CAPÍTULO 18. COINCIDENCIAS

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Llegue a casa y me di una ducha. Escogí qué ponerme y empecé a hacer tarea.

A las 5:30 me vestí con lo que había elegido, un pantalón negro y una blusa gris con lentejuelas. Me puse mis Vans negros y tomé una pequeña mochila donde empaqué mi uniforme y los cuadernos para el próximo día. Estaba cerrando la mochila cuando el teléfono sonó.

-Creo que me debes una explicación. -Era Ashton bastante disgustado.

-Lo siento, te prometo que te lo contaré todo mañana, pero ahora mismo debo salir.

-Tienes que estar bromeando. Me usaste para darle celos a tu profesor, tienes que decirme qué sucede.

-Me gusta, y se podría decir que nos estamos viendo. Hoy me dijo que si pasaba con él el descanso, pero yo le dije que no; así que él estuvo con esa chica rubia perfecta sólo para darme celos y quería vengarme.

Hubo silencio al otro lado del teléfono. Ashton estaba en shock. Así que le dije que debía irme y colgué.

Tomé un taxi y llegué a su casa. Me acerqué al portero y le dije que iba donde Stephan.

-El señor Stephan ya me lo había comentado señorita Madeline, por favor pase. Su apartamento es el B-612.

-Ya veo, gracias.

Subí a su apartamento y toqué el timbre, en unos segundo Stephan me abrió. Tenía una camisa azul de cuadros y un Jean.

-Pase por favor señorita. -Dijo con una hermosa y gran sonrisa en la boca.

Él fue a la cocina y yo lo seguí.

-Estaba haciendo pizza para los dos, luego descubrí que lo mío, definitivamente no es cocinar y compré una en mi restaurante favorito. Espero que te guste.

-Gracias. -Dije sonriendo.

Nos sentamos en el comedor y comimos la pizza mientras le contaba cosas sobre mí y él cosas sobre él. Terminé descubriendo que tenía un hermano dos años mayor que yo y que pronto vendría a la ciudad, ya que él vivía con su madre en el pueblo natal de Stephan.

Después de comer vimos una película en la sala. Era bastante mala, y nos la pasamos burlándonos y criticando todo lo que sucedía.

-No creo que quien hizo esta película merezca llamarse director. -Dijo mientras apagaba el televisor.

-O guionista. -Añadí yo con un bostezo.

-¿Dormirás conmigo?

-No, tú dormirás en el sofá.

-Debes estar bromeando, justo me diagnosticaron un problema en la columna.

-No sabes mentir.

Y al final terminamos durmiendo juntos.

Desperté y el sol estaba muy intenso como para ser de  madrugada, así que miré el despertador y eran las 7:10 minutos.

-Stephan. ¡Stephan! ¡Mierda no nos hemos despertado!

-¿Qué pasa? -Dijo aún dormido.

-Son las 7:10. Tenemos que movernos.

Y entonces se paró de la cama y miro su celular, empezó a maldecir y me dijo que me arreglara yo primero mientras el preparaba algo de desayuno.

Me bañé en menos de cinco minutos, me vestí lo más rápido que pude y Stephan hizo lo mismo. Luego desayunamos lo más rápido que pudimos, a tal punto que tuve que llevar parte de mi desayuno en la mano para comer en el carro.

-Stephan.

-Dime. -Dijo concentrado en el camino.

-¿No es bastante sospechoso que lleguemos juntos y tarde?

-Tienes razón. Entro yo primero y luego entras tú. A los diez minutos.

-¿Es en serio?

-Pueden echarme por esto.

-Vale, tú ganas.

Y así fue. Espere diez minutos después de que se había bajado del carro y luego me baje yo. Y para que todo funcionara, yo había quedado con las llaves. Así que Stephan tendría que esperarme en la tarde. O yo a él.

Cuando iba en el pasillo, para mi mala suerte me encontré con el rector quien se extraño de que una estudiante como lo era Madeline Jones llegara cuarenta minutos después.

Y luego, para terminar de dañar mi mañana me encontré con Sofía.

-¿Madeline? No estuviste en clase.

-¿A qué te refieres?

-Yo seré su nueva profesora de matemáticas. Al profesor Lockert lo transfirieron a los grados menores.

-Ya veo.

-Es raro, ¿no?

-¿A qué te refieres?

-Que justo hoy también halla llegado tarde Stephan.

-Coincidencias. Debo ir a clase. -Dije corriendo.

Quizá Algún día sea una historia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora