Terminó de darse una ducha y rápidamente se puso su pantalón de dormir, a pesar de que, claramente, no iba a dormir. Se miró en el espejo un momento. No había signos de su anterior crisis nerviosa. Bien, aquello era una exageración. Simplemente había sido un momento de pánico, pero ya se le había pasado.
Resopló y se despeinó un momento el cabello. Y cuando finalmente encontró la fuerza en si mismo nuevamente, abrió la puerta del baño y salió.
Y deseó no haberlo hecho. O de hecho, deseó no sentir lo que sintió cuando vio a Matthew quitándose la camiseta.
Tragó saliva. ¿Por qué diablos estaba quitándose la camiseta?
-Hasta que al fin te dignaste a salir – lo escuchó decir, vagamente, pero estaba demasiado concentrado en la forma en que su pantalón colgaba peligrosamente de sus caderas. Y la forma en que los músculos de su abdomen se contraían mientras se encaminaba hacia él.
¿Por qué se dirigía hasta donde él? Sintió su corazón acelerarse cuando Matthew llegó ante él. Su mejor amigo lucía ligeramente confundido.
-¿Qué sucede? – preguntó
Sam fue lanzado a la realidad de nuevo y se apartó, dándose cuenta de que claramente quería ingresar al baño. Carraspeó.
-Nada – contestó y rápidamente se encaminó hacia su escritorio para fingir hacer algo bueno con su vida
Diablos. Las vacaciones lo mataban. Necesitaba estudiar. Sumergirse en sus libros. Olvidarse de todo.
Escuchó a Matthew resoplar, pero hizo como si no lo hubiera oído. Se dejó caer sobre su cama, cuando oyó a su mejor amigo cerrar la puerta del baño. Hundió el rostro en la almohada, intentando despejar su mente, pero fue imposible, porque la almohada olía a él.
Nunca había creído que Matthew tuviera un olor específico, pero ahora no podía evitar pensar en lo bien que olía la mezcla de su colonia con el leve rastro de alcohol. Lo hacía sentirse mareado. Aún así, se permitió a si mismo disfrutar de ello por un momento más, mientras Matthew terminaba de tomar una ducha.
Entonces, cuando lo escuchó apagarla y rápidamente fingió estar dormitando. El olor a café le llegaba desde abajo y por un momento, se concentró en él. Hasta que la puerta del baño se abrió de nuevo y Matthew salió. Escuchó como caminaba por la habitación, mientras su corazón latía a mil por hora. Y cuando simplemente no pudo aguantarlo más, se giró y se dio con la sorpresa de que él se estaba inclinando hacia él, con su mano en el aire. ¿Qué había estado a punto de hacer? Nunca lo supo, porque Matthew se apartó y se dio media vuelta, comenzando a dirigirse hacia la puerta de la habitación.
Sam resopló internamente y se puso de pie, al tiempo que Matthew salía de la habitación. Y se detuvo cuando escuchó a su mejor amigo saludar a su hermana. ¿Qué hacía su hermana fuera de su habitación? Le sucedía lo mismo con su hermana, sentía que ella era capaz de leer todo lo que pasaba en su interior.
Los escuchó intercambiar un par de palabras y finalmente se permitió a si mismo salir de su habitación, cuando logró quitar toda expresión de su rostro.
-Hola, hermanita – la saludó
Amanda alzó una ceja y Sam intentó no mostrar ningún cambio en su expresión
-¿Durmieron bien? – la escuchó preguntar y no pudo quitarse la sensación de que lo había dicho con una nota de sarcasmo
Sam se removió en su lugar, casi al mismo tiempo que Matthew. Y se detuvo, al ver que ambos estaban comportándose igual. Su mejor amigo carraspeó, pasado un momento de silencio y se excusó, volviéndose a meter a la habitación para ir al baño. Sam se quedó parado exactamente donde estaba, mirando a su hermana, intentando no lucir demasiado extrañado.
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Sam (Mayores 2.5°)
RomanceSamuel black. El hijo mayor de Alexander y Emily Black. Tiene 18 años y es un chico que a penas ha salido de la escuela hace un año. Está empezando su carrera: Medicina. Al igual que su madre. Habría elegido Economía, como su padre, si se le hubiera...