CAPITULO 2. EL ODIO POR AMOR

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Los días pasaron y era cierto, podíamos sobrevivir con él. No estaba tan mal. Era bastante inteligente (excepto en sus pasos). Aunque se notaba que me detestaba desde el primer día.

Sin embargo, semanas después las clases me parecían divertidas, opinaba, aportaba, preguntaba; y entonces, la cara de odio paso a ser una sutil sonrisa que generaba cierto escalofrío en mí. Al parecer nos habíamos empezado a llevar bien. Yo volvía a ser la chica respetuosa e inteligente que se sienta en silencio, habla de vez en cuando con sus amigos y se ríe escandalosamente de los chistes.

-Señorita Jones, puede quedarse un momento por favor. -dijo

¿Qué estaba sucediendo? Se suponía que nos odiábamos, y ahora me pedía que me quedase con él después de clases y yo me ponía nerviosa. Esto no tenía sentido, quizá en este momento vendría bien una frase como "¡Por las barbas de Merlín!¡Que alguien me explique qué está sucediendo!", pero tal vez decir eso en voz alta sería un gran gesto de mala educación.

- ¿Sí profesor Rogers? - Dije después de que vi su cara en espera de una respuesta

- Acérquese por favor- Dijo mientras empacaba las cosas en su bolso, y como era de esperarse un borrador cayó al suelo- Lo siento a veces soy algo torpe.

Los dos nos agachamos a recogerlo y lo tomamos a la vez. Y como era de esperarse, nuestras manos también se tomaron. Los dos subimos despacio mirándonos. Pero luego, despertando de todo, él arrebató el borrador de mi mano y el aire se tornó incómodo.

- ¿A veces? -Dije para romper el silencio.

- ¿A qué se refiere? – dijo ladeando la cabeza

- Dijo que a veces era algo torpe.

- No creo que esa sea la manera de tratar a su profesor.

- Disculpe. -Dije extrañada por su sequedad (ahí estaba nuevamente su insoportable ser)- ¿Para qué me necesitaba señor Rogers?

-Yo quería disculparme por mi trato en los primeros días. Ya veo que eres muy buena, digo, he leído tus escritos y me he impresionado. Tienes un gran talento de redacción, y una excelente ortografía. Y quería comentarte sobre un proyecto. Todos los años escribo a uno de mis estudiantes a un concurso de libros de la ciudad. Yo podría asesorarte y ayudarte si estás dispuesta a entrar, no hay un tema establecido, es tema libre. Y tendría que estar listo para el final de este año.

-Yo- Pausé y bajé mi cabeza- La verdad es que, gracias, pero...

-No, no me puedes decir nada de peros. No puedes desaprovechar así tu talento.

-La verdad es que me gustaría estudiar literatura. Pero no suelo mostrar mucho mis escritos. Ya sabe los escritos son muy personales, bastante diría yo. Reflejan los anhelos, los secretos, la vida, el alma, cada rincón del ser del escritor. Sus partes oscuras, y sus partes divinas. Eso que no se observa. Eso que no se puede descubrir en una conversación.

-Hermosa. -Me sonrojé y el cayó en cuenta de lo que dijo- Me refiero a tu forma de expresarte, muy poética, muy profunda. Es raro escuchar a alguien hablar así. A eso me refería, hermosa manera de expresarte. -Dijo nervioso- Bueno, con respecto al concurso. Digo, si quieres ser escritora, normalmente, debes publicar tus libros. Esta es tu manera de empezar. Y pues de eso se trata escribir, de desnudarse, de mostrarse efímero y humano.

-Acepto. Creo que me has convencido.

-Podríamos vernos hoy después del colegio en la cafetería y discutir sobre lo que te gustaría escribir.

- ¿Te molesta si nos vemos mañana? Hoy, tengo que ir a clases de arte. Además, mañana te podría traer lo que he escrito.

- ¿Arte?

-Pintura siendo más específicos.

-Ya veo. Entonces será mañana. Un placer charlar contigo.

Quizá Algún día sea una historia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora