19.-

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POV Omnisciente

Nicolás al final sí pudo dormir, de hecho, lo hizo por varias horas, hasta que despertó por el sonido de alguien tocando la puerta de su departamento.

Se levantó en camiseta y en boxers, ya que en un momento le había dado mucho calor. Fue a abrir, sin ánimos de nada. Cuando lo hizo, vio a Jaime con los ojos aguados y con su croquera en la mano, haciendo que supiera lo que había pasado.

-Lo siento.-Dijo Jaime abrazándolo fuertemente.-Lo siento tanto, yo solo estaba enojado porque creí que estabas jugando conmigo pero ahora sé que no lo estas haciendo. De verdad lo siento Nico, por favor perdóname.

-Jaime yo...

-Te amo Nico, desde que te conocí fue así.-Dijo el recién nombrado ahora mirándolo fijamente, para que el moreno le creyera.-Estoy enamorado de ti.

El moreno lo miró a los ojos un par de segundos para luego tomar su croquera y dejarla en su mesa. Luego de aquello, se giró para ver a Jaime y este estaba expectante a lo que haría. El pequeño moreno acarició el rostro de Jaime delicadamente, causando que este se relajara al sentir aquello.

Nicolás todavía no podía decir lo que sentía pero creo que era mejor demostrárselo. El primero en ser nombrado se acercó al rostro de Jaime y este supo de inmediato lo que quería hacer, así que se apuró y besó a Nicolás con necesidad y desesperación, sintiendo como este le correspondía aquél gesto de amor.

Jaime colocó sus manos en el cuello de Nicolás para acercar más a este a él.

Estuvieron varios minutos así, hasta que el moreno se separó, causando que Jaime lo mirara.

-Te amo.-Dijo Nicolás mirándolo directamente a los ojos.-Nunca te odié ni nunca lo haré. Yo solo no sabía de aquellos sentimientos por ti.

-Lo entiendo.-Dijo el señor Navarro siendo muy comprensivo con Nicolás, escuchando como algunos vecinos de Nicolás pasaban por ahí, así que cerró la puerta. Simplemente a Jaime le gustaba la privacidad.

Jaime se giró para ver a su moreno y este ya lo estaba observando. El primero en ser nombrado se volvió a acercar a él para luego colocar sus manos en la cintura de Nicolás.

-Lo siento por ser tan aweonao contigo.-Dijo el ex jefe/jefe de Nicolás, siendo totalmente sincero.-No quiero que dejes de ser mi secretario, Nico, fue algo estúpido que dije solo por estar molesto.

-Yo tampoco quería dejar de ser tu secretario.-Dijo el moreno viendo como el enojón lo miraba con algo de adoración? No lo sabía.

-No renuncies Nico, por favor.-Dijo Jaime ahora tomando las manos de Nicolás.-No quiero contratar a alguien más y menos a Evelyn.

-Tú en verdad quieres que siga siendo tu secretario?.-Preguntó el pequeño moreno observándolo.

-Claro que sí, Nico.-Respondió el enojón con una pausa.-Ahora que sé que sientes lo mismo que yo, creo que no podría dejar que renuncies.

-Esta bien.-Dijo el pequeño secretario con una leve sonrisa para luego darle un pequeño beso en los labios a Jaime, causando que este sonriera.

-No sabes cuantas veces imaginé estar así contigo.-Dijo el señor Navarro, por fin observando lo que Nicolás estaba usando. Definitivamente le gustaba.-Lindos boxers, amor.

Nicolás se sonrojó, recordando que estaba usando "pijama"

-Estaba durmiendo.-Dijo el secretario de Jaime, sintiendo como este acariciaba sus mejillas sonrojadas.

-No me estoy quejando de lo que estas usando. De hecho, me gusta.-Dijo el jefe de Nicolás, mirando estos para luego escuchar a su moreno hablar.

-Mis ojos están acá.-Dijo Nicolás apuntándolos, cada vez más avergonzado.

-Lo tengo muy claro, cariño.-Dijo Jaime con una sonrisa divertida y pervertida al mismo tiempo.-Ahora si me dejarás decirte cariño? Y admitirás que fue una cita cuando fuimos a almorzar?

Nicolás se rió por lo insistente que era Jaime para luego hablar.

-Sí a las dos preguntas.-Dijo el moreno notando lo feliz que estaba su jefe.

Jaime miró su reloj e hizo un gesto falso de sorpresa.

-Qué tarde que es, no creo que pueda irme a mi casa ahora.-Dijo el enojón como si fuera una lástima.

-Son las ocho recién.-Dijo el pequeño moreno negando con la cabeza pero aún así divertido.

-Muy tarde para mí.-Dijo el señor Navarro con una sonrisa inocente, pero era obvio que era falsa. La atención de este pasó de Nicolás al celular de este roto en el piso.-Entonces de verdad estaba roto, y no creo que se haya caído realmente.

-Ayer llegué enojado no más y no quería hablar con nadie.-Dijo el pequeño secretario como si fuera una excusa.

-Y no había una mejor opción que romper tu celular para no hablar con nadie.-Dijo el jefe del moreno volviendo a tener aquella sonrisa divertida.-Muy curiosa tu manera de pensar.

-Bueno, qué te puedo decir? Si confundí el amor que te tengo con odio, cómo no romper mi celular para no hablar con nadie?.-Preguntó el secretario del enojón, recogiendo su celular y de repente sintiendo una mirada intensa en sus boxers... Mejor dicho, en su trasero.-Jaime, te voy a golpear.

-Qué hice ahora?.-Preguntó Jaime no pudiendo apartar la mirada hasta que Nicolás se levantó y se giró para mirarlo.

-Tú sabes lo que hiciste.-Dijo Nicolás no molesto ni nada, de hecho, estaba algo entretenido.

Sacó la tarjeta de memoria junto con su número para luego botar el resto del celular.

-Era un buen celular.-Dijo el moreno como últimas palabras, como si fuera un funeral.

-Hasta que lo mataste por enojo.-Dijo el enojón intentando no reírse.

-Shh, podemos evitar esa parte.-Dijo el pequeño moreno mirando unos segundos a Jaime para luego tomar su mano y entrelazar sus dedos, sintiendo como este hacía lo mismo.-Aunque solo lo usaba para jugar en el trabajo y ni siquiera para contestar, no merecía morir.

-Sé muy bien que no contestabas.-Dijo el señor Navarro observando a Nicolás con adoración.

-No deberías sacarme las cosas en cara, estoy de luto.-Dijo el pequeño secretario con un puchero, causando que Jaime sonriera para que luego este mordiera ligeramente el labio inferior de Nicolás por unos segundos.-Oye! Me mordiste.

-Sí, sé lo que acabo de hacer.-Dijo el jefe de Nicolás todavía con aquella sonrisa.-Y no puedes negarme que no te gustó.

-Cállate.-Dijo el secretario del enojón no admitiendo nada, pero tampoco negándolo.

El enojón lo observó por un par de segundos para luego hablar.

-Vamos a tu pieza.-Dijo Jaime dirigiéndose a la habitación de Nicolás con este tomado de la mano.-Quiero ver donde dormiremos.

-Pero ya conoces mi pieza.-Dijo Nicolás algo confundido.

-Tampoco soy un psicópata, no vi toda tu habitación.-Dijo el enojón con una leve sonrisa.-Hablando de psicópatas, todavía no sabes quién es el weón que te manda regalos?

Nicolás sonrió divertido al reconocer algo en la voz de su enojón.

Celos.

Boss (Jainico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora