En la noche no podía dormir, pensaba en Stephan y pensaba en Adam. Tenía miles de imágenes y pensamientos combinados, así que me tomé la libertad de escribirle como él lo había hecho antes.
Yo: Hola Stephan, sé que es tarde, pero no puedo dormir, pienso en Adam, en nosotros, ... sé que es estúpido, pero me encantaría estar contigo en este momento o por lo menos hablar contigo.
Stephan había visto el mensaje, pero ni siquiera se había tomado la mínima desencoja de intentar contestar. Sólo lo ignoró.
Supuse que estaría ocupado, o mi parte pesimista que estaría con Sofía y por eso no me había dado respuesta, así que me acosté con mi sensibilidad y lágrimas en los ojos.
Al día siguiente lo primero que hice fue buscar al señor Rogers, pero no había rastro de él en ninguna parte, me resigné y fui a clase.
Estuve nuevamente bastante distraída hasta que Max lo notó y me preguntó que sucedía, le comenté los últimos sucesos y simplemente asintió tiernamente y me dio un abrazo.
-Todo estará bien Maddie, aquí me tienes. -Dijo suavemente. Estaba a punto de derramar una lágrima, pero me contuve.
Llegó la clase de literatura, pero esta no fue como los otras. No hubo miradas coquetas, no hubo sonrisas, no hubo preguntas o comentarios de doble sentido. Al contrario, si me dirigió la mirada una vez, había sido demasiado.
Estaba bastante extrañada. Era lo último que necesitaba. Perder a otra de las personas que más amaba. Si es que él no era a quien más amaba.
Me acerqué a final de clases a su escritorio y ni siquiera me miró.
-Stephan. -Carraspeó su garganta ante mi comentario. -Perdón, profesor Rogers, ¿Puedo saber qué sucede?
-Señorita Jones, el comportamiento que usted y yo manteníamos no era adecuado, esto debe ser una relación completamente profesional. Además he considerado que lo mejor es que usted siga escribiendo el libro sola, ya que los encuentros después de clase pueden ser mal interpretados.
- ¿Fue eso lo que sucedió?¿Alguien nos vio?
-Sí me permite, ahora mismo debo ir a otra clase. Hasta luego.
Y me dejó, ahí, rota. Casi se podía escuchar cómo mi corazón se rompía por todo el lugar. Estaba llorando a mares sin darme cuenta.
Nuevamente todo empezó a dar vueltas. Mi vida se estaba desmoronando y no me estaba dando cuenta. Ay Dios, se suponía que ese año iba a ser mejor, que cosas buenas iban a venir.
Culpaba al maldito de Stephan Rogers por haber hecho todo lo que hizo, por mirarme como me miraba, por tocarme cómo me tocaba, por provocarme como me provocaba, por hacerme enamorar de él y luego abandonarme de esta manera. Es que... ahora todo sonaba tan definitivo. Lo culpaba por todas las desgracias de mi vida.
¿Cómo alguien podía ser tan despiadadamente cruel? Irse de mi vida sin si quiera una explicación. No tenía sentido, estaba cansada de sus berrinches y su inmadurez, pero lo amaba y lo extrañaba. Extrañaba su perfume suave, su calor, su ternura, sus rabietas, su cabello, su piel, sus abrazos, sus miradas, cada aspecto. Lo extrañaba y apenas habían pasado unos minutos.
Después de un tiempo me tranquilicé, respiré y me incorporé para ir a clase. Pensé "Tal vez sea otro de sus ataques de bipolaridad... sí, a lo mejor sea eso."
El día se terminó y estaba saliendo cuando me volví a encontrar con ese chico guapo.
- ¿Volviste? -Dije incrédula.
- ¿Esperabas que no lo hiciera? Me dijiste que sabría dónde encontrarte. Así que lo tome como una invitación.
-Ya veo. -Dije riendo.
-Entonces, ¿Vamos? Sube a mi moto. -Dijo entregándome un casco negro con un símbolo de un dragón rojo. Era bastante lindo.
- ¿Disculpa?
-Rechazar invitaciones dos veces es de mala educación.
Lo consideré y supuse que lo mejor que podía hacer era despejarme, en vez de llegar a mi casa a comer, engordar y llorar.
-Está bien, pero me dejas en mi casa temprano. -Dije tomando el casco de sus manos.
-Como usted diga señorita.
- ¿A dónde iremos? -Dije sentándome en la moto mientras el abrochaba su casco.
-De hecho, eso vas a decírmelo tú, yo no conozco la ciudad.
-Bueno, tengo una excelente idea de tour.
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Quizá Algún día sea una historia de amor
RomantizmMadeline una adolescente que había tenido ya un año bastante duro, debía volver a clases. Cuando volvió a su escuela, se encontró con el reemplazo de su antigua profesora favorita, y aunque al principio hubo mucho odio entre ellos. Maddie empezó a m...