Capítulo 34. Han se fue

26 1 0
                                    

Aún era temprano por la mañana cuando me levanté sin esperar a Sabé y fui hacia donde "vivía" Han para intentar pillarlo antes de irse para poder disculparme. Winter me dijo que ayer por la tarde pasó y lo vio cargando la nave. Apenas había gente por las calles, los comerciantes estaban comenzando a llegar a sus negocios para abrirlos. La verdad es que siempre me llamaba la atención ver las calles tan vacías, sobre todo el muelle, el cual estaba siempre repleto de comerciantes y a esa hora lo único que se veían eran droides terminando de montar la mercancía en las naves. Llegué a mi destino y me quité la capucha del traje que llevaba, el mismo que llevaba siempre cuando hacía estas escapadas.

-Buenos días – Le dije educadamente a la dueña del establecimiento, la cual sabía perfectamente quién era y qué hacía allí.

-El Capitán y su amigo wookie no están, princesa. Marcharon ayer antes del anochecer, llevaban prisa.

-¿Cómo que se fueron? ¿Tan así de repente? ¿Pero van a volver? – ¿De verdad se había ido sin avisar? ¿Y si no quería volver a verme?

-Supongo, no sé. Primero me dijo que no pero luego volvió y me dijo que sí, pero se han llevado todo... No sé.

-Vaya...Pues... ¿Si llama o algo le puede dejar un recado de mi parte? – Afirmó – Digale que lo siento, por favor.

-¿Eso solo? – Afirmé – En cuanto hable con él se lo diré de su parte. – ¿Llamaría? ¿Volvería alguna vez?

-Muchas gracias, ahora mejor me voy. – Me despedí y volví algo decepcionada conmigo misma a casa. Se había ido por mi culpa. Él se había quedado en Alderaan tiempo atrás por mí y yo me había comportado así, con él, de la peor forma posible. Era mi amigo y lo he tratado como al rastrero que pensé que era al principio, pero de estas cosas me he dado cuenta tarde. En vez de ir a palacio me pasé por casa de Sabé, por suerte aún no habría salido de casa. Y así fue, justo abrió la puerta para salir cuando iba a llamar yo al timbre – Hola...

-¿Qué te pasa, muchacha? Que pareces un alma en pena... – Me respondió ella cerrando la puerta y acercándose a mí

-Han se fue.

-Lo sé. Estuve hablando con él ayer por la tarde. Tenía prisa y adelantó el viaje. Dice que cuanto antes saliese antes volvería, que tiene asuntos a los que atender – Me dijo sonriendo. Esa sonrisa que mostraba cuando sabía algo más de lo que decía pero que iba a quedarse para ella.

-¿Entonces no se ha ido por mi culpa?

-Tu culpa como tal no. Pero sí está dolido. Mucho. Y no es algo que puedas arreglar con un simple lo siento.

-Ya, jope. Y yo también por haberlo hecho. Pero había ido ahora a hablar con él y darle la disculpa que se merece, pero no me ha dado tiempo, y no se... ¿Y si no quiere volver a verme? ¿Y si no vuelve?

-No pienses esas cosas. – Contestó Sabé comenzando a andar – No es para tanto. Estoy segura que él no sería capaz de hacer algo así. Bueno, con otras a lo mejor, pero contigo no.

-Ay, no me digas encima esas cosas que me haces sentir peor. Estaré pendiente cuando vuelva, porque no me voy a separar de él hasta que me perdone.

-Tampoco agobies. Dejalo correr. Dale tiempo. Cuando vuelva vas a buscarlo y le explicas cómo te sientes.

-¿Y si no quiere oírme?

-Eso no pasará. Olvídate unos días de eso, ¿vale? Céntrate en el trabajo y tus estudios. No quiero volver a oír su nombre en tu boca hasta al menos dentro de dos días, ¿vale? – Asentí bajando la mirada y fuimos a palacio. Mi padre ni se sorprendió de verme con ella, no era la primera vez que llegaba junto con Sabé por la mañana.

-Buenos días señoritas – Saludó sonriéndonos.

  ----------   ---------- 

-Buenos días, Obi-Wan – Saludé al Maestro Jedi al levantarme y encontrármelo en la cocina preparando su desayuno

-Buenos días, Padme. ¿Cómo has dormido? – Me preguntó con su característica serenidad de siempre.

-Muy bien, gracias. Tranquila tras la conversación de ayer, la verdad.

-¿La que me contaste que tuviste con el piloto? – Afirmé – Hiciste bien. Ahora que los próximos sean tus hijos.

-Eso ya es más difícil. Pero con que Han no se vaya y siga ahí en el medio intentando mantenerlos separados, y ahora con razón, me vale – Reí bajito – Es un buen hombre, a pesar de todo lo que haya hecho en el pasado. No me importaría tenerlo de yerno

-A ver si para entonces ya pudiese llamarte suegra oficialmente.

-No agobies, por favor. Se lo diré cuando llegue el momento, no es fácil. Podría decir que es de todo menos fácil.

-Ya lo sé, me imagino. Pero... Dejo ya el tema. – Asentí agradeciéndoselo y fui a terminar de prepararme para ir a trabajar. Fui a despertar a Anakin, que había vuelto a empezar el colegio y salí de casa. Nada más abrir la puerta me encontré con Leia en la puerta a punto de llamar al timbre.

-Hola...

-¿Qué te pasa, muchacha? Que pareces un alma en pena... – Le respondí a ver su cara mirando al suelo, con ojeras de no haber dormido mucho esa noche y los ojos llorosos.

-Han se fue. – Me contó sobre ello y como se sentía mientras íbamos a Palacio. Menos mal que me encontré con él antes de que se fuera y pude solucionarlo, sino todo acabaría mucho peor. En fin y al cabo esto se va a arreglar pronto, al menos ambas partes estaban dispuestas. Por parte de él por algo obvio, estaba coladito hasta los huesos de Leia y por parte de ella aunque lo negara y estuviera obsesionada con Luke también le gustaba. Pero eso lo negaría hasta el día del juicio final, la conocía demasiado bien.

Nueva OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora