Capítulo 18. Regreso

16 0 0
                                    

-Papá, hoy vuelve Sabé, ¿verdad? - Le pregunté a mi padre mientras caminábamos hacia la sala de reuniones principal del palacio de Alderaan, había reunión de ministros.

-Sí, a en un rato, me dijo que saldrían a la noche de allí, pero no sé la hora que será allí. Y recógete ese pelo. - Asentí de mala gana y recogí mi pelo en una larga coleta que caía en una fina casada por mi espalda. - Así mejor, me agobia verte todo el pelo en la cara.

-Que pesado eres, en serio.

-Pues no me hagas ser pesado.

-Ya me lo he recogido. - Me quejé, a lo que mi padre respondió con un pesado suspiro antes de entrar en la sala donde los ministros ya aguardaban, entre ellos mi madre. Los temas a tratar fueron las becas, el próximo curso escolar y temas económicos. Temas aburridos pero tan necesarios como otros, y a todos debemos darle la importancia que se merecen. El resto del día pasó más aburrido todavía. Se notaba mucho que Sabé no estaba, apenas tenía a alguien con quien hablar, aunque bajé un rato a la cocina antes de comer para hablar con la cocinera. Había hablado poco con ella, era nueva, pero cualquier cosa me servía, a ser verdad. Y encima Winter no estaba, se había ido a pasar unos días a casa de unos tíos.

-Ama Leia, Sabé ya ha llegado, pero está en su casa, quizá más tarde venga. - Dijo mi droide

-Gracias por avisar, C3.

-----  -----

-Mamá, no encuentro mi chaqueta. - Me dijo Anakin después de llevar un rato por toda la casa buscándola.

-¿La azul? - Afirmó – La tengo yo, te lo dije esta mañana, que te la guardaba yo.

-Ah, no te oí... Pues estoy listo ya.

-Vale, pues en cuanto venga el abuelo nos vamos, ¿vale? - Afirmó y fue a llevar a la entrada su maleta. Se sentó a mi lado mientras que esperabamos a que mi padre volviera de unas reuniones, quería despedirmes en condiciones de ellos, ya que no sabía cuando los volvería a ver, aunque en cierto modo esperaba que no tardase otros 17 años en ello, sobre todo estando mi padre como estaba. Llegó y nos despedimos, aguantando las lágrimas todos y prometiendo vernos pronto. Tenía ganas de volver a Alderaan, pero a la vez desearía poder quedarme en Naboo más tiempo. Quería volver al trabajo, estar sin algo que hacer me agobiaba un poco, sin embargo no quería ver a Brey. Él se había convertido en mi pesadilla. Dejarlo sería lo más fácil pero no podía. No podía porque estaba segura que intentaría quitarme al niño y yo no tenía casa, aunque eso no supondría un problema, puesto que yo seguía teniendo mi cuarto dentro de palacio. Pero el peligro que suponía que me quitaran, de nuevo, un hijo no quería correrlo.

El viaje me resultó más corto de lo que de verdad era, y la culpa la tuvo las pocas ganas de llegar a casa y la siesta que me tomé. Pero llegó el momento de hacerlo. Llegamos y Brey estaba esperándonos en el salón, fumando de una pipa tabaco barato, tenía gustos que aparentaban exquisited, sin embargo, luego era bastante rácano con ellos. La ropa a medida, sí, pero iba a los lugares más baratos con peores telas, la pipa, pero el tabaco de peor calidad, speeder deportivo, de segunda mano que sale mucho más barato... Y así todo.

-Bien aprovechado el viaje, ¿no? - Comentó seco nada más cerrar yo la puerta.

-Pues sí, por desgracia para ti.

-¿Pensabas decirme que Lord Vader atacó a Anakin?

-Pues no lo sé. Pero empujó a Anakin y me capturó a mí, no sé quien de los dos hubiese salido peor parado de esa visita.

-Pero él es mi hijo. Y si a ti te capturó por algo sería.

-Él es tu hijo y yo soy tu mujer por la cual aún sigues con el título de Capitán porque por tu actitud te han estado a punto de degradar, que lo sepas.

-Qué habrás hecho... Con lo zorra que eres seguro que algo indeseable.

-¿Perdona? - En ese momento no pude evitar estampar mi mano contra su mejilla - No te permito que digas esas cosas de mí, y menos delante del niño, que si no te has dado cuenta está aquí a mi lado. Y además tú no eres el más adecuado para ir dando charlas sobre dignidad, que yo me entero de las cosas. Aunque tampoco hay que ser muy listo para saber como acaban tus juergas nocturnas.

-A mí no me hablas así, no te lo consiento - Dijo levantándose y viniendo hacia mí.

-Papá, mamá, ya, por favor.

-Tienes razón, Ani, vámonos. Los nerfs al campo, no para razonar con ellos. Te ayudo a deshacer la maleta. - Dije y acompañé a mi hijo a su cuarto. - No hagas caso a lo que dice, ¿vale?

-¿Qué le pasa? ¿Os vais a separar?

-Puede ser, no lo sé. Pero si las cosas siguen así puede que sí. Pero ¿por qué crees que le pasa algo?

-No sé, dice cosas raras sobre el Imperio, cosas que no había dicho nunca. Y quiere que entre en la Academia Imperial. Pero yo no quiero, mamá. Yo no quiero ser soldado imperial. Yo quiero ir a la universidad y aprender sobre economía y esas cosas.

-Y lo harás, hijo. Yo me encargaré de que lo hagas. Hablaré con Bail si es necesario, pero lo harás. Iré a preparar la comida, ¿vale? - Afirmó y fui a cambiarme de ropa para ponerme algo más cómodo, no quería ponerme a cocinar con el vestido puesto que, además, me había costado mucho trabajo arreglar sin que se notara. Fue uno de los que Brey cortó, pero, por suerte, tenía arreglo. - Brey, ¿no se te ha ocurrido ir a hacer la compra?

-¿Por qué? Hazla tú. - Le eche una mirada de odio que no vió. Pues sopa de verduras para comer, no hay mucho más.

-Tú verás, yo he quedado para comer fuera.

-Me gustaría saber cuantos hermanos tendrá Anakin esparcidos por Alderaan.

-Pues ni te va ni te viene. Con quien me cuesto o me dejo de acostar no es asunto tuyo.

-Bueno, eres mi marido y me juraste lealtad y fidelidad.

-Detalles. - Cometó. - Bueno, yo voy a arreglarme, ahí te quedas con tu comida. - Dicho eso se levantó del sofá y entró en la habitación. Había veces que me daban ganas de reventarle la cabeza en el suelo. "Padmé, tranquilizate, que la ira no trae nada bueno", me repetí algunas veces seguidas mientras hacía la sopa  

Nueva OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora