POV Omnisciente
Cuando llegaron al lugar, Jaime ayudó a Nicolás a salir del auto para luego colocarle la alarma a este. El moreno vio a donde habían llegado y se inmediato se sorprendió.
-M-Me trajiste a un restaurant?.-Preguntó el secretario de Jaime completamente sorprendido.
-Claro.-Respondió el señor Navarro con una pausa y una sonrisa.-Te dije que era una cita.
-No es una cita.-Dijo Nicolás un poco irritado mientras veía la sonrisa del enojón.-Y vamos a llegar tarde al trabajo.
-Qué importa? Yo soy el jefe.-Dijo Jaime todavía con aquella sonrisa.-Entramos, amor?
Nicolás lo miró y suspiró.
-Esta bien.-Dijo el moreno viendo como Jaime le ofrecía su brazo para entrar.-Ni lo creas, no te tomaré del brazo.
-Solo un poco?.-Preguntó el enojón mirándolo fijamente.
-No.-Respondió el pequeño moreno notando un brillo en los ojos de Jaime.-Me caes mal.
Cuando terminó de decir aquello, lo tomó del brazo haciendo que Jaime sonriera.
-Lo sé, lo tengo claro.-Dijo su jefe entrando al restaurant tomado del brazo con el moreno.
Cuando entraron, un mesero reconoció a Jaime de inmediato, causando que se acercará a este con entusiasmo.
-Jaime! Hace mucho que no venías por acá.-Dijo el mesero con una sonrisa, colocando su mano en el hombro del recién nombrado.-Y pareces que vienes acompañado.
Cuando dijo esto último, le dio unas palmadas en la espalda causando que Jaime mirara a Nicolás como si fuera lo más importante y valioso del mundo.
-Es mi cita.-Dijo el señor Navarro sabiendo que eso molestaría a Nicolás.
-No soy su cita, soy su secretario.-Dijo el trabajador de Jaime por fin hablando.
-Ah, relación jefe/secretario? Me gusta.-Dijo el mesero bastante divertido mientras miraba unos segundos a Nicolás para luego ver a Jaime.-La mesa de siempre?
-Sí.-Respondió Jaime con una sonrisa mientras seguía al mesero a aquella mesa que se sabía de memoria.
Cuando llegaron, la mesa de Jaime estaba más apartada de las otras, causando que tuvieran más privacidad.
-Les traigo los menús o la recomendación del chef?.-Preguntó el mesero cuando ya se habían sentado.
Jaime miró a Nicolás y era obvio que quería que este decidiera.
-La recomendación del chef.-Dijo el secretario de Jaime siendo bastante amable.
-Esta bien.-Dijo el mesero con una sonrisa para luego irse.
Nicolás observó el lugar y en realidad era bastante lujoso.
-Aquí traes a todas tus citas?.-Preguntó el moreno terminando de ver el lugar para luego mirar a Jaime.
-A si que admites que es una cita?.-Preguntó el señor Navarro todavía con aquella sonrisa.
-Y-Yo no... Cállate.-Dijo el pequeño moreno evitando la mirada del enojón.-Solo responde la pregunta.
-Ya estás mandándome? Eso después de la tercera cita, amor.-Dijo Jaime con una sonrisa divertida, sabiendo que estaba sacando de quicio a Nicolás.
-Jaime.-Dijo el pequeño secretario con el ceño fruncido, viendo lo divertido que el recién nombrado estaba.
-Nico.-Dijo el enojón observándolo.
-Solo responde la pregunta, no es muy difícil.-Dijo el anteriormente nombrado un poco molesto.
Jaime sonrió ligeramente y habló.
-Eres la primera persona que traigo acá y a esta mesa.-Dijo su jefe siendo bastante sincero con él.-Vengo acá con mi familia desde que era pequeño y bueno, esta mesa la uso cuando simplemente no soporto lo que dicen y solo vengo a comer solo acá.
-No soportas lo que dicen? Cómo qué?.-Preguntó el secretario de Jaime algo interesado en el tema.
-Como que debo casarme con una mujer y tener un hijo que herede todo esto.-Respondió el señor Navarro mirándolo unos segundos.
-Y tú no quieres eso?.-Preguntó Nicolás completamente confundido. El pequeño moreno antes creía que Jaime sí quería todo eso, como todos los millonarios.
-Bueno, siendo sincero contigo, no me veo casado con una mujer.-Contestó Jaime mirándolo directamente a los ojos, como si intentara decirle algo.-Tener un hijo? No lo sé.
-Entonces con quién te ves casado?.-Preguntó el moreno algo extrañado.
Jaime solo lo observó pero no contestó aquella pregunta en realidad. Y se salvó aún más cuando llegaron los platos ya listos para los dos.
-Espero que les guste.-Dijo el mesero con una ligera sonrisa y acercándose a Jaime para decirle algo en el oído.-Me gusta él para ti.
Jaime de inmediato se comenzó a poner rojo y empezó toser sin ni siquiera tener algo en la boca.
-Te traeré un vaso con agua.-Dijo el mesero bastante divertido y yendo a buscar lo recién dicho.
Aún así Jaime no paró de toser haciendo que Nicolás se preocupara de inmediato. Este último se levantó de su asiento y comenzó a darle palmadas en la espalda solo un poco fuertes para que se le pasara.
El enojón finalmente dejó de toser y empezó a respirar tranquilamente. El mesero llegó con el vaso de agua y Nicolás rápidamente lo tomó para pasárselo a Jaime. Aunque ya hubiera pasado la tos, Nicolás seguía al lado de él con la mano en su espalda.
-Estás bien ahora?.-Preguntó el secretario de Jaime todavía con un tono de preocupación, observándolo.
-Sí, mucho mejor.-Respondió el señor Navarro con una pausa y una ligera sonrisa.-Acaso te preocupas por mí?
-No, si te hubieras muerto, me hubiera quedado sin trabajo.-Contestó Nicolás encontrando una excusa perfecta, pero los dos sabían que era mentira. Aún así, Nicolás odiaba a Jaime.
-Bueno, la próxima vez que esté por morir de tos, te dejaré toda mi empresa ya?.-Preguntó Jaime con una sonrisa divertida, viendo como Nicolás se sentaba y comenzaba a comer.
-Eso sería mucho mejor.-Dijo el moreno con una sonrisa notando como Jaime lo observaba.-No vas a comer?
-Estoy haciendo algo mucho mejor.-Dijo el enojón tomándose una pausa para luego seguir hablando.-Deberías sonreír más.
-Sí sonrió pero no a ti.-Dijo el pequeño moreno siendo completamente honesto, causando que Jaime lo mirara unos segundos y asintiera.
-Lo sé.-Dijo su jefe otra vez con ese tono bajo. Dejó de mirar al moreno y comenzó a comer lo que su amigo y mesero le había llevado.
Mientras que el enojón perdía aún más la esperanza de que a Nicolás le cayera bien él, el moreno pensaba que Jaime no era tan malo como lo había pensado, al menos lo soportaba, pero aún creía que lo odiaba.
ESTÁS LEYENDO
Boss (Jainico)
FanfictionNicolás Gaule es un hombre de 22 años que comenzó a trabajar en la empresa del señor Navarro hace varios meses, y con ese tiempo trabajando, les podía asegurar que su jefe era insoportable. No había ni una cosa que no odiara de este. Era arrogante...