Capítulo 21. El sable

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Llevaba dos días sola en casa y ya no aguantaba más a mis tías. Tras la marcha de mis padres ellas se hicieron dueñas del palacio, hacían y deshacían todo a su antojo, incluso le exigían a Sabé tareas que no le correspondía como planchar y por mucho que les repetía que ella era MI asistenta no dejaban de mandarle trabajo. De la rabia que me dio les di la plancha y la ropa a ellas. Pero menos mal que mi padre ya estaría hoy de regreso, él era mi salvador en este aspecto. Ah, también cabe destacar que el día que estuve hablando con Han en el despacho una de ellas vino y al verlo lo echó. ¡¿Pero quien es ella para echar a alguien del despacho de mi padre mientras está reunido conmigo?! Qué más da de lo que estuviésemos hablando, estábamos manteniendo una conversación privada en el despacho de mi padre. Vamos, al día siguiente el hombre no se atrevió a venir.

-Qué ganas de que lleguen tus padres, no aguanto más a tus tías. - Comentó Sabé en un susurro.

-Yo tampoco, Sabé, yo tampoco. - Afirmé. Al rato nos avisaron que mi padre estaba llegando y fuimos al hangar a recibirlo. Mi madre aún tardaría un poco más. - ¡Papá! - Corrí a abrazarlo como cuando era pequeña. Me apetecía.

-Hola, hija, ¡cuánta efusividad!

-¡No te vuelvas a ir y dejarme sola aquí nunca nuca, por favor! 

-¿Qué han hecho tus tías esta vez?

-Mandar a Sabé a planchar. Casi la obligan, como si fuera una doncella más del palacio. Y no es la primera vez. A ver si les quedas claro que Sabé trabaja para MI.

-Para ellas es una trabajadora más del palacio, nunca han tenido contacto con ella como nosotros, ya sabes como son como se les meta algo en la cabeza.

-O cuando no se les mete, más bien, porque no quieren a Sabé aquí y nunca la han querido.

-Esa es otra historia, Leia. Estoy cansado, no me atosigues, por favor. A la hora de comer me cuentas. Sabé, ven conmigo, por favor, he de darte algo importante.

-Claro. Leia, ¿me esperas en el salón y vamos antes de comer a dar un paseo por el jardín? - Afirmé a la orden disfrazada de propuesta y echaron a andar quedándome allí.

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Dejamos a Leia en el hangar y me dirigí con Bail hasta su cuarto, yo con mucha curiosidad de qué sería aquello que tenía que darme.

-Pasa y cierra la puerta – Dijo sacando del bolsillo un aparatito y encendiéndolo. Servía para ver si había algúuna grabadora de sonido. Desde que saltó el rumor del espía imperial en el palacio teníamos que andarnos con muchísimo más ojo con lo que hablábamos, y Bail no se fiaba ni de su propia habitación. - He estado hablando con Obi-Wan.

-¿Cómo está?

-Bien, con sus cosas.

-¡Y Luke? ¿Cómo está Luke?

-Luke perfectamente, un hombretón, se parece mucho a Anakin. En poco tiempo lo tienes aquí, beca completa, es muy inteligente ese muchacho, y muy trabajador. - Suspiré al oir eso, tenía muchas ganas de volver a ver a mi hijo, la última vez que lo había visto había sido muchos años atrás, tantos que ni siquiera debe de acordarse, el día en el que sus tíos me echador a empujones de su casa. - Algo sobre él se trata – Me dijo mientras sacaba algo de entre sus cosas, estaba como escondido entre la ropa. - Luke dice que no quiere de momento el sable de Anakin, que no se ve preparado, que lo que tiene que hacer es centrarse en sus estudios, no en la Fuerza. Obi-Wan dice que deberías guardarlo tú y, cuando esté preparado se lo des.

-¿Guardarlo yo? ¿Y qué hago si lo ve Brey?

-Encenderlo – Dijo bromeando pero sin mucha broma – Así le metes miedo.

-No es mala opción. - Reí – No estoy muy convencida de que guardarlo yo sea la mejor opción, pero si Obi-Wan cree que sí es porque será verdad.

-Dice que después de a sus hijos te pertenece a ti. Mucho de lo que era Anakin fue por ti, tanto en lo malo como en lo bueno

-Sí, lo entiendo. Yo me lo quedaré. - Dije agarrándolo y levantando mi falda del vestido para esconderlo debajo de ella con ayuda de una cinta que siempre llevaba guardada que en alguna que otra ocasión había utilizado para esconder el blaster.  Como la falda era vaporosa no se notaría atado en mi pierna. Después de comer iría a casa a llevarlo, cuando Brey marchase a trabajar. Me contó cosas que Obi-Wan le había contado sobre Luke y yo salí del cuarto a buscar a Leia para ir a pasear, tal y como le había dicho.  

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