-Tengo miedo, Matt –susurró, sin poderlo evitar, aferrándose al polo de su mejor amigo, por detrás y arrugando la tela entre sus dedos, en un intento desesperado por dejar de sentirse tan abrumado.
Abrumado con todo. Sus pensamientos, sus sentimientos, la enfermedad de su hermana. Todo.
Pero, Sam no pudo evitar pensar en que sus palabras parecían estar haciendo referencia a algo más. A otra cosa. Solo podía rogar que Matt no se diera cuenta.
-Estoy aquí –replicó su mejor amigo, deslizando sus manos por su espalda, demasiado de pronto. Y Sam se encontró a sí mismo acercándose a él, prácticamente apoyando su pecho contra el de él, viéndose que fue atrapado con la guardia baja.
Cerró los ojos, dejando que su cuerpo entero se concentrara solo en aquello. En Matthew, rodeándolo. En Matthew, haciendo que todo se sintiera mucho mejor.
Él estaba ahí.
Siempre parecía estarlo. Sin importar cuantos errores cometiera Sam, nunca dejaba su lado.
Y él no podía evitar sentirse culpable, de solo pensar en estar haciéndole daño a su mejor amigo. Al chico que no podía sacar de su cabeza, sin importar los esfuerzos que hiciera.
-Necesitas relajarte, salir, disfrutar de los dieciocho años que tienes, Sam –su mejor amigo comenzó a decir, entonces-. Salgamos, como siempre lo hacíamos y dejemos todo esto de lado por un momento –sugirió, pero parecía estar rogándole que dijera que sí.
Y Sam quería eso. Quería salir y olvidarse de todo aquello que sentía que era un problema.
Sí.
-Sí –susurró, de inmediato-. Lo que quieras, Matt –no pudo evitar agregar.
Matthew se hizo hacia atrás, suavemente. Y Sam se encontró a sí mismo mirando dentro de sus ojos, de nuevo. Un extraño brillo estaba presente en los de Matthew y Sam se encontró a sí mismo completamente paralizado por ello.
Los labios de Matt se entreabrieron, entonces, pero Sam no estuvo seguro de si era porque quería hablar, o si era porque simplemente no había podido evitar hacerlo.
De todas formas, no logró hablar, porque Sam volvió a saltar lejos de él, en el momento en que pasos volvieron a resonar en el pasillo. Y no estaba seguro de si estaba agradecido por aquellas interrupciones o si odiaba que se dieran.
Y no pudo pensar en ello lo suficiente, porque cuando alzó la vista hacia el pasillo, era su padre quien hacía su camino hacia ellos.
¿Qué pensaría él, si supiera que... si lo hubiera visto...?
¿Los había visto?
Su padre les mostró su sonrisa de siempre, finalmente llegando ante ellos. Sam se puso de pie, rápidamente, sintiendo a Matthew ponerse de pie, a su lado.
Su padre lo saludó a él, primero. Tomando su mano, en un gesto que siempre tenía y luego acercándolo, para abrazarlo y palmear su espalda.
Sam se permitió a sí mismo ser engullido por los brazos de su padre, un momento. Y se preguntó si realmente haría la diferencia, el hecho de que le gustasen...
-Matt -su padre dijo, dejándolo ir, de pronto.
Eso fue lo que bastó, para que Sam volviera en sí y apartara sus pensamientos de su mente. Observó cómo Matthew saludaba a su padre, casi de la misma manera, solo que con una sonrisa.
¿Cómo lo hacía? ¿Sonreír la mitad del tiempo?
Sam hizo una mueca, apartando la vista de ellos, porque de pronto se sentía como si no pudiera respirar.
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Sam (Mayores 2.5°)
RomanceSamuel black. El hijo mayor de Alexander y Emily Black. Tiene 18 años y es un chico que a penas ha salido de la escuela hace un año. Está empezando su carrera: Medicina. Al igual que su madre. Habría elegido Economía, como su padre, si se le hubiera...