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El viaje de regreso fue silencioso. Intercambiamos un par de palabras con Sandy, pero nada más. Sin querer, me quedé dormida y cuando desperté, Alex ya no estaba. Sandy dijo que se quedó en su casa y nosotras seguimos. No comenté nada, aunque creí que lo llevaríamos con nosotras.

Al llegar a la casa, notamos algo raro. Estaban las luces apagadas, pero venía un pequeño rastro de lux desde la ventana de la cocina. Sandy me dijo que no me separe de ella.

Entramos en silencio, abriendo la puerta con mucho sigilo, cual ladrón entrando a una mansión con seguridad por doquier.

―Hey ―escuché, sobresaltándome.

Volteamos para ver a Matt de pie con una vela en las manos.

―¿Qué pasó? ―preguntó Sandy.

―Lo obvio ―contestó él con un bostezo―, te cortaron la energía.

Sandy se sorprendió.

―He pagado todo ―dijo ella, extrañada rascándose la cabeza.

Yo me sentía muerta, solo quería dormir.

―¿Cómo les fue? ―nos preguntó Matt.

―Bien ―asentí.

―¿Dónde estaban? ―nos preguntó.

No respondimos. En realidad, yo no sabía qué decir.

―No importa ―dijo Matt, sacudiendo la mano―. Hoy a todo el mundo le dio por irse.

Levanté la mirada.

―¿Cómo? ―pregunté, temiéndome la respuesta en consideración que no habíamos muchas personas en esa casa, y si estábamos los tres ahí, podía deducir quién o quiénes se habían ido, aunque quería que no fuera así. Poco a poco me fui llenando de preocupación.

―Jacob y Anna también salieron ―dijo Matt, con otro bostezo.

―Les dije que no salieran ―respondió Sandy, algo molesta, caminando hacia la puerta y abriéndola, parándose sobre la alfombra de la entrada―. ¿Hace cuánto salieron?

―Un par de horas... ―Matt y yo nos paramos a su lado―. Anna tenía hambre y se sentía algo ―Matt meneó la cabeza―, claustrofóbica, me parece que dijo. Jacob dijo que irían a caminar por ahí.

"Estúpida Anna" pensé con toda la intención.

―¿Por dónde se fueron? ―pregunté.

―No lo sé ―contestó Matt―. Yo estaba preparándome un café cuando Jacob me avisó que saldría. Creí que irían aquí al jardín, pero salí y no había nadie. ¿Hay algún lugar por aquí donde puedan estar? ―preguntó él, mirando a Sandy.

Ella negó.

Podía leer la intención en el rostro de Sandy por ir a buscarlos, y yo estaba dispuesta a seguirla. Sin embargo, otra expresión también se posaba en su rostro, y era la de preocupación mezclada con temor. No era para nada bueno que ellos hubieran salido así sabiendo que unos seres malignos estaban buscándonos. Me pregunté, cómo demonios había hecho Anna para convencer a Jacob. Sabía, o me atrevía a afirmar, que ella lo había convencido de hacerlo.

¿Y si había sido él el de la idea?

Sacudí la cabeza; eso no era posible. Él era muy cuidadoso.

―¿Te pasa algo? ―preguntó Matt.

―No ―le dije.

―Iré a buscarlos ―dijo Sandy, bajando los escalones frente a nosotros.

Destino Condenado [AOC #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora