CAPÍTULO 30. OTRO BESO Y NO ERES TÚ, STEPHAN

110 6 0
                                    

Llegué a la escuela y ahí estaba él con su esplendorosa sonrisa. Hasta que me vio. En cuando posó su mirada en mí, no pudo evitar mirarme y morderse el labio inferior, como diciéndome "te deseo", pero luego la apartó.

Me dio una pequeña luz de esperanza, y luego me la quitó. No entendía que sucedía.

Quise acercarme, pero se apartó. Sinceramente tenía ganas de gritarle cuánto le amaba, que se fuera conmigo y que me dijera de una maldita vez qué sucedía.

Ashton llegó por mí espalda y me dio un gran abrazo.

-¿y tú y el profesor ese qué? -Dijo en mi oído.

-La verdad, no lo sé, si lo supiera te lo diría.

-Tú y tus complicaciones. -Dijo soltando un bufido y alejándose.

-Como si ya no lo supiera.

Caminamos hasta el salón y estuve en clase. Esta vez estuve un poco más concentrada, sin embargo, no podía evitar en aveces pensar en el suave tacto de Stephan, sus labios, su manera de ser, y en la manera en que me había dejado de lado.

Al salir de la escuela nuevamente me encontré con el chico de la moto. Ahí estaba Charlie, y detallándolo bien, su sonrisa era similar a la de su hermano. Tenía una camisa azul ajustada al cuerpo y de mangas, remangada; resaltaba su cara, sus ojos y su cuerpo, porque a diferencia de su hermano, Charlie tenía un cuerpo demasiado marcado.

-Hola lindo. -Dije con una gran sonrisa y corriendo a abrazarlo.

El devolvió mi abrazo y me dedicó una gran sonrisa.

-Estuve extrañándote hoy. -Dijo sobándome el mentón.

-Yo a ti -Dije acariciando su cabello.

-¿te apetece tomar un café?

-De hecho, tengo la tarde ocupada.

-¿Qué harás hoy? -Dijo intrigado.

-Debo adelantar algo que estaba haciendo.

-¿Y te dieron el papel de Julieta?

2 horas antes.

Fui a La Oficina del rector impacientada por la demora de los resultados.

Empujé la puerta y de inmediato el rector me recibió con una gran sonrisa y una felicitación.

-Sabía que no esperarías a que avisáramos. -Dijo en medio de risas.

-Lo siento señor. -Dije apenada.

-Obtuviste el papel Madeline. Felicitaciones.

Entonces le agradecí y me fui muy contenta de la oficina, salí e hice un pequeño baile de la victoria. Así que, había obtenido el papel... estuve muy feliz hasta recordé que como el me había esclarecido, era el profesor de literatura, y estaría ahí ayudando a armar la obra. Supuse, que eso no sería bueno, por más que quiera creer lo contrario y que ese tiempo me ayudará.

*Fin del Flashback*

-Entonces estaré allí. -Dijo indicándome que me subiera a la moto. -Te llevo a tu casa entonces.

Me dejó en la puerta de mi casa y nos despedimos de un beso.

-Sabes, te iba a preguntar algo. -Dijo cuando estaba a punto de irme.

-Sí, claro, dime.

- ¿te gustaría ir a una cena de familia? Ya sabes, sé que es algo incómodo. Pero solo seriamos mi hermano, su novia y mi madre. Ellos saben que estoy viendo a alguien de hace poco y que ya me tiene loco por ella. -Dijo sonrojándose.

-Me encantaría. -Sonreí maliciosamente.

-Gracias. -Y dicho esto, me acercó a él y me besó.

Yo me aparté.

-Lo siento. -Dijo sorprendido por mi apartamiento.

-No, no te preocupes. Solo estoy algo cansada. Nos vemos mañana. ¿Cuándo es la cena?

-El sábado.

-Está bien, ahí estaré. -Dije y le di un beso en la mejilla.

Entre a casa y me quité mi ropa, quedé en ropa interior. Me recosté y empecé a pensar. El beso no me había gustado, no era Stephan y me molestaba que no lo fuera, no quería ser alguien que estuviera besando a cualquiera que se atravesara, y a la única persona que quería besar nunca la había besado.

Dios mío, merecía sus labios después de tanto sufrimiento.

Quizá Algún día sea una historia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora