02.-

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POV Omnisciente

Después de que Edgar le hubiera dicho aquello, ni siquiera se dio la molestia en pensar todo el día en eso, posiblemente su jefe le haya dicho algo a su amigo solo para molestarlo, como ya era algo normal desde que había comenzado a trabajar ahí.

Continuó jugando y dibujando hasta la hora de almuerzo, donde buscó algo de dinero para comprarse al menos un sándwich. Claro que aquél no era su día y había olvidado su billetera, causando que gruñera y se sentara en su silla derrotado.

Vio a Jaime salir de su oficina con un mejor ánimo que antes y este lo miró extrañado.

-No vas a ir a almorzar, cariño?.-Preguntó el señor Navarro algo confuso mientras lo observaba.

-No me digas cariño.-Dijo su secretario mirándolo por un par de segundos.

-Bien. No vas a ir a almorzar, amor?.-Preguntó Jaime con una ligera sonrisa viendo como el moreno se irritaba un poco más.

-No, no podré ir a almorzar.-Respondió Nicolás sabiendo que su jefe seguiría insistiendo.

-Por qué no?.-Preguntó el enojón con el ceño fruncido.

-Olvidé mi billetera.-Dijo el moreno en un tono más bajo, como si se avergonzara de aquello.

Jaime lo observó varios segundos y asintió.

-Vamos.-Dijo su jefe de repente, haciendo que Nicolás estuviera algo confuso.-Iremos a almorzar.

-No necesito tu lastima...

-No tienes mi lastima, Nicolás, esto lo hago porque quiero.-Dijo el señor Navarro interrumpiéndolo.-Además, si no puedes salir conmigo después del trabajo, entonces tendrá que ser ahora.

El moreno miró los ojos de su jefe y en realidad este parecía estar diciendo la verdad.

-Le cuentas a alguien de esto y te mato.-Dijo el pequeño moreno levantándose de su asiento para luego caminar junto al enojón, quien por cierto, estaba muy contento.

-No le contaría a nadie Nicolás.-Dijo Jaime mirándolo unos segundos para luego continuar hablando.-Prefiero quedarme con esto para mí no más.

Luego de haber dicho aquello, apretó el botón del ascensor y la puertas de este se abrieron de inmediato. Nicolás y Jaime entraron altiro al ascensor. Este último apretó el botón para ir al primer piso para luego solo mirar al moreno.

-Por qué me miras? Da miedo.-Dijo el pequeño secretario evitando la mirada de su jefe.

-Bueno, sinceramente a mí me gusta mirarte.-Dijo el enojón tomándose una pausa para luego continuar hablando.-Es una de mis cosas favoritas del día.

-Además de molestarme todo el día?.-Preguntó su secretario no creyendo nada de lo que este decía.

Jaime solo lo miró por un par de segundos pero no dijo nada sobre aquello.

-Te aburres mucho?.-Preguntó su jefe ignorando la pregunta que le había hecho el moreno.

-Un poco no más.-Respondió Nicolás mirando a su jefe con interés. Acaso había ignorado su pregunta?

-Podrías ayudarme con algunas cosas en mi oficina, bueno, si es que quieres.-Dijo Jaime causando que el pequeño moreno se olvidara por unos segundos que este era enojón o al menos insoportable.

-Puede ser.-Dijo el moreno mirándolo un par de segundos para luego salir del ascensor cuando este abrió sus puertas.-Donde vamos a ir a comer?

-Donde quieres ir a comer tú?.-Preguntó el enojón mirándolo por un par de segundos para luego notar como algunos de sus empleados los miraban.

-En verdad me da igual, soy feliz hasta con un sándwich.-Respondió el pequeño moreno también notando aquellas miradas causando que recordara que hablaba con el jefe insoportable.

Jaime le sonrió y habló.

-Entonces solo acompáñame, iremos en mi auto.-Dijo su jefe todavía con aquella sonrisa pero esta desapareció cuando se dio cuenta que los seguían mirando. Frunció el ceño y miró a todos sus empleados que los observaban, causando que estos miraran para otra parte.

-Puedo saber donde iremos entonces?.-Preguntó el pequeño secretario de Jaime mirándolo mientras salían del edificio.

-Es una sorpresa, pero supongo que te gustará.-Contestó el señor Navarro, ni siquiera dándole una pista.

-Pero señor...

-Dime Jaime, solo tengo cuatro años más que tú.-Dijo el recién nombrado observándolo. Sacó las llaves de su auto y le sacó la alarma a este. Le abrió la puerta del copiloto a Nicolás haciendo que este frunciera el ceño pero igualmente entrara al auto.

El enojón le cerró la puerta y se dio la vuelta solo para entrar al asiento del conductor para luego cerrar la puerta y encender el auto. Comenzó a conducir casi de inmediato.

-Podía abrirme la puerta solo, Jaime.-Dijo el secretario del recién nombrado. El moreno todavía tenía el ceño fruncido.

-Bueno, eso es lo que hacen en las citas, no? Le abren la puerta a su acompañante.-Dijo Jaime con una ligera sonrisa notando lo molesto que estaba el moreno.

-Esto no es una cita.-Dijo Nicolás casi en un gruñido.-Y por si no lo sabías, soy muy inteligente como para ser seducido por ti.

-Por eso me gustas.-Dijo el enojón ni siquiera desanimándose por eso.

Nicolás lo miró y Jaime ya lo estaba observando.

-T-Tú solo concéntrate en el camino.-Dijo el moreno desviando su mirada pero sintiendo su rostro enrojecer.

Jaime se rió y dejó de mirarlo solo para hacer lo que este quería.

-Colócate el cinturón.-Dijo su jefe preocupándose por la seguridad de Nicolás.

Nicolás lo miró con una ceja enarcada para luego colocarse el cinturón.

-Tú ni siquiera te lo has colocado.-Dijo el pequeño moreno mirándolo.

-Estoy conduciendo.-Dijo el señor Navarro con una ligera sonrisa para luego seguir hablando.-Puedes ser tan amable de colocarme el cinturón?

-Eh, esta bien.-Dijo el pequeño secretario con una pausa.-Cuidado con lo que haces.

-De qué hablas?.-Preguntó Jaime con una sonrisa ahora coqueta y pervertida.

-Sabes muy bien de lo que hablo.-Dijo el secretario de Jaime no dispuesto a decirlo.

-No tengo ni idea.-Dijo el enojón como si fuera inocente.

-No se te ocurra detenerte de repente y que yo caiga en... No me hagas decirlo.-Dijo Nicolás casi avergonzado.

-Tan mal piensas de mí?.-Preguntó el jefe de Nicolás con una sonrisa divertida.

-Sí.-Respondió el moreno mientras se acercaba a Jaime y tomaba el cinturón. Nicolás no pudo evitar mirar a su jefe y notar lo cerca que estaban.

El enojón lo miró y se colocó un poco nervioso en realidad.

Nicolás intentó concentrarse y le colocó el cinturón rápidamente a Jaime para luego volver a acomodarse en su asiento.

No hablaron de aquello durante el camino en realidad.

Boss (Jainico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora