Al siguiente día llegue al colegio y me encontré con la señorita perfecta. Sofía estaba en la puerta del colegio.
En cuanto la vi, salí corriendo hacia donde sabía estaría el profesor Rogers.
- ¿hoy? ¿Es en serio? Tenías que decirme justo un día antes.
-Yo creí que si te decía antes no vendrías al colegio.
-Lamento destruir tus ilusiones, pero me importan más mis estudios que tú, tus cambios de humor y tus mentiras.
-Entonces me equivoqué. -Dijo resignado.
-Bastante diría yo. -Dicho esto, me fui del lugar.
Al final resolví por contarle a Max todo lo que estaba sucediendo.
-¿¡acaso eres idiota!? -Dijo en cuanto terminé.
-Lo sé, no debería andar tras un profesor.
-No, no me refería a eso. Me vale que sea tu profesor, o tu psicólogo, o lo que sea. Me refiero a que deberías aprovechar que ella está acá. Y mostrarle cómo es él contigo.
-Tienes razón. -Dije frotándome la barbilla.
Al final de clases, Stephan aún estaba en el salón de su hora pasada. Así que entré.
-Señorita Jones, ¿puedo ayudarle?
-De hecho sí puede. Quería disculparme por cómo lo trate. Y buscar la manera de recompensarle. -Dije acercándome a él sensualmente.
-Hay muchas maneras de hecho. -Dijo quitándose las gafas y parándose de su escritorio.
-Cuénteme entonces.
Entonces me subió al escritorio me miró a los ojos y dijo.
-Creo que es mejor que pospongamos esto para otro lugar.
Tenía razón, aunque quisiera que Sofía nos viera, no quería que nos viera alguien más y termináramos metidos en un gran lío.
-¿Puede acompañarme hoy?
-Me temo que no. Ya sabe, clase de arte.
-Por poco lo olvido. -Dijo tomando su bolso y subiendo los hombros como diciendo "¿ya qué?"
Y saliendo del salón me encontré con Sofía, hice como si no la hubiera visto y me organice la falsa, la camisa y el pelo. Como si hubiera sucedido algo adentro.
-Hola linda, ¿cómo estás? -Me dijo cuando me vio.
Hice como si estuviera sorprendida y hable nerviosa a propósito.
-Bien, todo está bien. Justo debo irme porque... -Señalé lejos de ella y me fui.
Había quedado confundida y evidentemente sospechando algo.
Salí victoriosa, fui a mi clase y al salir entré a un café que había cerca. Me hacía mucha falta su presencia para decir verdad. Mire la ventana y recordé nuestra conversación.
Termine por pedir un trago, y aunque siempre me han dicho que luzco menor, me lo sirvieron sin problema.
Tomé unos vodka y me quedé en el lugar hasta las 12, solo pensando, solo mirando por la ventana.
Y cuando quería salir. Había tomado demasiado.
Y sin pensarlo llamé a Stephan.
-Stephan. -Le dije con voz arrastrada.
-¿Linda? ¿Pasa algo?
-Stephan creo que tomé mucho.
-¿Dónde estás? ¡Voy a salir por ti ya! -Dijo preocupado.
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Quizá Algún día sea una historia de amor
RomanceMadeline una adolescente que había tenido ya un año bastante duro, debía volver a clases. Cuando volvió a su escuela, se encontró con el reemplazo de su antigua profesora favorita, y aunque al principio hubo mucho odio entre ellos. Maddie empezó a m...