Capítulo 14: "No estaba preparado para aceptarlo"

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Corrió hasta que sus pulmones comenzaron a arder, por el esfuerzo y por la falta de aire. Corrió hasta que dejó de sentir el frío de la noche.

Corrió hasta llegar a casa, media hora después.

Y, cuando creía que finalmente podría respirar y tranquilizar su acelerado corazón, se detuvo abruptamente, al darse con que Matthew estaba sentado en el porche de su casa, esperándolo.

Alzó la vista, en cuanto los pasos de Sam resonaron en el suelo y se puso de pie, fulminándolo con la mirada.

-Eres un idiota -espetó, cerrando las manos en puños. Sam sintió su corazón dar un salto en su pecho, ante sus palabras-. ¿Cómo se te ocurre andar solo a estas horas de la noche? -exigió saber, apartando la mirada de él, solo para girarse y entrar a la casa, con su propio juego de llaves.

Sam tragó saliva, sintiendo aquella extraña presión en su pecho, una vez más. Sabía de sobra que aquellas primeras palabras, no habían sido en referencia al hecho de que había estado en la calle, solo, a altas horas de la noche. Sabía que se refería a lo que había hecho. Y saber que a Matt le había molestado solo servía para confundirlo aún más, su mente dando vueltas con toda la información que parecía estar recibiendo.

Siguió a Matt dentro de la casa, a pesar de que sabía que lo inevitable estaba por venir. De que la conversación estaba por venir. Y no quería escucharlo. No quería escuchar nada. Solo quería sentirse tranquilo, de nuevo.

Matt caminó hasta estar dentro de la habitación de Sam y él siguió, sentándose en el pie de su cama, a pesar de que solo quería seguir caminando, porque se sentía mejor que estar quieto y desesperado.

Y cuando Matt se sentó a su lado, intentó concentrarse en algo que no fuera su cercanía. No se sentía capaz de seguir corriendo. No se sentía capaz de apartarse de él, no cuando su mejor amigo parecía ser el único que lo comprendía realmente, que estaba ahí siempre, para él. No cuando era el único con el que se sentía verdaderamente calmado, incluso cuando aquello le llevara muchas más dudas.

-¿Por qué harías eso, Sam? –preguntó, de un momento a otro, dolor reflejándose en su voz.

¿Era su culpa? ¿Qué Matt estuviera sufriendo?

Sacudió su cabeza, hundiendo sus dedos en su cabello, desesperado por sentirse calmado, pero no sentía aquella calma nada cerca. No podía pensar con claridad. Se sentía como si hubiese tomado muchas más botellas de cerveza, cuando en realidad había tomado la mitad de una. Se sentía como si no hubiera nada más en la habitación, que él y Matt.

Tan cerca.

-Ella... yo... No lo sé –logró dejar salir, porque no se sentía capaz de formular más palabras que aquellas.

Y luego se paralizó, cuando los dedos de Matt tocaron su rostro. Tragó saliva, cuando él lo forzó, suavemente, a alzar la vista para mirarlo.

Sam sintió su corazón acelerarse, cuando los dedos de Matt se abrieron completamente sobre su mejilla, lentamente deslizándose hacia atrás, dentro de su cabello.

Y solo logró mirar a su mejor amigo por un breve segundo, antes de que sus ojos se cerraran inevitablemente.

Porque diablos, la calma estaba lentamente encontrado su camino hacia él.

¿Era eso lo que hacía falta?

¿El toque de Matthew?

Sus ojos volvieron a abrirse, cuando sintió el aliento de Matthew acariciando sus labios. Y su corazón dio un salto en su pecho cuando lo encontró increíblemente cerca.

Sam (Mayores 2.5°)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora