-~ 33: Capítulo final ~-

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―No...

La débil voz de Jacob viajó hasta mis oídos. Hubo un silencio general, seguido solo por el silbido del viento.

Abrí los ojos y vi a Jacob con la mirada puesta en el cazador, el cual ladeaba la cabeza con una sonrisa sarcástica.

―No ―repitió Jacob en voz más alta.

El cazador pareció sorprendido y divertido a la vez.

―¿No?

Jacob negó en respuesta.

―¿Qué haces? ―le pregunté en voz baja, aunque el cazador claramente podía oírme.

Jacob me miró con esfuerzo y negó con la cabeza de nuevo.

―No permitiré esto.

―Nos mataran a todos ―espeté. Aunque, de todos modos, no había garantía de que alguien saliera vivo de aquello.

―Qué romántico ―se burló el cazador mientras los ojos de Jacob viajaban hacia Anna. Sus miradas se cruzaron, había un significado tras aquel pequeño gesto, eso era más que obvio―. Un trío amoroso ―añadió el cazador, acercándose amenazadoramente hacia mí.

Jacob se interpuso. El cazador desvaneció la bola de energía negra en su mano.

―Amber ―escuché un susurro. De inmediato miré a Sandy, permanecía aún quieta.

―No les harás nada ―gruñó Jacob al cazador, enfrentándolo.

Miré al suelo, como si ahí estuviera la respuesta a esta situación, como si ahí podría encontrar una salida de este lugar y poner a Jacob a salvo. Dios, si algo le pasaba no podría perdonármelo nunca. ¿Era posible acaso amar a alguien tanto como para estar dispuesto a darle tu vida sin dudarlo?

―¿Y quién va a detenerme? ―preguntó el cazador, tranquilo―. ¿Tú? ―se rió.

Jacob se irguió más en su posición.

No había notado la mirada de Anna en mí. ¿Esperaba que yo hiciera algo? Porque eso parecía. ¿Qué podía hacer yo de todas formas, estando ahí, de pie, controlada de alguna manera?

―Amber ―volví a escuchar la voz de Sandy en mi mente―. No voltees.

Mantuve la mirada en Anna mientras oía a Sandy decirme que lo había encontrado. No pregunté. Al contrario, me callé, queriendo voltear desesperadamente cuando le habló a Matt. ¿Se suponía que ambos la escuchábamos? ¿Matt no estaba muerto? Miré su cuerpo en el suelo, en la misma posición en la que había caído antes.

No pude prestar atención a lo que Jacob había respondido al cazador, pero éste puso una cara de pocos amigos.

El cazador se dio media vuelta y se alejó de nosotros varios metros. Levantó su mano aun dándonos la espalda y de inmediato otros dos cazadores tomaron a Anna por los brazos y prácticamente la arrastraron hacia él.

―Hey ―Jacob se dispuso a llegar a ella―, ¡suéltenla!

Sin darme cuenta, yo también había dado un par de pasos, siguiendo a Jacob más que nada. Pero no pude reaccionar más que eso; ambos nos estuvimos en seco. Pude sentir la presencia de otro cazador detrás de mí, ejerciendo el control que ellos tenían sobre nuestros cuerpos. Había uno detrás de Jacob, pero no podía verlo claramente. No entendía por qué hacían eso cada vez que nos controlaban. ¿Era necesario que se hicieran casi invisibles? Ellos tenían toda la ventaja.

―Suéltala ―rogó Jacob con esfuerzo.

De repente, mis pies dejaron el suelo y me acercaba más hacia Anna. Tan pronto estuve a su lado, dejé de sentir control sobre mí.

Destino Condenado [AOC #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora