005 bastardo horan

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Antes de comenzar con el capítulo, me gustaría decir varias cosas: uno, llevo una semana sin actualizar y me siento la peor persona de este planeta, soy espantosa, pero bueh, espero que me perdonen, *inserta cara linda*, y lamento no poder haber hecho el capítulo más largo. Y dos, en mi opinión, este capítulo es algo fuerte, tiene muchas malas palabras y una escena de violencia algo explícita. No soy precisamente buena describiendo escenas de peleas salvajes xd pero hago lo que puedo.

Ya que están advertidos, los invito a leer, votar y comentar. Gracias :)

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Maldito sea Niall Horan. No me importa que tan borracho estuviera, es un idiota. Un estúpido. Tal vez, si no fuera por él, Louis no hubiese muerto. ¡Por su culpa mi novio se suicidó! El muerto debería haber sido él. Asqueroso traidor.

Prometo que lo próxima vez que lo vea, será para ahorcarlo con mis propias manos. ¡¿Por qué lo besó?!

Me percaté de que mi respiración no tenía un ritmo normal. Suspiré e intenté calmarme. 

Louis me había pedido que no culpara a Niall. ¿Está loco? ¡Obviamente lo voy a culpar! Odio a ese rubio teñido, odio a Liam por organizar la reunión, odio a Zayn por comprar el alcohol, y me odio a mí mismo por tomar la botella de cerveza y no parar. Si no hubiera tomado nada aparte de agua, esto no habría ocurrido.

Niall no hubiese besado a Louis, Louis no se hubiese culpado de ser mal novio, y no se hubiese suicidado.

¿Yo soy el culpable? ¡Joder! ¿Aguantaría todas esas cartas sin sentirme horrible y reprimiendo la sensación de acompañar a Louis en el otro mundo?

Un momento. ¿Acabo de plantearme la opción del suicidio? Estoy mal. Tal vez debí seguir el consejo de Zayn, ir a un psicólogo, que me ayude. No es mala idea, estaría bien.

"....Niall me besó. Simplemente se acercó a mí, y, sin decir nada, posó sus labios contra los míos."

Con sólo recordar las palabras escritas con la perfecta caligrafía de Louis, me daban ganas de golpear mi cabeza contra el suelo una y otra vez.

Escuché la puerta abrirse y me incorporé, asustado.

El muy hijo de puta de Niall entraba por la puerta. Al principio estaba confundido; pensaba que era un sueño. Luego recordé que cada uno de los chicos tenía una copia de la llave de la casa, las cuales les había entregado poco después de la muerte de Louis, "en caso de que alguna emergencia sucediera".

Maldecí internamente al destino por hacer que fuera justamente Niall aquél que entrara por la puerta, y no otro. Sin controlar mis impulsos, me levanté y corrí hasta el chico, echo una completa furia.

—¡Maldito bastardo!— Llegué a su lado antes de que él pudiese decir algo, o siquiera procesar la información, y lancé un puñetazo a su cara, el cual él esquivó ágilmente.

—¿¡Qué mierdas te pasa!?— Preguntó alterado. Lo perseguí, en busca de intentar golpearlo, de nuevo. —¡Para Harry! ¡Me vas a golpear!

Y eso es justo lo que quiero, pensé. Alcé mi rodilla, y ésta impactó justo en la entrepierna de Niall, haciendo que cayera al suelo, gimiendo de dolor. Aprovechando su momento de debilidad, me agaché para estar a su altura y comencé a darle puñetazos en la cara. Me dejé llevar, estaba sentado a horcajadas sobre él, y no paré hasta percatarme de que mi amigo sangraba por la boca y la nariz.

Me aparté rápidamente y me levanté. Contemplé mis manos, manchadas de sangre de Niall.

¿Qué acababa de hacer? Fijé mi vista en el cuerpo débil de mi compañero, y las lágrimas amenazaron con salir de mis ojos. Lágrimas de culpa.

—¡Niall! ¡Lo siento! ¡Mierda!

Lancé mi cuerpo contra el suelo y mi cerebro envió las señales necesarias a mis extremidades para que chequearan que Niall no estaba en una cuestión de vida o muerte.

—¡Niall! ¡Responde!

—¡Harry! ¡Idiota! ¿Qué fue eso? ¡Vete al demonio!

—¡Lo siento!— Alcancé a decir mientras corría a la cocina en busca de hielo, agua, alcohol, vendas, o cualquier cosa que sirviera para aliviar el sangrado. Agarré todo el hielo que había en el congelador, varios paños y regresé a la sala dando grandes zancadas.

—A-aquí tienes.— Tartamudeé nervioso, mientras le tendía el hielo.

—Estúpido, me acabas de joder a golpes, no puedo moverme. Después me explicarás porqué carajos hiciste lo que hiciste, pero ahora ayúdame. Creo que tengo un diente roto.

Alarmado, me incliné sobre Niall y coloqué el hielo sobre su mejilla sangrante. Luego unos paños taparon las heridas de su labio, su frente y  su nariz.

—Niall... lo siento tanto...—Sollocé.

—Sólo... cállate, y ayúdame a sentarme en el sillón.

Acatando sus órdenes, le tendí mi mano para que se impulsara y pudiera levantarse. Después de varios intentos y unas cuantas muecas de dolor, lo logró. Se dejó caer en el sillón y suspiró adolorido.

—Ahora, explícame.— Yo me pasé mi mano derecha por mis rulos, apenado, y decidí contarle todo.

—Yo no besé a Louis— Me aseguró, después de haberle contado toda la historia de las cartas, las fotos, y el "beso".

—Louis asegura que estabas borracho.

—¡Pero yo jamás habría hecho eso! ¡Ni borracho, ni sobrio!

—Pero lo hiciste...— Dije, en un intento casi fallido de mantener la calma.

—No, no, no, ¡No! ¿Por mi culpa él se...?— Su voz se cortó.

—No fue por tu culpa... Louis explicaba que eso sólo fue un pequeño factor, hay muchas otras cosas...

—¡Soy una mierda de persona! ¡Merezco morir!

—N-no digas eso. Por favor.

—Hagamos algo— Comenzó a decir Niall. —Olvidemos que me golpeaste, ¿vale? Te entiendo. Yo también lo hubiese hecho. Emm... debo pensar lo que me acabas de decir. ¿Te molesta que te deje solo? N-no lo tomes a mal, es que... necesito organizar las cosas en mi mente. Yo, lo siento. Lo siento con toda mi alma. Pero, debo analizar todo esto.

Ambos guardamos silencio por unos largos segundos.

—No hay problema, Niall. Te agradezco el hecho de que me perdones y me entiendas, pero, no tengo palabras para justificarme. Yo... me dejé llevar por la rabia.

—No necesitas excusas. Déjalo así. ¿Tienes comida?

—No mucha. —Confesé, apenado.

—Mañana vendrá alguno de nosotros a traerte algo.— El rubio se levantó del sillón y se dispuso a salir.

—Niall...— Me interrumpió con un movimiento de mano y cabeza.

—No digas nada más.— Su dedo pulgar izquierdo recorrió la herida semi-abierta de su labio. Una punzada de remordimiento me atacó.—Nos vemos, Harry. Pasa buena noche.

Giró el pomo de la puerta, salió y se fue. Escuché el motor de su auto encender y alejarse por la carretera. Miré al suelo y apoyé mi frente en la pared. Me maldecí internamente por todo y suspiré resignado.

Subí al segundo piso y me bañé por primera vez en treinta y seis horas.

Al salir del baño, eran las diez de la noche. Por enésima vez, dormí en el sofá del living, con la diferencia de que no usé la televisión como remedio para mi insomio. Apenas posé mi cabeza en la almohada que tenía provisionalmete ahí, caí rendido.

cartas para harry ; stylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora