CAPÍTULO 4. MUY NEOYORQUINO

207 8 7
                                    

Nos sentamos, y una camarera nos atendió rápidamente. Él pidió un café Mocha con Amaretto, y pidió también por mí. Dijo que quería sorprenderme con algo delicioso, así que le dio la orden a la camarera en secreto.

Estábamos hablando mientras esperábamos los cafés y de repente surgió una extraña pregunta de su parte.

- ¿Y cuánto tiempo llevas con tu novio? Es bastante guapo según parece, digo todas las chicas hablan de él.

- En realidad, él...- Interrumpida por la camarera.

-Aquí tienen su orden. – Dijo mientras dejaba un vaso de café frio con chantillí en mi lado de la mesa.

Stephan me dijo que como había dicho que me gustaba la macadamia, me había pedido un café frio con esencia de macadamia y avellana.

-Disfrútalo, cierra los ojos. Siente los sabores.

Yo le hice caso y cerré los ojos. Empecé a tomar y era delicioso. Era lo mejor que había tomado en mi vida. Moví mi cabeza hacía atrás sensualmente como diciendo "Oh Dios mío", mordí mi labio inferior y cuando lo vi, él estaba haciendo lo mismo; se estaba mordiendo su labio inferior mientras me veía con desesperación.

-Es lo mejor que he probado en toda mi vida. – Dije agradeciéndole.

-Bueno, es hora de trabajar. -Dijo frotándose la cara.

Le mostré los escritos que tenía, él los leyó a medias y yo le expliqué de que trataban en general.

-Me encantan. Dios, aún no entiendo cómo no han llegado a la luz del día. Pero, -Dijo haciendo una pausa. – me gustaría que escribiéramos algo desde el principio, juntos. Ya sabes que lo hagamos juntos. -Y como su mente era bastante retorcida, abrió los ojos y dijo. – Me refería a escribirlo juntos.

-Evidentemente Sr. Rogers. Y pues la verdad, su propuesta es bastante tentadora, así que la aceptaré. Será algo nuevo para mí.

-Bueno, ¿y de qué te gustaría escribir?

-Yo... - hice una pausa- me parecería bastante apropiado, debido a los puntos de vista que gozamos, que escribamos sobre un amor imposible.

Él carraspeo su garganta.

-Yo, no puedo decirle que no. Es usted quien participará después de todo. Y supongo tiene mucho sentido lo que dice.

-Creo que ya es hora de irme. Tengo que hacer tarea y adelantar un ensayo que cierto profesor asignó.

-Déjame llevarte. Va a llover.

-No, así estoy bien, no se preocupe.

Así que tomé mis cosas, le di las gracias y salí de ese lugar. Tan pronto atravesé el pórtico empecé a correr. ¡Dios mío! ¿qué me había ocurrido? ¿Escribir sobre un amor imposible? ¿Acaso eso era lo que pasaba? ¿Estaba enamorada?

Quizá Algún día sea una historia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora