001 vacío

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Louis estaba muerto; bien muerto. Yo mismo lo había visto, y nadie me lo podía negar. Mis manos temblaban y parecía que el corazón fuese a salir disparado de mi pecho. Vacilante, tomé la carta en mis manos y leí.

"Hola, Harry.

Me imagino tu cara en este momento, y espero que no estés llorando. No sé cómo comenzar esta carta, si te soy sincero, porque, ¿cómo puede un muerto comenzar una carta?

Lamento mucho si llego a ser muy cruel a veces. Es díficil controlarse cuando estás escribiendo una especie de carta de suicidio. Oh, lo siento otra vez. Será mejor que me centre en el tema ahora. Para cuando leas esto, yo ya no estaré respirando, y mi corazón habrá dejado de bombear sangre. Aunque puede ser que me arrepienta de todo esto, tire la carta a la basura y muera sin dejar pista alguna de lo que pasó. Pero me parece aún más cruel, y dudo que vaya a hacer tal idiotez. Sobre todo contigo.

En fin, Harry, si estás leyendo esto, es porque estoy dispuesto a explicarte porqué hice lo que hice (y ambos sabemos de lo que hablo, no creo que haya necesidad de mencionarlo muy a menudo.)

He separado los hechos en cartas, que te irán llegando poco a poco, a la dirección de nuestro buzón. Aunque ya no será nuestro, sino tuyo. Perdón si te confundo con los tiempos verbales, eso también es algo muy difícil. ¿Debería hablar en pasado o en presente? ¿Tal vez en futuro?

Llevo planeando esto desde hace mucho más tiempo el que puedas llegar a imaginar, y todavía me parece increíble que ninguno de ustedes (y con "ustedes" me refiero a mi familia, nuestros amigos, y a tí) haya notado las 'señales' de mi etapa pre-suicida y suicida. Aunque, menos mal que no las notaron. Hubieran tenido que internarme en algún centro psiquiátrico y eso hubiese sido catastrófico.

Me gustaría aclararte que estas cartas no le llegarán a nadie aparte de tí, Harry, a no ser de que tú quieras mostrárselas a alguien (y estás en todo tu derecho de hacerlo.) No le dejé cartas ni a Zayn, ni a Liam, ni a Niall, ni a mi madre, ni a mi padre, ni a ninguna de mis hermanas. ¡Deben estar decepcionados de mí! Pero, ¿qué puedo decir?

¡Hey! Estoy llegando al final de la hoja, y a éste bolígrafo se le está acabando la tinta. Cómo puedes ver, no te expliqué en ningún momento alguna de las razones de mi desición. Eso vendrá más adelante, te lo prometo, amor. Ten paciencia y confía en mí, ¿alguna vez te he mentido?

Tuyo siempre, 

Louis."

Había estado aguantando mis lágrimas mientras leía la carta, pero al llegar al final, no pude retenerme más. Solté la hoja, que cayó suavemente en la mesa de la cocina, y hundí mi cara en mis propias manos, para así comenzar a llorar. Lo extrañaba demasiado, no había salido de mi casa desde que, y no podía controlar mis propios sentimientos. ¿Esto era en serio? ¿Louis me había escrito cartas?

Releí el texto, porque no lo podía creer. ¿Debería estar feliz o triste? ¿Emocionado o molesto? Quise romper aquél inocente pedazo de papel en miles de trozos, botarlos a la basura, o quemarlos. Pero me faltó valor.

Leí las palabras de Louis por tercera vez, y casi podía jurar que escuchaba su dulce voz susurrándome al oído las líneas que él mismo había escrito hace quién sabe cuanto tiempo.

¿Cómo es posible que ninguno de nosotros notara algo extraño en la actitud de Louis?

Ahora, después de que no haya vuelta atrás respecto a la vida de él, me doy cuenta de todas las cosas de las cuales debí (o debimos) percatarnos. Él empezó a regalar sus pertenencias, hablar mucho de sus parientes muertos, y a estar distante.

¡¿Cómo pude ser tan ciego?!

Salí corriendo de la cocina, a pesar de que estaba solo en la casa. Estaba actuando como si hubiera un demonio dentro de aquella carta, pero me sentía como si Louis estuviese junto a mí, vigilándome.

Pensé en el día en el que él había muerto. En su última semana de vida, Louis había estado muy distante. Cuando lo quería abrazar o besar, él buscaba la forma de evitarme. Ése día, Gemma se iba de viaje a Brasil. La acompañé al aeropuerto, pero Louis no quiso ir con nosotros. Al despedirme de él, me abrazó muy fuerte, y cuando nos separamos y lo vi a los ojos, noté que éstos estaban algo rojos y húmedos, como si estuviese reteniendo las ganas de llorar. No creí que aquello fuera de importancia, pero más tarde lo entendí; Louis estaba llorando porque sabía que esa sería la última vez que me vería y viceversa. Cuando regresé, ya en la tarde, pensé que había salido al supermercado o algo por estilo, ya que la casa estaba aparentemente vacía. Fue entonces cuando fui al baño, y me encontré a aquel chico de ojos azules al cual había amado tanto, muerto sobre la cerámica azul, con un frasco de pastillas para dormir, completamente vacío, a su lado.

Sacudí mi cabeza, intentando alejar esos pensamientos de mi mente.

—¡No!— Le grité a las paredes del pasillo.

Si estaba reaccionando así con una carta, ¿cómo sería con las demás? ¿Cumpliría Louis su promesa, y me explicaría el porqué de su desición? Además, ¿cómo las cartas llegarían a mi buzón? Demasiadas preguntas que son imposibles de responder con el primer breve texto de mi novio.

Intenté calmarme, respiré lentamente y volví a entrar a la cocina. Vi la carta colocada sobre la mesa de la cocina y suspiré. Me serví un vaso de agua fría y tomésu contenido completo de un solo sorbo. La cabeza me dolió muy fuerte durante unos segundos muy largos debido a la baja temperatura del agua.

Haciéndole caso omiso a la carta, de nuevo, volví a salir de la cocina y subí a mi habitación. Al abrir la puerta, miles de sensaciones me invadieron. Desde la muerte de Louis, hacía dos semanas, no había vuelto a entrar al cuarto que ambos compartíamos. El sofá de la sala se volvió mi cama y he estado usando la misma ropa. No he salido de casa. ¿Para qué? Mi vida perdió su rumbo, su sentido.

Jamás creí llegar a admitirlo algún día, pero sin Louis, estoy incompleto. Aquellas expresiones de "mi otra mitad" o "no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes", las cuales yo siempre había considerado ridículas, al final, si tienen sentido. Cuando te enamoras, te pegas emocional y físicamente a esta persona, y, cuando ya no puedes estar con ella, sientes un vacío.

Un vacío que te mata poco a poco.

cartas para harry ; stylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora