Boss (Jainico)

39.-

POV Omnisciente

Han pasado cinco meses y si es que se lo preguntan, Nicolás y Jaime siguen juntos. Los dos se habían tomado un mes de vacaciones al mismo tiempo. Recién estaban comenzando las vacaciones, haciendo que fuera bastante relajante saber que no debían ir a trabajar.

El moreno y el enojón tenían un acuerdo. Dos semanas se quedaban en la casa de Jaime y las otras dos semanas se quedaban en el departamento de Nicolás, así que era como si estuvieran viviendo juntos solo que en cada cierto tiempo en diferentes lugares.

El pequeño secretario y su jefe habían hablado sobre lo que la madre de este último había dicho. La visitaban cuando el padre de Jaime no estaba, pero ese día era diferente. Su madre le había mandado mensaje invitándolos a una cena. Iba a estar toda la familia, incluido su padre. Habían aceptado, pero obviamente con la condición de que si el padre del enojón volvía a tocar a Nicolás, se iban a ir y no los iban a volver a contactar, esta vez de verdad y sin ninguna compasión.

-Estás seguro de que quieres ir?.-Preguntó Jaime mientras arreglaba un poco la ropa de su novio.

-Sí, seguro.-Respondió Nicolás observando a su pololo.-Además ya saben que si tu papá vuelve a hacer una wea como esa vez, nos vamos a ir.

-Igual estaré vigilándolo.-Dijo el enojón terminando de arreglar a su pololo.-No dejaré que te haga algo.

-Lo sé, Jaime.-Dijo el moreno una ligera sonrisa, dándole un pequeño beso a su novio.

-Entonces ahora que estamos listos, vamos.-Dijo el señor Navarro con una pausa.-Pero primero, uno más.

Nicolás besó a Jaime en un compas lento, sintiendo como su novio le correspondía de inmediato.

Y por si acaso, si se lo preguntan, Jaime y Nicolás ya han hecho el amor. Este último cuando decidió que era tiempo, ni siquiera lo dudó cuando le dijo al enojón que quería que este lo hiciera suyo. Claro que Jaime usó todas las precauciones para que no le doliera tanto.

Cuando llegaron a la casa de los padres de Jaime, la madre de este les abrió de inmediato la puerta.

-Llegaron temprano!.-Dijo la suegra del moreno muy feliz de que hayan ido.-Todavía faltan unas personas.

-Sí. Bueno, él quería llegar antes.-Dijo Jaime con una leve sonrisa, refiriéndose a su novio mientras que estaba tomado de la mano con este.

-No importa, pasen no más.-Dijo la madre de Jaime con una sonrisa.-Todos están en el patio, decidimos no hacerla acá adentro esta vez.

-Por qué?.-Preguntó Nicolás algo curioso mientras seguían a la madre de su novio hacia afuera.

-Menos formal.-Respondió el enojón, conociendo a su familia.-Menos mal adivinamos, no queríamos venir con traje otra vez.

Antes de salir al patio, Nicolás le dio un pequeño beso en los labios a su enojón.

-Un beso de la buena suerte.-Dijo el moreno con una leve sonrisa para luego salir junto a Jaime.

-Nico, nos besaremos las veces que queramos acá, será como una prueba para ver si aceptan lo nuestro.-Dijo el señor Navarro con una pausa.-Así que ven.

Nicolás se acercó a Jaime y este lo besó apasionadamente mientras colocaba su mano detrás del cuello del primero en ser nombrado, profundizando el beso. El moreno no dudó en corresponderle el beso. Ya no le importaba lo que la familia de Jaime pensaba de él, solo le importaba su felicidad y la de Jaime.

Después de varios minutos, se separaron con sonrisas en sus labios.

-Ese beso sí me gustó.-Dijo el jefe de Nicolás colocando su mano más arriba del trasero de este, acercando el cuerpo del moreno más a él.-Te amo, cariño.

-Yo también te amo.-Dijo el pequeño moreno con una leve sonrisa.

El enojón notó como algunos de sus primos y tíos los miraban. Apenas los vio, estos desviaron la mirada, causando que Jaime se riera. Nicolás lo miró algo confundido.

-Qué pasa?.-Preguntó el pequeño secretario algo curioso también.

-Nada importante.-Respondió Jaime con una leve sonrisa, tomando la mano de su novio para luego ir a tomar asiento junto a este en alguna parte.

Cuando encontraron un lugar donde sentarse, Jaime le dijo algo a su novio.

-Quieres hacer que se sientan incómodos?.-Preguntó el enojón con una sonrisa maliciosa.

Nicolás enarcó una ceja y asintió. Jaime se dio palmadas en su pierna, causando que el moreno entendiera de inmediato lo que este quería.

Nicolás de inmediato se sentó en las piernas de Jaime mientras le hacía cariño en el pelo a su novio. Este último colocó su mano en la espalda para después hacerle cariño.

-Ahí está bien o qué otra cosa podemos hacer para hacerlos sentir incómodos?.-Preguntó el secretario de Jaime más interesado en el tema.

-Bueno, no creo que quieras tener sexo ahora, cierto?.-Preguntó el señor Navarro con una sonrisa pervertida.

-Tal vez no acá pero si quieres ir a tu antigua habitación, no me importaría.-Dijo Nicolás con una sonrisa traviesa, observando a su enojón.

-Cuando te conocí, no eras así.-Dijo el jefe de Nicolás observando a este intensamente.

-Bueno, he cambiado, señor Navarro.-Murmuró el moreno cerca del oído de su novio.

-Ah si? Me puedes contar más de esos cambios, Gaule?.-Preguntó Jaime con la voz ronca, acomodándose un poco más en su asiento.

-Puedo meterme cosas grandes a la boca.-Respondió el pequeño moreno mirando fijamente a su novio mientras sentía como algo presionaba contra su trasero.-Y puedo aguantarlas bastante tiempo en la boca.

-Sabes qué? No te creo.-Dijo el enojón mirando a su pololo.-Ver para creer.

-Quieres que te lo pruebe? No tengo problema en eso.-Dijo el pequeño secretario también con la voz un poco ronca.-Pero no puede ser aquí.

-Bueno, vamos a mi habitación.-Dijo el señor Navarro levantándose de inmediato para luego entrar a la casa de sus padres rápidamente junto a Nicolás.

Apenas entraron a la casa, fueron al segundo piso para luego ir a su habitación. Cuando llegaron a esta, Jaime dejó que Nicolás pasara primero. Luego de eso, pasó él y cerró la puerta de su pieza con seguro.

Se giró para ver a Nicolás y este ya estaba sentado sobre sus rodillas. No se demoró nada en sacarle el cinturón y en desabrocharle el pantalón.

Sería algo bastante placentero.