04.-

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POV Omnisciente

Cuando terminaron de almorzar, Jaime pagó todo y le dejó la propina a su amigo. Luego de aquello, el moreno volvió a tomar el brazo del enojón sin que este le dijera algo  causando que olvidara lo que había pasado en el almuerzo con el moreno. Se dirigieron a la salida y el mesero les dijo algo.

-Espero verlos otra vez.-Dijo el amigo de Jaime con una sonrisa dirigida a este y al moreno.

Jaime miró a Nicolás, como esperando que este dijera algo.

-Sí, tal vez volvamos.-Dijo el secretario de Jaime con una leve sonrisa, evitando la mirada de su jefe.

El mesero le pegó un codazo a Jaime haciendo que este lo mirara mal, pero aún así el moreno no se dio cuenta de aquél gesto.

El enojón con el moreno salieron del restaurant y se dirigieron al auto de el primero en ser nombrado. Jaime le sacó la alarma a su auto y le abrió la puerta a su secretario, causando que este lo mirara mal para luego subirse al asiento del copiloto. Jaime, como antes, cerró la puerta y se dio la vuelta para subirse al asiento del conductor. Cerró la puerta y de inmediato encendió el auto para comenzar a conducir.

-Así que, qué tienes que hacer después del trabajo?.-Preguntó el señor Navarro sabiendo que el moreno iba a estar algo desconcentrado, así que le diría la verdad.

-Nada en realidad, tal vez ver una serie... Mierda.-Respondió Nicolás sabiendo lo que el enojón acababa de hacer.

-Así que eso es estar ocupado?.-Preguntó Jaime con una sonrisa divertida pero sintiendo un ligero dolor en su pecho, sabiendo que Nicolás prefería hacer cualquier cosa en vez de salir con él un rato.

-Ó sea, si?.-Dijo el moreno algo dudoso, mirándolo unos segundos.-Lo siento por mentirte pero...

-Esta bien, no importa.-Dijo el enojón ahora con un rostro y tono completamente neutro.

-De verdad lo siento.-Dijo el pequeño moreno todavía mirándolo mientras se colocaba el cinturón.-Quieres que te coloque tu cinturón?

-No, déjalo así no más.-Respondió su jefe concentrándose en el camino, sin ni siquiera mirar un segundo a Nicolás.

Notaba que algo le había pasado a su jefe, ya que era obvio que antes no se estaba comportando así.

-Edgar me dijo algo hoy.-Dijo el pequeño secretario, causando que el enojón se tensara completamente.

-Qué cosa?.-Preguntó el señor Navarro mirándolo unos segundos, casi teniendo miedo de oír la respuesta.

Nicolás pensó muy bien lo que Edgar le había dicho y creyó de nuevo que era una estupidez, así que de inmediato inventó una excusa.

-Que te pasaba algo, al parecer estabas más enojado de lo normal.-Dijo el secretario de Jaime, respondiéndole segundos después.

-Más enojado de lo normal?.-Preguntó Jaime con un tono algo divertido.-Tan enojón creen que soy?

-Ó sea tú no te enojas conmigo, pero sí puedo ver como tratas a las otras personas, así que, supongo que sí.-Respondió Nicolás siendo sincero con su jefe.

-Cierto, no me enojo contigo.-Dijo el jefe de Nicolás casi en un murmuro, como si estuviera pensando en algo.

-Y entonces, te pasa algo?.-Preguntó el moreno algo curioso. Aunque fuera una excusa, aún así sabía que algo le pasaba a su jefe.

-Bueno, es algo complicado.-Dijo el enojón mirándolo unos segundos, haciéndole entender que sí pasaba algo.

-Puedes contarme.-Dijo el pequeño moreno siendo amable con su jefe.

-Estoy enamorado, Nicolás.-Dijo el señor Navarro con una pausa.-Completamente enamorado y no sé que hacer.

-Bueno, puedes hablar con ella...

-Él.-Corrigió Jaime, interrumpiéndolo.

-Bien, puedes hablar con él, invitarlo a salir, obviamente no ser enojón...

-He hecho todo eso, créeme, pero de alguna manera u otra, siempre inventa alguna excusa e intenta evitarme a toda costa.-Dijo el enojón otra vez interrumpiéndolo, sabiendo que más iba a decir.-Intento ser amigable, ser una mejor persona con él pero parece que nada de eso importa.

-Tal vez deberías dejarlo ir.-Dijo el pequeño secretario mirándolo.-Si él no aprecia todo eso, habrá alguien que sí lo hará.

-Tú crees?.-Preguntó su jefe mirándolo fijamente por unos segundos.

-Sí, realmente lo creo Jaime.-Respondió el secretario del enojón siendo honesto con este.

-Puede ser que te haga caso.-Dijo el recién nombrado como si le costara aquello.

-Así que él te tiene así? Debe gustarte mucho como para llegar enojado y cosas así.-Dijo Nicolás con una ligera sonrisa pero sintiendo un extraño sentimiento en su interior. Un sentimiento que no le gustaba para nada.

-Como te dije Nicolás, estoy enamorado de él.-Dijo Jaime con una ligera sonrisa, notando que su secretario no era para nada bueno con las indirectas.

-Lo conozco?.-Preguntó el recién nombrado algo interesado en el tema por alguna razón.

-Lo conoces mejor que nadie.-Respondió el enojón, sabiendo que Nicolás nunca sabría a quien se refería.

-Al Manu?.-Preguntó el moreno algo confuso.

-Gaete me sacaría la cresta si fuera él.-Dijo su jefe tomándose una pausa para luego continuar hablando.-Obviamente no lo es.

-Naiko?.-Preguntó el pequeño moreno, intentando pensar en alguien más.

-No estas ni cerca de adivinar.-Dijo el señor Navarro con una sonrisa divertida.

-Bien, me rindo.-Dijo el pequeño secretario con una pausa.-Me contarás?

-Por qué tan interesado en el tema, cariño? Acaso quieres eliminar a tu competencia?.-Preguntó Jaime con una leve sonrisa, sabiendo que aquello no tenía sentido ya que hablaba del mismo Nicolás como la "competencia".

-No, nunca.-Respondió el secretario de Jaime rápidamente.-Solo soy curioso.

-No me engañas cariño.-Dijo el enojón con una sonrisa, molestándolo.-No tienes que colocarte celoso, amor.

El moreno lo miró fijamente y se rió no más, en realidad no le dijo nada.

Jaime sonrió al escuchar la risa del moreno y lo miró unos segundos, amando aquél sonido en realidad. Además, el pequeño moreno nunca le había dado el placer de escuchar ese sonido, siempre estaba serio cerca de él o irritado por las cosas que le decía.

-Te quiero pedir algo Nicolás.-Dijo su jefe de repente, llamando la atención de este.

-Dime Jaime.-Dijo el anteriormente nombrado mirándolo con atención.

-Puedes reírte más cuando estás conmigo? O sonreír?.-Preguntó el señor Navarro con una pausa.-Me gusta mucho.

-Te gusta que sonría o ría?.-Preguntó Nicolás algo sorprendido.

-Sí Nicolás, nunca lo haces cuando estas conmigo.-Contestó Jaime tomándose un momento para seguir hablando.-Igual no es necesario que lo hagas, solo era una petición.

El moreno lo miró unos segundos y le sonrió ligeramente. No era una sonrisa forzada o falsa, causando que Nicolás empezara a extrañarse por su mismo comportamiento, sabiendo que odiaba a Jaime.

Boss (Jainico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora