POV Omnisciente
Después de ver varias veces la pelea, Jaime y Nicolás volvieron a su piso mientras que los empleados del primero en ser nombrado limpiaban lo que habían ensuciado.
El moreno ya había notado otra vez el cambio de actitud de Jaime, causando que estuviera muy confundido. Acaso su jefe seguía enojado con él?
De verdad creía que todo había vuelto a la normalidad, o al menos así fue mientras estaban con los otros mirando las cámaras de vigilancia.
El día, después de eso, fue bastante tranquilo. Jaime ni siquiera le había hablado causando que Nicolás se sintiera peor.
Faltaban dos horas para salir del trabajo cuando alguien estaba en el ascensor y necesitaba salir de este. El interfono sonó, y como Jaime no contestó, el moreno lo hizo.
-Si?.-Preguntó Nicolás bastante aburrido y desinteresado.
-Necesito pasar.-Dijo una voz femenina, causando que frunciera el ceño.
-Eh, quién es? Tiene cita o algo?.-Preguntó el moreno algo extrañado.
-No, no tengo cita. Me llamo Evelyn y tengo que hablar con Jaime.-Dijo la recién nombrada haciendo que Nicolás estuviera algo molesto, y ni siquiera sabía porqué.
-Señora...
-Señorita.-Corrigió Evelyn causando que Nicolás sintiera su molestia incrementar.
-Bien, señorita, necesita tener una cita para poder hablar con Jaime.-Dijo el pequeño moreno casi colocando los ojos en blanco.
-No creo que sea necesario, él me conoce.-Dijo la extraña para Nicolás. Este último suspiró y dejó salir a Evelyn del ascensor. Esta última lo miró para después ignorarlo completamente.
Se notaba que era cuica la culia.
La "señorita" cuica tocó la puerta de la oficina de Jaime, causando que este abriera la puerta segundos después, algo confundido. Al menos el material con que Jaime había hecho su oficina era insonoro, pero podía escuchar lo que pasaba afuera. El rostro de Jaime pasó de confundido a sorprendido.
-Evelyn, qué haces acá?.-Preguntó Jaime algo impactado, mirando a la anteriormente nombrada para luego mirar a Nicolás.
-Vine a verte.-Dijo la recién nombrada con una sonrisa.-Tengo que decirte algo, pero a solas.
Eso último fue obvio una indirecta para Nicolás. Este último vio como Jaime y Evelyn entraron a la oficina, y cuando iban a cerrar la puerta, escuchó algo.
-Jaime, deberías despedir a tu secretario y contratarme a mí.-Dijo Evelyn con una pausa.-No parece que sirva mucho.
Apenas escuchó eso, la puerta se cerró, causando que no supiera cual era la respuesta de Jaime ante aquello.
No se sintió mal por eso. Sabía que era bueno en su trabajo y es por eso que siempre terminaba rápido sus cosas, además nunca se equivocó en algo que hacía en su trabajo, así que Evelyn no podía decir esas cosas porque simplemente no lo conocía ni un poco. Pero sí le preocupaba algo, y eso lo podía admitir. Jaime parecía conocer a Evelyn hace mucho, qué tal si este le hacía caso a aquella "señorita" y lo despedía? Quería pensar que no sería así, pero igualmente podía ser. En ese momento, como nunca, quiso que la oficina de Jaime no fuera insonora para escuchar lo que decían.
Recibió un mensaje al celular, haciendo que tomara este y viera de que se trataba.
"Abre el ascensor" le había mandado un número desconocido, causando que se confundiera y hasta tuviera un mal presentimiento.
"Quién eres?" escribió Nicolás para luego mandárselo.
"Tu admirador secreto desde ahora" le contestó el extraño pocos segundos después.
El moreno frunció el ceño y lo pensó unos segundos. Finalmente abrió el ascensor y vio que habían unas flores en este, causando que se levantara y fuera a tomar las flores. Vio que había una pequeña nota.
"Que bueno que hayas decidido confiar en mí y abrir el ascensor
Te quiere, tu admirador secreto."
Eso era lo único que le decía. Definitivamente no se sentía ni alagado ni nada. No le gustaba la idea de que alguien desconocido le mande flores y que sepa donde trabaja, o en que piso. Y bueno, era obvio que las únicas flores que quería recibir era de Jaime, pero eso no pasaría nunca en la vida.
Miró las flores unos segundos más para luego dirigirse con ellas a su puesto. Las dejó sobre la mesa, mientras seguía algo confundido. Justo en ese momento recibió un mensaje.
"Debes estar algo confundido y hasta algo asustado, pero ya entenderás de que se trata todo esto" le había escrito el desconocido.
No quiso responderle, así que simplemente no lo hizo.
Observó las flores un par de segundos. No eran feas, pero serían una carga más para llevárselas.
Un par de minutos después, Evelyn salió de la oficina riéndose. Esta de inmediato notó las flores y las tomó.
-Aww, cuando pediste estas flores para mí?.-Preguntó Evelyn bastante ilusa.
Jaime salió de la oficina, no teniendo ni idea de lo que su amiga estaba hablando.
-Yo no...
-Son mías.-Dijo Nicolás completamente de mal humor, quitándole las flores de las manos a Evelyn y dejándolas de nuevo sobre la mesa.
-Tuyas? Sí claro.-Dijo la amiga de Jaime mirando las flores.-Quién pudo haberte regalado estas flores?
Nicolás casi gruñó y le pasó la tarjeta que tenía las flores bruscamente, no soportando ni un poco a la amiga de Jaime.
-Un admirador secreto?.-Preguntó Jaime leyendo la nota una y otra vez.
-Supongo que sí.-Respondió el moreno mirando unos segundos a su jefe para luego solo fijar su mirada en las flores.
-Cómo alguien como tú va a tener un admirador secreto?.-Preguntó Evelyn con un tono de disgusto, hasta un poco de asco.-Si eres horrible.
-Bueno, si yo soy horrible, qué serás tú entonces si no tienes ni un admirador secreto.-Dijo el pequeño moreno defendiéndose.
-Y-Yo sí tengo!.-Dijo la amiga de Jaime como excusa.
-Ah si? Estás segura?.-Preguntó el pequeño secretario con una ligera sonrisa.
-E-Eh... No tengo porqué contarte de mi vida romántica.-Dijo Evelyn con el ceño fruncido, sintiéndose molesta.-Demás que es una broma, como podrías gustarle a alguien...
-Evelyn ya basta.-Dijo Jaime con un tono brusco y algo duro, interrumpiendo a su "amiga".
-Pero sí es verdad...
-Dije basta!.-Dijo el enojón con un tono más demandante ahora, mirándola fijamente.-No vas a hablar así de él, entendido?
-Pero si él empezó...
-Claro que no, y lo sabes muy bien.-Dijo el señor Navarro mirando un par de segundos más a su amiga para luego mirar a Nicolás.-Después hablamos, creo que ya te puedes ir.
Evelyn lo miró unos segundos para luego irse completamente avergonzada. Cuando se fue, Jaime miró a Nicolás.
-Gracias.-Dijo Nicolás estando muy agradecido con este.
El enojón lo miró por unos segundos más, pero no le dijo nada, solo entró a su oficina.
Era verdad, a Jaime no le gustaba Nicolás.
Lo amaba.
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Boss (Jainico)
FanficNicolás Gaule es un hombre de 22 años que comenzó a trabajar en la empresa del señor Navarro hace varios meses, y con ese tiempo trabajando, les podía asegurar que su jefe era insoportable. No había ni una cosa que no odiara de este. Era arrogante...