Capítulo 48. El gran Moff Tarkin

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-¡Hay supervivientes! – Informó uno de los miembros de asalto que habían sido introducidos en la segunda Estrella de la Muerte una vez vencimos la batalla, al final había convencido a Han para que se quedara conmigo, sin embargo, el que entró en la estación espacial fue Luke, aunque fuera para buscar a nuestro padre. Había sido una batalla muy dura, con muchas bajas por ambas partes, pero conseguimos tomar el control de la estación espacial.

-Traedlos, se merecen un juicio justo. Si luchamos por la justicia debemos dar ejemplo – Ordené y afirmaron. ¿Se sabe algo de Skywalker? Estaba dentro.

-Negativo, alteza, ni rastro de él, estamos buscándolo. – Asentí y apagué el micrófono del intercomunicador

-Estoy seguro de que tu hermano estará bien – Dijo Han animándome.

-Sí, sé que está bien, lo que me preocupa es el dónde está. Pero sé que está bien, puedo sentirlo. Me dolería mucho perderos a algunos de los dos – Le dije acariciándo su mejilla.

-¡Acabamos de encontrar a Darth Vader! Parece herido ¿Qué hacemos? – Preguntó otro soldado.

-Dejadlo ahí, si él está herido le quedará poco. – Dijo uno de los generales.

-¡NO! No deja de ser uno más, al igual que los demás también se merece un juicio. Aunque sepamos de sobra que es culpable. Además, él evitó que me mataran y que destruyeran Alderaan. - Ordené

-De acuerdo, alteza. Lo llevaremos, si somos capaces de moverlo.

-Confío en que lo seáis. – El empeño en que consiguieran traerlo no era por el juicio justo sino para poder encontrarme con él. Yo sabía perfectamente que si estaba tan mal como lo describían apenas llegaría a la base. Poco después la nave con los prisioneros llegó a la base Rebelde – Tarkin, volvemos a vernos, aunque esta vez con los papeles invertidos.

-Esto no quedará así, princesita – Dijo el princesita con tono irónico – Pagaréis por esto.

-Quien pagará por todo el daño que ha sufrido esta galaxia serás tú. Vas a cobrar con tu misma moneda. Queremos información y ya nuestro equipo de inteligencia se las ingeniará para sacártela. Y podemos ser unos salvajes cuando queremos

-Sí que sois unos salvajes, y unos traidores.

-Unos traidores de los que ahora mismo depende tu vida. Llevároslo, más tarde voy. – Los soldados agarraron a Tarkin por ambos brazos y a rastras se lo llevaron a una celda. Me avisaron que dentro de la nave aún estaba Vader, al cual era demasiado difícil mover, así que me acerqué. Dentro estaban Padme y mi hermano, Luke estaba sentado en el suelo a su lado y nuestra madre alejada observando. Cuando entré en la gran estancia de la nave vi como Luke le decía algo antes de desenganchar el casco de la negra armadura.

-¿Estás seguro? Morirás.

-Eso ya es algo inevitable, y quiero veros con mis propios ojos - Le quitó el casco en el mismo momento en el que yo llegaba a su lado. Solo observaba con mirada impasible, no sabía como reaccionar. Por un lado era mi enemigo, por otro mi padre. Aunque verlo sin su casco, mostrando su cabeza quemada y agonizando no podía pensar en él como mi enemigo, sino en una víctima más de Palpatine y el lado oscuro. Mi hermano hablaba con él, yo no prestaba atención, mi mente estaba un poco en shock. Cerré los ojos concentrándome en la Fuerza, no había ni rastro de oscuridad en el lugar. No obstante había algo que yo tenía claro: que unos minutos de redención no borran tantos años de sufrimiento, y eso era lo que me impedía mostrar pena. Y fue entonces cuando dejé de sentirlo. Abrí los ojos en el momento en el que mi hermano cerraba con sus dedos los del quien en el pasado había sido el gran General Skywalker.

-Saldré a avisar.

-Vale, di que nos encargamos nosotros, por favor – Me pidió mi hermano y asentí.

-Vader está muerto. – Avisé cuando llegué junto a mi padre, y otros miembros del grupo.

-Se veía venir... Haceros cargo vosotros, por favor, que no llame la atención. – Asentí, pero antes de ir a avisar a Han para trasladar el cuerpo inerte de Vader para sacarlo de allí en el Halcón me pasé a hacerle una visita a Tarkin, me estaban esperando para comenzar el interrogatorio. Lo tenían en una silla esposado y en una mesa al lado algunos de sus utensilios que él mismo usaba para las torturas, porque eso no tiene nombre de interrogatorio.

-El Gran Moff Tarkin... ¿Quién ríe ahora, eh?

-No vais sacarme la más mínima información.

-Yo estuve a punto de hablar y soy más dura que el hierro, así que a ver lo que me cuesta hacerte hablar a ti. Vas a probar de tu misma medicina – Eso último lo dije agarrando una de las jeringuillas de las drogas que usaba él antes de inyectarla directamente en su cuello.  


Nada más organizar la llegada a tierra y decidir qué haríamos con los prisioneros hasta el juicio, excepto Tarkin que estaba ya muy decidido y hecho, dimos la noticia de la toma de la Estrella de la Muerte y la muerte de darth vader, lo que suponía la victoria de la Alianza Rebelde en la guerra y la posibilidad de la vuelta a la democracia y la República. Aunque Palpatine había huído.

Era primera hora de la mañana en Alderaan cuando mi padre y Mon Mothma salieron en pantallas por todas las principales ciudades de la galaxia contando lo sucedido y dando la buena noticia de la caída del Imperio. Ese momento yo lo pasé con Han, mi hermano y su amigo en la Residencia de la Universidad. Al principio todo fue caos. Mucha gente salió a la calle a festejar, y otros a todo lo contrario, pero no fue algo que la Guardia no pudiera controlar, al menos en Alderaan, en otros lugares los disturbios fueron mayores y hubo bastantes percances.

-Y pensar que todo es gracias a vosotros... – Comentó el amigo de Luke, que por mucho que llevara hablando con él nunca me acordaba de su nombre.

-Trabajo en equipo. No éramos muchos pero a veces la motivación y la organización es mejor que la cantidad. – Respondió Luke

-Ya se ve. ¿Y qué pasó con los dirigentes?

-Palpatine desapareció, Vader murió y Tarkin ha acabado exiliado en un planeta minero sin memoria.

-Pues muy bien, allí no dará problemas. ¿Y el nuevo gobierno como va ser? Porque eso sería conveniente tener algo rápido

-Ni idea, ni siquiera lo hemos pensado. Supongo que crearemos un Comité hasta crear un Consejo definitivo. – Respondí mientras tomaba un sorbo del zumo que me estaba bebiendo. – En fin, debería irme, que hay mucho que hacer y, como están las cosas, mejor no dejarse ver mucho por aquí.

-Yo te acompaño – Dijo Han levantándose a mi lado – Quiero ir a palacio de nuevo, además, Chewie está allí, me avisó de que venía de camino y le dije que fuera para allá – Asentí y agarré su mano levantándome y dejándole un beso en la mejilla.

-Vale, buen regreso, ya nos contáis que tal. – Respondió Luke

-Claro. Por cierto, Luke, piensate lo de piloto de la Academia militar.

-Lo pensaré. – Nos despedimos y Han y yo volvimos a palacio, donde estaban los dirigentes de la Alianza y mi pequeño hermano Anakin, el cual se alegró al verme.

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