Narra Stephan
Dios, las cosas con Sofía se volvían cada vez peores. Cada vez era más posesiva e insoportable. Siempre quería saber qué hacía y con quién estaba. Llegaba a mi apartamento sin avisar para "sorprenderme" cuando en realidad quería decir "quería asegurarme que no estuvieras con la putilla esa". La muy maldita loca me tenía controlado.
No podía hacer nada y era lo que más me aterraba. No podía tan solo decirle "No te aguanto más, lárgate de mi vida y espero no volverte a ver jamás" y quizá tirarle la puerta en la cara o algo más dramático, el caso es que quería dejarle claro que no la amaba y no me podía obligar a hacerlo.
Digo, Sofía era perfecta, era una mujer increíble, y fue feliz con ella mucho tiempo; siempre le fui fiel, hasta que llegó Madeline. Cuando sentí tantas cosas por Madeline supe de inmediato que no quería lo suficiente a Sofía, pero tampoco podía alejarla para entonces, porque no quería sentirme solo. Y luego, cuando ella se enteró de todo, al parecer dejó florecer quién era en realidad; dejó su lindo carácter de lado y se convirtió en una zorra manipuladora.
¿Por qué no le podía terminar? En serio, ¿se preguntan eso? Es fácil, ella en cualquier momento, con el desliz de un dedo, podía hacer que nos expulsasen a Maddie y a mí de la escuela; nos dañaría a ambos el futuro. Porque siendo sinceros no creo que halla un buen colegio donde reciban a un profesor en cuya hija de vida diga "tuvo un romance con una estudiante y quizá mantuvieron relaciones sexuales" (no literal), o a una estudiante cuya historia escolar advirtiera "expulsado por romance con maestro". Complicado, ¿verdad?
Claro que sí, mierda. No sabía qué hacer para callarle la puta boca a Sofía. No quería lastimar a Madeline y sabía que ella estaba sufriendo, pero ni siquiera podía decirle el porqué de mi alejamiento; no sólo por el hecho de que Sofía había advertido claramente que no podía, sino porque sabía cómo era Madeline, haría uno de sus numeritos y me diría que dejara de ser idiota, que no me preocupara por eso y que algo nos ingeniaríamos luego... pero, era muy arriesgado.
Lo jocoso de todo eso, es el hecho de cómo Maddie no se da cuenta de mis pequeñas miradas en clase, de mis desesperadas ganas de hablar con ella, de mis ganas de abrazarla, de tocarla, de besarla. No se da cuenta de nada y ahora quizá diría que me odia, pero hay una parte de mí que no quiere creerlo, una pequeña luz de esperanza.
Sé que todo esto de Charlie es algo extraño, siento que es como un obstáculo más. Y estaba realmente decepcionado cuando fue ella quién tocó la puerta de mi casa y no era a mí a quien buscaba. Debo admitir que esperaba que ella estuviera ahí por mí y me empujara a dentro del lugar y me besara, me besara y me gritara por todo lo que hice, pero que siguiera besándome y quitándome suavemente la ropa, lo sé, fui estúpido al creer que mis sueños eróticos iban a cumplirse algún día.
Pero, sin embargo, debo afirmar, que me alegro bastante que Madeline se apartara del beso de mi hermano; fue algo bastante reconfortante. Al principio casi quería llorar cuando vi a mi hermano haciendo todo lo que había querido, pero luego, me di cuenta de que mi Maddie no lo disfrutaba, que no era apasionado, o alegre, o romántico, ni siquiera molesto, no era nada. Era un simple beso que no debió haber pasado, pero que tampoco debió de haberse omitido.
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Quizá Algún día sea una historia de amor
RomanceMadeline una adolescente que había tenido ya un año bastante duro, debía volver a clases. Cuando volvió a su escuela, se encontró con el reemplazo de su antigua profesora favorita, y aunque al principio hubo mucho odio entre ellos. Maddie empezó a m...