasiva.

Mi padre nos contó todo lo sucedido con su otra familia y como no quiso tener nada que ver con Thalia, sabemos que con la única que tenia relación es con Hilary pero nunca nos dijo el por qué así que mi madre a pensado que puede ser que Thalia no sea hija de él pero no está comprobado. 

  —No la conoces, quizás no me vuelva a hablar.

—Pues si no lo hace ni modo hijo, ella se pierde de conocerte. —Me sonríe y da un beso en mi cabeza para luego volver a la cocina dejándome con mis pensamientos.



Todos están dentro de la casa hablando entre risas y música navideña, algunos niños corren en el patio y yo estoy acostado en el pasto mirando el cielo. Es una linda noche, la luna está en lo alto brillando de forma hermosa y como solo ella sabe hacer, las estrellas brillan y no se ve señal de alguna nube.

—¿Qué haces aquí solo? —Preguntan. Volteo y veo a Louisa parada mirándome sonriente. 

Louisa es hija de una de las amigas de mi mamá y además es mi mejor amiga desde que llegamos aquí, por desgracia no vamos al mismo colegio pero cada que podemos nos vemos, es muy linda y agradable.

—No quiero escuchar el chisme de ellas o las charlas de adultos, no me gusta. —Respondo y me siento palmeando a mi lado para que ella igual se siente. Mira su atuendo que consiste en un vestido blanco y tacones del mismo color para luego hacer una mueca pensando pero al final se encoge de hombros y se sienta. —¿Qué tal la pasas?

—Bien, la comida de tu madre es deliciosa, mucho mejor que la de la mía pero shhh, no le digas que dije eso. —Comenta lo último en tono bajo y poniendo su dedo índice sobre sus labios mientras sonríe cómplice. Río y asiento dando a entender que no diré nada. —¿Qué ha sucedido con todo el tema de tu hermana? ¿Algún progreso? —Pregunta curiosa e interesada. Le he contado todo sobre el tema y me a dado algunos consejos que consisten más que todo en que tenga paciencia.

—No, creo que mejor le doy espacio y luego vuelvo a intentar por las buenas... o por las malas. —Musito con tono de película de mafiosos lo último provocando que ella ría.

—Eres un tonto.

—El tonto que te hace reír. —Argumento y me encojo de hombros mirándola sonriente. Ella hace como si lo pensara pero asiente dándome la razón aún cuando ya sabía la tenía.

Continuamos hablando de algunas otras cosas sin importancia hasta que debe irse no sin antes darme un regalo y yo igual darle uno.



Ya aburrido de estar afuera viendo niños usando sus juguetes nuevos que son mil veces mejores que los que yo tenía y pedía a su edad; borrachos intentando sostenerse aún cuando apenas han de ser las una de la mañana y además de ver la pirotecnia que aunque bonita no soy muy fan ya que gracias a ella los animales y algunos niños y personas mayores la pasan mal, decido por fin entrar y abrir mis regalos.

Entro y veo a mi madre sentada en pijama frente al televisor con una copa de vino viendo la típica película Mi pobre angelito, un diciembre sin esas películas no es lo mismo. Ella voltea a mirarme y sonríe lo cual imito.

—Deberiamos despertar a tu hermano para abrir los regalos. —Sugiere y asiento de acuerdo con ella así que subo y muevo a mi hermanito hasta que abre sus ojos desorientado. Señalo la hora en su reloj de mesa y sale de un salto de la cama para luego correr abajo.

Repartimos los regalos que son pocos en primera porque solo somos tres y en segundo porque no hay mucho dinero por ahora así que la cantidad es así: mi mamá tiene uno, mi hermanito tiene tres y yo tengo uno, aunque creo a mi mamá sus amigas le regalaron algo. De mis ahorros pude por suerte comprarle algo a ambos, sencillo pero espero les guste.

—¡Es un balón! —Exclama feliz mi hermanito al ver el regalo de mi parte. Sus ojos brillan mirando el balón y su sonrisa es brillante, me gusta verlo así de feliz. —¡Brillan! —Exclama ahora al ver el regalo de mi mamá que son unas zapatillas con suela de esas que cambian de color. —¡Colores! —Termina de abrir los suyos y sonríe mirándolos.

Mi mamá abre el suyo que son unos lindos aretes que vi le habían gustado hace unos días y el mío es una patineta. Al final todos nos abrazamos y despedimos para cada uno ir a su cuarto a descansar, por desgracia mamá debe trabajar medio día mañana o bueno hoy.

-

—Quiero panqueques, hazme panqueques. —Pide la voz de mi hermano mientras me mueve con euforia, debí de ponerle pasador a la puerta.

—Voy en un segundo. —Musito en tono ronco y escucho sus pasos salir corriendo de mi cuarto.

Con pereza me levanto y me estiro, paso las manos por mi cabello y quito las cobijas para así levantarme y buscar mi pantalón de pijama. Ya medio despierto bajo a la cocina arrastrando mis pies, mi hermanito está en la sala viendo alguna caricatura mala en la tele.

—¡A comer! —Informo y rápidamente llega al comedor donde están los panqueques y la miel además del jugo de naranja para él y café para mi.

Anoche no pude quedarme dormido de una así que me quedé dando vueltas en la cama y en ocasiones me levantaba para mirar por la ventana u organizar cualquier cosa así no estuviera fuera de lugar.

—Quiero ir al parque. —Habla Justin provocando que lo miro y cuando voy a empezar a negar ya que deseo seguir durmiendo él me interrumpe. —Por favooooor. —Pide alargando la O y mirándome haciendo ojitos lo que logra convencerme así que asiento.

—Pero primero terminas de desayunar y te bañas y arreglar tu cuarto. —Digo mirandolo seriamente a lo que hace un puchero pero asiente.







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Bad Girl Donde viven las historias. Descúbrelo ahora