-~ 32 ~-

783 123 50
                                    

Sentí a Jacob ponerse de pie detrás de mí. Y vi al cazador líder entrar por la brecha en la pared, era parecido a los demás, pero pude reconocerlo por su sonrisa de "te atrapé" que siempre ponía cuando nos encontrábamos.

―Hola de nuevo ―me dijo―. Este lugar está diseñado para que jamás salgan de él con eso... que ustedes hacen. No somos tan estúpidos.

Sentí a Jacob acercarse, pero me interpuse cortándole el paso.

―Déjalo fuera de esto ―le espeté―, yo soy el ángel. Mátame y déjalo... déjalos fuera de esto.

El cazador sonrió.

―¿Y ahora me lo dices?

Alcé una ceja.

Otros dos cazadores entraron y se acercaron decididos a Jacob. No pude detenerlos por más malabares que hice. No podía tocarlos. Eran como la niebla que nadie desea toparse en el camino.

―Suéltenme ―gruñó Jacob. Ellos lo tomaron por los hombros, y yo me quedé paralizada.

Quise moverme, pero, al igual que antes, no pude. Delante de mí, el cazador me miraba fijamente. Él me estaba inmovilizando mientras se llevaban a Jacob.

―¡Suéltenme, maldición! ―le escuché gritarles con palabras cargadas de ira. Ni siquiera me llamó. ¿Acaso ya no me necesitaba?

Finalmente pude moverme.

―Debiste cumplir con la orden cuando tuviste tiempo ―me dijo el cazador en un murmuro―. Siempre he dicho que el amor es la condena de los humanos. Y esta vez ―rió―, he acertado. Tu amor por él te condenó y lo condenó a él.

―No hables de amor ―le escupí―. Nunca sabrás lo que es eso.

Él sonrió de medio lado.

―¿Quieres hacerlo a lo difícil? ―me preguntó, haciéndose a un lado y señalando el camino por la grieta.

Caminé por cuenta propia, ya que sabía que Jacob estaba del otro lado.

Volvimos al campo de antes. Esta vez Matt estaba en un extremo a la derecha, de rodillas con las manos hacia atrás, con cuatro cazadores escoltándolo.

Al extremo derecho, Sandy, de pie, pero completamente inmóvil. Sus ojos me veían, pero su cara no se movía. Estaba completamente paralizada. Hice un intento de concentrarme y escuchar su voz en mi cabeza, pero no pasó nada.

El cazador se me adelantó y se giró hacia mí.

―Iba a hacerlo fácil para todos, pero ya que se quisieron pasar de listos, lo haremos un show de verdad.

Jacob estaba en medio del campo, de rodillas, pero con las manos sueltas, igual que Anna postrada frente a él. Jacob me cubría la visión de ella, pero podía escuchar sus sollozos. Él trataba de calmarla chistando y diciéndole que todo iba a estar bien.

Mentira. Nada iba a estar bien.

―¿Qué quieres a cambio de que los dejes ir? ―le pregunté.

―¿No lo entiendes, verdad?

Negué con la cabeza, incrédula.

―El amor que hay en su corazón es demasiado fuerte ―me dijo. Hablaba de Jacob, lo supe al instante―. Una vez que se lo quite, seré más fuerte aún.

Tensé los labios.

―No te atrevas... ―le amenacé. Él sonrió.

―¿O sino qué? ―se burló―. Mira ―se acercó a mi oído―, te contaré un secreto: No puedo quitarse su amor si él no renuncia a él.

Destino Condenado [AOC #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora