Boss (Jainico)

15.-

POV Omnisciente

Cuando Jaime le pagó a Carlos lo que Nicolás imprimió, salió del cibercafé junto al moreno, quien estaba muy confundido. El enojón le sacó la alarma a su auto y le abrió la puerta del copiloto a Nicolás. Este último frunció el ceño y miró a Jaime.

-Sube.-Dijo Jaime todavía con aquél tono de voz.

-No es necesario.-Dijo Nicolás no sintiéndose muy cómodo por el comportamiento de su jefe.

Jaime lo miró irse y cerró la puerta de su auto fuertemente para luego colocarle la alarma a este y solo alcanzar a Nicolás.

-Así que currículums?.-Preguntó el enojón bastante serio, caminando al lado de el pequeño moreno.

-Sí.-Dijo el moreno ni siquiera mirando a Jaime.

-Tan mal trabajo es ser mi secretario que quieres renunciar?.-Preguntó el señor Navarro quien parecía bastante molesto.

-No Jaime.-Respondió el pequeño moreno con una pausa.-Pero no respondiste mi pregunta sobre tu amiga, entonces lo tomé como un sí, así que solo quise sacarme un peso de encima.

-Tal vez la contrataría para que ella te ayudara o para que le enseñaras.-Dijo el jefe de Nicolás tomándose un momento para luego seguir hablando.-No te hubiera despedido.

-Bueno, si fuera así, por qué no me respondiste?.-Preguntó el pequeño secretario no queriendo molestarse ni nada.

-No lo sé, no creí que fuera necesario.-Dijo Jaime viendo como Nicolás caminaba más rápido, queriendo dejarlo atrás, así que el enojón lo tomó del brazo para que se detuviera.-Qué pasa Gaule?

-No sé, dime tú.-Dijo el secretario de Jaime con el ceño fruncido.-Has estado raro todo el día. Sé que lo que dije estuvo muy mal, pero me disculpé y en verdad yo no siento nada de eso, lo siento por no haberme dado cuenta antes pero yo estoy ena...

-El problema, Gaule, es que no te creo ni un poco.-Dijo el enojón interrumpiéndolo, todavía no soltando al moreno.-Me has odiado por meses y de repente de un día para otro te das cuenta que no es así? Simplemente no te creo.

-Solo me confundí Jaime, lo digo en serio.-Dijo Nicolás sintiéndose completamente herido.-Créeme.

Jaime lo miró un par de segundos para luego hablar.

-No puedo creerte.-Dijo el señor Navarro completamente honesto causando un gran daño en Nicolás.

-Esta bien.-Dijo el moreno en un murmuro, mirando a Jaime a los ojos unos segundos.-Nos vemos mañana, Jaime.

-Gaule...

No pudo seguir hablando, ya que Nicolás se había ido corriendo de ahí, causando que suspirara.

-Mierda.-Dijo el jefe de Nicolás por fin pensando en lo que había pasado.

Cuando Nicolás llegó a su departamento, simplemente no tenía ganas de nada.

Dejó su mochila en el piso para luego cerrar la puerta e irse a su cama. Se recostó sobre esta y de inmediato se durmió, sin ni siquiera cambiarse de ropa. Ya se cambiaría y bañaría mañana, simplemente ya no quería nada en ese momento.

De hecho, su celular lo había apagado por si acaso, no quería hablar con nadie en aquél momento.

Claro que no sabía que Jaime lo había llamado muchas veces, también Manuel, hasta Edgar lo había llamado solo porque el enojón estaba preocupado por el moreno.

Nicolás despertó junto a su alarma del despertador, causando que gruñera y se levantará. Apagó su despertador y se dirigió al baño para luego sacarse toda su ropa para meterse a la ducha.

Era la primera vez en mucho tiempo que quería seguir durmiendo, causando que supiera que iba a estar algo cansado el resto del día.

Después de quince minutos, salió de su baño y se secó para luego buscar ropa limpia y colocársela. Cuando hizo esto, se peinó una vez para luego colocarse colonia y algo de desodorante.

Finalmente fue a su living y tomó su mochila. Ni siquiera sacó su celular de esta, todavía no tenía ánimos de nada. Guardó sus llaves de su departamento en la mochila y salió de donde vivía.

Otra vez fue caminando donde trabajaba. Aunque fuera caminando, tampoco llegaba tarde, así que eso era bueno.

Cuando finalmente llegó al edificio donde trabajaba y a su piso, supo que Jaime había llegado pero no quiso ir a saludarlo ni nada. Fue directamente a su puesto para luego notar que habían unos chocolates en su escritorio, causando que frunciera el ceño.

Se sentó en su silla y dejó su mochila en el piso para ver los chocolates. Estos tenían una nota.

"Ya que no te vi salir con las flores (supongo que no te gustaron) pensé en algo más típico

Te quiere, tu admirador secreto"

Gruñó, claramente cansado de toda esta situación, para luego mirar los chocolates unos segundos más. Finalmente los botó en el basurero que tenía para después tomar su mochila y sacar su Notebook y celular. Prendió este último y a los pocos segundos notó como tenía muchos mensajes, y llamadas aún más. La mayoría era de Jaime. Pero como dijimos antes, todavía no tenía ganas de nada y dejó su celular de lado para luego abrir su Notebook y encenderlo.

Escuchó como su jefe salía de su oficina y se colocó al lado de él.

-No respondiste mis llamadas.-Dijo Jaime con un tono serio, como el moreno ya se había acostumbrado a aquello.-Ni a mis mensajes.

-Tenía mi celular apagado y estaba durmiendo.-Dijo Nicolás todavía sintiendo aquél dolor en su pecho. El día de ayer, él estaba apunto de decirle a Jaime que estaba completamente enamorado de él y que lo amaba, pero ahora entendía que tal vez Jaime tampoco le hubiera creído eso.

-Vas a venir hoy a la fiesta?.-Preguntó el enojón, no sabiendo que decir o hacer.

-No lo sé, no estoy de ánimo para una fiesta.-Respondió el moreno todavía no mirándolo. Solo revisaba su correo por si había otra reunión con su jefe o algo así.

-Evelyn no trabajará acá.-Dijo el señor Navarro como si esa fuera la mayor preocupación de Nicolás.-Tampoco la ayudaras ni nada de eso, así que no necesitas los currículums.

-Esta bien.-Dijo el pequeño moreno todavía mirando su pantalla.

Eso no era lo que quería escuchar de Jaime. Solo quería escuchar a este último decir que le creía para declararse completamente, aunque Jaime no le corresponda.

Jaime lo observó por unos segundos para luego suspirar y entrar a su oficina otra vez. Cuando cerró su puerta, Nicolás pudo sentir como algo se rompía en él.