CAPÍTULO 37. Mujer... ¿O niña?

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Narra Stephan

Decirle todo a Madeline de esa manera, fue bastante difícil. Estaba seguro de que hacía lo correcto en el momento, pero ahora que no sé dónde, ni cómo está, me cuestiono si en serio debía haberle dicho todo eso.

La he buscado en el colegio desde esta mañana, pero no logro encontrarla. Y la verdad, gran parte de mí, teme que esté con mi hermano o con otro chico. Que esté con alguien que pueda acariciarla, tocar su suave y tersa piel; que incluso pueda sentir sus hermosos, rosados y delicados labios. Esa mujer, o niña, -la verdad es que me hacía confundir, me hacía dudar en todos esos conceptos que antes veía tan claros. Ella era mucho más madura y mujer que lo que era Sofía, pero era una niña... ¿o no? - me volvía loco. Me volvía completamente loco.

Cuando la vi esta mañana en el salón, no sabía cómo actuar, porque parte de mí quería abrazarla, besarla, cargarla y hacer lo que pudiera con esa hermosa silueta. Pero sabía que no debía, ella no merecía que le quitasen su futuro, ni yo merecía tirar mi trabajo por la borda. A lo mejor, ella esté mejor con alguien más, eso es lo que intento creer todos los días, decirme que nunca seré suficiente para Maddie, alguien tan talentosa, hermosa, inteligente; merece más que un hombre como yo.

Claro que al recordar las palabras que me dedicó en nuestro abrupto encuentro, algo se conmovía dentro de mí; me había dicho que estaba enamorada. ¡Señoras y señores, la mujer más hermosa y perfecta del mundo está enamorada de un completo bastardo que tiene que quedarse con su novia infantil!

¿Me perdonaría el lector sí dijera que cierta parte de mí muere por saber a qué sabe el cuerpo de mi gran admiradora? Porque así es. Tal vez mis intenciones para con Madeline sean buenas, pero debo admitir, que como hombre que soy, también tengo malas intenciones.

Estaba concentrado en mis pensamientos, cuando el timbre sonó.

Era mi hermano.

-Hola. -Dijo entrando sin siquiera preguntar, y con cara de angustia. - ¿Recuerdas a tu estudiante? Maddie.

Fantástico.

-Sí, sí la recuerdo. ¿Pasó algo? ¿Son novios?

-Ya quisiera. Pues resulta que no me contesta y no quiero ir a su casa. Sería muy intenso, ¿verdad? -Decía moviéndose de un lado a otro.

-Tal vez sólo está cansada. -Hice una pausa. -Ahora que lo pienso, se fue del colegio porque estaba enferma.

-Ya veo, entonces me voy a calmar. -Dijo sentándose. -Sabes, creo que estoy enamorado. Desde que la vi... no sé, siempre me ha parecido hermosa. Y está esa conexión indudable, esos abrazos perfectos. Y el beso de la última vez. Bueno, aunque no fue la única vez que nos besamos. Tiene unos hermosos labios ¿Acaso no los has visto?

-La verdad es que...

-Lo siento, es tu estudiante, no te fijarías en eso. -Dijo interrumpiéndome. -El caso, es que bueno, tiene unos hermosos labios, y una hermosa piel; y su pelo, es precioso. Bueno, ella es preciosa. La verdad creo que he dicho mucho eso. Pero hermano... no sé qué más decir o en qué más pensar. -Hizo una pausa. -Aunque ¿sabes?, aveces siento que ella no me quiere, digo, que ella no me corresponde; se ha separado de nuestros besos... bueno, han sido más mis besos, que nuestros... pero, la voy a conquistar. Estoy seguro de eso, voy a hacer lo que sea para que ella se enamore de mí.

"Y esto, está cada vez peor." -Pensé dandole una sonrisa fingida a Charlie.

Quizá Algún día sea una historia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora