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―Si solo iban a dar una vuelta, ya deberían haber regresado ―respondió Sandy a Matt.

―Los hubiese detenido ―dijo él mirando al suelo―, pero ella salió y Jacob fue tras ella. No quería dejar a...

Sandy le hizo una señal para que se detenga.

El cuerpo de Irene permanecía en la habitación donde había pasado sus últimas horas. Sandy dijo que no podíamos sepultarla. Su cuerpo ya había sido sepultado en el pasado, ahora solo quedaba esperar.

―Y... ¿qué pasará con ella? ―pregunté.

―Lo más normal es que desaparezca poco a poco.

Sandy no dejaba de mirar por la ventana.

―¿Lo sienten? ―nos preguntó ella.

―¿Qué cosa? ―preguntó Matt.

―El frío ―respondió―; cada vez que ellos están cerca, hay frío.

―Dijiste que no podían entrar si no les abríamos la puerta ―le dije.

―¿Dónde está Jacob? ―me miró.

Nos mantuvimos la mirada por unos segundos.

―No estarás insinuando que... ―no me podía ni hacer la idea.

―No sabemos dónde está ―me dijo ella―. Espero que te prepares para lo que sea.

Sandy se veía disgustada, y yo no podía evitar sentirme igual. Deberíamos salir a buscar a Jacob.

―No pueden decir que no intenté ayudarlos ―nos dijo―. No debieron traerla.

Asumí que se refería a Anna.

―Y entonces qué ―se levantó Matt―. ¿Solo nos quedamos aquí y ya?

―¿Tienes una mejor idea?

―Ir por ellos, tal vez.

Sandy sonrió con ironía.

Me paré a su lado, siendo un poco más comprensiva o al menos tratando de serlo.

―¿Crees que... estén vivos? ―le pregunté en voz baja.

Sandy no me miró, no respondió, solo cerró las cortinas.

―Vamos ―nos dijo―. Este sitio ya no es seguro.

Fruncí el ceño.

―No podemos ―le dije―, ¿qué pasa si vuelven?

―Dejaremos una nota ―nos dijo.

Sentí como poco a poco empezaba a enfurecerme.

―NO ―repetí en voz alta―, no pienso salir de aquí sin Jacob.

―Él podría estar muerto ahora ―me dijo, mirándome a los ojos―, tengo que ponerte a salvo.

―¿Por toda esa estupidez del ángel? ―refunfuñé.

Sandy soltó el aire.

―Amber... ―Matt me sujetó del brazo.

―No ―le dije―, todo esto es por el estúpido ángel. ¿Qué pasa si no soy yo? ¿Y si no es ninguno de nosotros?

Sandy no decía nada, y eso me enojaba más.

―Entonces, ¿por qué no te han matado aún? ―preguntó ella. Aunque lo odiara, eso parecía tener sentido.

―Han tenido muchas oportunidades según lo que sé, y no lo han hecho ―agregó ella.

―Eso no significa nada ―dije.

Destino Condenado [AOC #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora