Capítulo 13. Segunda oportunidad

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Esa actuación de Vader me había dejado descolocada. Si había sido él quien mandó a que me interrogaran ¿por qué querría soltarme? Me llevaron a mi nave casi a rastras ya que por el dolor de la droga apenas podía mantenerme en pie, y mi tripulación me llevó a la enfermería. En la enfermería recuerdo poco. Recuerdo que me tumbaron en una camilla y sentí un pinchotazo en el brazo y, casi al instante, el dolor era un simple cosquilleo hasta que me quedé dormida profundamente. Tan profundamente que no recuerdo que soñé, aunque Sabé dijo que había estado muy inquieta. Lo que sé con seguridad es que al abrir los ojos me la encontré sentada en una silla junto a la camilla, con el mismo vestido con el que nos habían llevado, un vestido gris con bordados dorados con capucha abrazando a un asustado Anakin.

-Sabé - Musité aún adormilada.

-¡Leia! Despertaste. ¿Cómo estás?

-Agua, quiero agua. - Conseguí decir. Tenía la garganta completamente seca, no sé si sería por efecto de la droga o del sedante.

-Ahora mismo, Anakin, ¿vas tú? - El niño asintió y fue corriendo a buscar agua.

-¿Qué les has dicho para que me suelten? - Dije con la voz áspera.

-Digamos que soné convincente. - Anakin volvió con una jarra con agua y un vaso que me ofreció y bebí.

-Gracias Ani.

-De nada, princesa. ¿Te encuentras mejor?

-Bastante mejor, gracias. ¿Y tú?

-Sí, solo tengo un chichón. Pero podré contar a mis amigos que he visto a Darth Vader - Respondió con una sonrisa

-Curará pronto, ya verás - Le animé intentando incorporarme pero Sabé lo evitó.

-Ni se te ocurra moverte. Necesitas descansar. Al menos hasta que lleguemos a Naboo. - Bufé y me tumbé de nuevo.

-Vayamos a Naboo entonces. - Dio el aviso y la nave volvió a moverse. Al rato llegamos a Naboo donde la Reina, enterada de lo ocurrido, ofreció su ayuda y fuimos al palacio. El palacio era enorme pero precioso, tanto o más que el de Alderaan.

-Princesa Leia. - Me dijo un droide mensajero una vez aseada y completamente recuperada. Me había cambiado de ropa, en vez del traje que solía ponerme para los viajes, me vestí con un vestido color morado oscuro y una especie de chaqueta sin mangas, que servía como decorativo, lila muy clarito - Hay un hombre en la puerta de palacio que dice venir de parte de su padre.

-¿De parte de mi padre? ¿Cuál es su nombre?

-No lo ha notificado. ¿Qué hacemos?

-Ahora mismo bajo. - El mensajero salió de la estancia y bajé a la entrada, donde estaba esa persona que me dijo el mensajero. Me sorprendí, y mucho, cuando vi quien era. - ¿Han? ¿Pero se puede saber qué haces tú aquí?

-Estaba con tu padre cuando nos dieron la noticia del secuestro de la nave. Nos quedamos preocupados y me dijo que viniera a enterarme

-Muchas gracias, supongo.

-De nada. ¿Cómo estás?

-Ya bien, gracias. Salgamos de aquí, no deberías estar aquí. - Avisé a otro droide mensajero para que informara a Sabé de nuestra marcha y salí con él a la plaza del palacio, aunque fuera para sentarnos en las escaleras.

-¿Qué te han hecho? Tienes mala cara.

-Del susto, yo creo. Entraron en la nave acusándome de estar con la Rebelión y me apresaron, a mí y a Sabé, pero a ella no le hicieron daño, no sé, ha sido raro.

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