-Han, ¿podemos hablar un momento, por favor? – Le dije a Han en cuanto lo vi en Palacio cuando vino a ayudarnos con los heridos que aún seguían aquí.
-Claro. ¿Ocurre algo?
-Sí... bueno no... bueno sí...
-¿Te aclaras?
-A ver.. Anoche estuve hablando con Winter y bueno, estuve pensando en algo.
-Ajam... – Dijo mirándome cruzados de brazos esperando a que dijera algo, y por su cara creo que esperaba que fuera importante.
-Pues... ay, es que no sé ni qué decir...
-Pues yo menos, no sé de lo que quieres hablar. ¿Qué has pensado?
-Sobre tu y yo – Su postura cambió. De ser una más tosca a una más recta y atenta, la conversación para él había cobrado interés.
-¿Y qué has pensado sobre nosotros?
-Que... a ver.. – No sabía cómo decirlo así que cerré los ojos y me lancé a él para darle un pequeño y fugaz beso, eso sería suficiente para resumir lo que estaba intentando mi mente decir. – Te quiero.
-Lo sé – Sonrió como solía hacerlo, y, tras guiñarme un ojo, se dio la media vuelta y comenzó a andar.
-¡Pero bueno! ¡Que me acabo de declarar!
-¿Quieres que tu madre nos riña por llegar tarde?
-No, claro que no, señor se me acaban de declarar y me quedo tan tranquilo... – Me quejé – Un momento... Breha no está llevando el tema de los heridos, suficiente tiene con el bloqueo comercial... – Dije y corrí hacia él,eso tenía que aclararlo – Eey, oye ¿cómo sabes tú que mi madre es Sabé?
-Ella misma de lo dijo hace un tiempo... ¿Por qué crees que volví y dejé de preocuparme por lo que pudiera pasar contigo y Luke? Sabía que sois hermanos
-¿Lo sabías y me lo ocultaste? – Dije algo mosqueada parándome.
-Yo no soy quien te tenía que decir algo. Para que veas que los secretos conmigo están a salvo. ¿Podemos subir ya, por favor?
-Sí... claro. Pero ¿qué pasa con nosotros? – Se paró, se volvió hacia mí y, tras sujetarme por la cintura me dio un beso como los que salen en las holopelículas que tanto le gustan a Winter.
-¿Responde eso a tu pregunta? – Afirmé y sonriendo comencé a andar de nuevo a su lado.
----- -----
Vi a Han entrar junto a Leia donde yo estaba. Leia sonreía.
-¿Dónde has dejado tu ceño fruncido, Leia?
-¿Qué?
-Nada, déjalo. A ponerse a trabajar un poco. Leia, te está esperando tu padre en su alcoba.
-Eso te iba a decirte, que si sabías si estaba despierto.
-Pues sí, lo está y esperándote.
-Ahora vengo – Se despidió y salió de la habitación.
-¿Qué os traéis entre manos? – Le pregunté a Han una vez nos quedamos solos
-No lo sé. Me ha besado hace un momento. No sé qué mosca le ha picado.
-Ayer le dije que soy su madre.
-Lo sé. Me lo ha dicho. No como tal pero en definitiva me lo ha dicho. Ahora a trabajar. ¿Qué hay que hacer?
-Toma, aquí tienes gasas y agua caliente con desinfectante, ya sabes.
-De acuerdo. Por cierto, dice Luke que en cuanto acabe el examen que tiene hoy viene. Podrías aprovechar para hablar con él también.
