Me di una ducha y me cambie la ropa que había usado anoche por algo más cómodo. Quizá iría luego a visitar a Adam, pero por ahora descansaría para no forzar mi pie y poder llegar el lunes a la audición.
De repente el teléfono de la casa sonó, pero mi madre lo contestó así que me despreocupé.
Mi madre entro abruptamente a la habitación y me dijo que debía cambiarme.
-Pero, ¿Qué pasa? -Dije angustiada.
-Las cosas se complicaron en la cirugía, no era sólo una fractura.
Y entonces me paré y me puse lo primero que encontré salí corriendo de casa ignorando el dolor y para mi suerte pasaba un taxi justo en ese momento.
Llegué al hospital y Stephan estaba maldiciendo y peleando con el personal del hospital.
-¿¡Qué pasa!?
-Es tarde. Es tarde. -Dijo empezando a llorar.
-Dime qué sucede. ¡Debo entrar a verlo! -Dije sin entender.
-No puedes Maddie.
Pero no lo escuché me abrí paso, e iba en mi camino cuando el personal del hospital me detuvo y me devolvió hacia dónde estaba Stephan.
-Se ha ido cielo, se ha ido. -Dijo abrazándome, pero yo me aparté.
-No me toques. ¡Fue tu culpa! ¡Fue tu culpa! -Dije mientras le pegaba en el pecho. Estaba llorando horriblemente.
-Lo siento, lo siento en serio. -Dijo mientras me detenía y me abrazaba.
Y entonces me calmé y me quedé llorando en su pecho, mientras él acariciaba mi cabello y lloraba también.
Quizá Stephan no tenía la culpa, quizá lo estaba culpando injustamente. Pero no podía pensar con claridad, Adam se había convertido en alguien muy importante para mí. Y ahora, estaba muerto.
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Quizá Algún día sea una historia de amor
RomanceMadeline una adolescente que había tenido ya un año bastante duro, debía volver a clases. Cuando volvió a su escuela, se encontró con el reemplazo de su antigua profesora favorita, y aunque al principio hubo mucho odio entre ellos. Maddie empezó a m...