A lo lejos podía ver las luces de aquella ciudad que conocía muy bien, brillando bajo un cielo repleto de estrellas y con una media luna en el centro. Era media noche y yo seguía ahí parada.
Quizás esperaba que él llegara al encuentro, como lo habíamos hecho a lo largo de los años. Quizás él no llegaría esta vez, pero yo igual esperaría.
Finalmente decidí irme, sonriendo. No estaba molesta. No era fácil llegar hasta ahí igual que cada año. No con la edad que él debía de tener y con las responsabilidades que ahora tenía.
Aún recuerdo los eventos sucedidos aquel día de descubrimientos, el día en el que dejé de temer para proteger a Jacob, pero fue todo al revés. Él terminó protegiéndome a mí. Es increíble que haya salido con vida de aquel lugar, de aquella situación. Pero todo fue gracias a Sandy y a sus planes con visión a futuro.
Nuestra visita a Alex en aquellos días de apuro había sido un empujón a mi misión. Yo la daba por fallida, pero la intención detrás de la acción de Sandy era que Alex devolviera el dinero a Jacob. Cuando Sandy me lo contó y me lo explicó cuatro veces, me reí muy fuerte. Esa tipa estaba loca. Pero no tanto como Alex, quien denunció al grupo de estafadores que se movían alrededor del país, operando con la misma modalidad de reclutar chicas y chicos para enamorar a millonarios o millonarias solteras y poder robarse su dinero. Era un plan muy ambicioso, pero daba resultados. Alex se encargó de regresar a Jacob ―no todo― pero si gran parte de su fortuna, antes de que reportaran su muerte dentro de la prisión. Los medios dijeron que fue suicidio, pero yo sé que fue planeada su muerte. De todos modos, él estaba en un mejor lugar ahora. A pesar de todo, yo desconocía muchos detalles aún.
―¿Y qué tal? ―me preguntó Irene―. ¿Llegó?
Sonreí.
―Debe haberse quedado dormido.
―Pobre abuelo ―comentó Matt.
Los tres nos reímos un poco antes de ponernos a trabajar.
Los cazadores habían dejado de existir, al menos como tal. Por haber abusado del poder que tuvieron, los pocos que sobrevivieron al poder de los ángeles fueron revocados de sus cargos y destinados a vivir como humanos hasta el día en el que fueran enjuiciados. Un castigo muy justo, la verdad. Pero yo no tenía nada que ver ahí. De hecho, nos enteramos por Sandy la última vez que la vimos.
Claro, y aquella vez nos avisó también nuestra nueva labor al unirnos a los ángeles guardianes. Se sentía extraño verme como tal. No tenía alas, pues podía seguir haciendo uso del truquito de ir a cualquier lado con solo pensarlo, y lo agradecía, porque de haberlas tenido, solo me recordarían la decisión de Jacob. Aun así se sentía extraño a pesar de los años. Ahora mi lugar estaba en la tierra, invisible para los humanos excepto para un par.
―Debió ser difícil hacerlo ―dijo Matt mientras caminábamos en la playa―. Lo de Jacob, me refiero. Tal vez no era tan débil como lo pensaba.
―Lo admiro ―comentó Irene.
―Yo igual ―les dije.
Jacob estaba destinado a detener a los cazadores si se salían de control, y al hacerlo, ya no había más para él, aunque le fue ofrecido. Pero él renunció.
Pidió seguir viviendo como un humano común y corriente, pues quería poder cumplir su meta de vida que era tener una familia, y le fue concedido, pero con una condición: No podría recordar nada.
Cuando Matt me lo contó quise llorar. Pero rápidamente me informó que no olvidaría todo, pero era algo que Sandy le había confiado y que yo no debía enterarme. Poco a poco me fue contando, en el transcurso de los días, que Jacob recordaría que yo había vuelto para ayudarlo, y que cuando me necesitara, yo estaría ahí, pero él no debería decir nada nunca. Él prometió no hacerlo y de alguna manera, esa promesa fue puesta en su mente, aunque no con el recuerdo de dónde se había hecho.
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Destino Condenado [AOC #2]
Paranormal[Secuela de Amor O Castigo] Encontrarse con los cazadores, y salir vivos de ello, debería considerarse un milagro... Sin embargo, la pelea no ha terminado aún. El sacrificio debe hacerse para poder recibir la recompensa. CREDITOS DE PORTADA: @la...