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POV Omnisciente

La pareja Jainico durmió un par de horas más para luego levantarse y comer un poco. Claro que el moreno y el enojón cocinaron como pudieron, ya que este último no podía evitar besar a Nicolás y este no podía evitar corresponderle. Cuando terminaron de comer, el enojón mandó a Nicolás a preparar un bolso con ropa para el fin de semana y el día lunes, ya que irían juntos al trabajo.

-Mandón.-Dijo Nicolás levantándose y dirigiéndose a su habitación, pero antes de eso, su jefe le dio una nalgueada, causando que se sorprendiera.

-Cuidado con lo que dices, Gaule.-Dijo Jaime con la voz ronca detrás de él.

-Creo sinceramente que sufre de bipolaridad, señor Navarro.-Dijo el moreno sintiéndose muy divertido... Y excitado, pero eso no lo admitiría por ahora.

Nicolás sintió como Jaime mordió ligeramente su cuello, haciendo que gimiera levemente.

-Anda, antes que no me pueda resistir a ti, Nicolás.-Dijo el enojón muy cerca de su cuello, causando que se estremeciera.

Nicolás no le dijo nada más y fue rápidamente a empacar algunas cosas para el fin de semana.

Nunca se había imaginado que estar en una relación con Jaime fuera muy apasionante y llena de provocaciones. Él nunca había sido así con Iván, porque simplemente su relación no daba para eso y siendo sincero, a veces le tenía algo de miedo a este, pero aún así lo quería mucho. Creyó que lo amaba, pero lo que sentía por Iván no era nada comparado a lo que sentía por Jaime. Claro, estaban juntos con este último hace menos de un día y podía asegurarles que esas horas con Jaime fueron mejores que toda su relación con Iván, que duró meses en realidad. Bueno, además, nunca había tenido sexo con Iván, tristemente era virgen e Iván siempre lo presionaba, aunque ahora no sabía porqué, si este lo había estado engañando desde que habían empezado.

Terminó de hacer su bolso, lo revisó solo una vez y ya tenía todo listo. Hasta había echado su Notebook y cargador para ir a trabajar el día lunes. Salió de la habitación y Jaime lo estaba esperando en el living, sentado mientras veía algo en su celular.

-Estoy listo.-Dijo Nicolás, causando que tuviera toda la atención del enojón.

-Esta bien, entonces creo que ya nos podemos ir.-Dijo Jaime con una leve sonrisa, levantándose del sillón y dirigiéndose hacia Nicolás. Le quitó el bolso a este último y cuando se iba a quejar, le dio un pequeño beso en los labios, causando que el moreno sonriera.

Salieron del departamento y Nicolás lo cerró. Cuando se giró, Jaime lo observaba, así que se acercó a él. De repente, Jaime lo tomó de la mano y entrelazó sus dedos, causando que el moreno ni lo pensara dos veces para luego hacer lo mismo.

Entraron al ascensor y su jefe apretó el botón del primer piso. Apenas las puertas se cerraron, Jaime acorraló a Nicolás contra la pared, causando que el corazón de este acelerara. Jaime no le dio mucho tiempo para procesar lo que estaba pasando cuando lo besó apasionadamente, haciendo que Nicolás lo correspondiera todavía sin saber que pasaba.

Cuando las puertas del ascensor se abrieron, Jaime se separó del beso para luego tener una sonrisa en sus labios.

-Puedo preguntar porqué...

-Siempre quise hacerlo.-Dijo Jaime sabiendo lo que este iba a decir.-Me controlaba cada vez que estábamos en un ascensor los dos solos.

-Quieres ser cómo Christian Grey?.-Preguntó Nicolás bastante divertido, saliendo de su edificio junto a su pololo.

-Oh por favor, soy mucho mejor que ese weón.-Dijo el enojón como si Nicolás lo hubiera ofendido.

-Bueno, no sé yo, igual yo dejaría que ese weón me hiciera lo que quisiera todos los días si quiere.-Dijo el moreno mordiéndose un poco el labio, causando que Jaime apretara su mano un poco y gruñera.-Contaría hasta cien con él mientras...

No terminó de hablar, ya que Jaime lo acorraló contra su auto mientras lo observaba detenidamente.

-De verdad quieres continuar esa frase?.-Preguntó el señor Navarro en un gruñido, mirándolo intensamente.-De verdad quieres cometer ese error?

-J-Jaime yo...

-Es un sí o un no, tan simple como eso.-Dijo el recién nombrado interrumpiéndolo mientras estaba muy cerca de Nicolás, hasta sentían la respiración del otro.

-No.-Respondió el pequeño moreno mirando fijamente los ojos de su novio.

Jaime asintió y lo miró por un par de segundos más para luego besarlo posesivamente, el moreno le respondió de inmediato el gesto.

Solo pudieron besarse unos segundos, ya que alguien los interrumpió.

-Eso es anormal, cómo pueden hacer algo así en la calle...

-Mire señora, por qué no se va a la mierda? O hágase una operación para ver si así consigue tener algo de sexo y deja de ser tan amargada y se preocupa en su vida y no en la de los demás.-Dijo el jefe de Nicolás interrumpiendo a la desconocida.-Yo beso a mi novio cuando yo quiero y donde yo quiero, entiende?

-Los jóvenes de hoy en día...

-Como le encantaría ser joven, vieja de mierda.-Dijo Jaime no dejando que terminara la frase.

Volvió a besar al moreno con más intensidad que antes y esta vez, colocó su mano en el trasero de Nicolás, causando que este se sonrojara pero no le molestó para nada, solo le siguió el gesto de amor a su novio.

Escucharon como la señora se iba, totalmente humillada, pero no pararon realmente. A Nicolás de verdad le gustó esa parte de Jaime, así que esta era su recompensa.

Unos minutos después, se separaron.

-Estuvo mal lo que...

-Claro que no, Jaime.-Dijo Nicolás con una sonrisa, colocando sus brazos al rededor del cuello de su pololo.-Me gustó.

-Ah si?.-Preguntó el enojón con una leve sonrisa mientras lo observaba.-Me alegra saberlo, porque a mí nadie me dice que hacer o que no.

-Y yo?.-Preguntó el moreno algo curioso, mientras acariciaba la parte de atrás del cuello de su pareja.

-Bueno, una excepción no más.-Dijo el señor Navarro todavía con aquella sonrisa.-Tenemos que ir a mi casa, porque estoy seguro que si seguimos así, nos devolveremos a tu departamento, y bueno, me mandaste una indirecta sobre que querías ir, así que no quiero decepcionarte.

-Yo no...

Jaime le dio un pequeño beso en los labios para luego mover un poco a su novio para abrirle la puerta del copiloto a este.

Nicolás rió y solo entró al auto en el asiento del copiloto. Jaime cerró la puerta con un poco de fuerza para luego abrir la puerta de atrás de su auto para dejar el bolso. Cerró esta y se dio la vuelta para subirse a su auto en el asiento del conductor. Apenas lo hizo, cerró la puerta, encendió el auto y comenzó a conducir hacia su casa.

Boss (Jainico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora