No comenté nada acerca del mensaje de texto. Decidí que eso sería algo que debía arreglar yo, por mi propia cuenta. Esperaría unos días a salir del hospital, luego que los chicos se aseguraran de que me alimentara bien. Entonces... entonces averiguaría quien era la persona que se escondía tras la cobarde máscara del número privado.
Era un plan perfecto, que requería de tiempo. Pero con el pasar de los años, yo había aprendido a esperar. Ahora sé que lo mejor llega cuando tiene que llegar. No podemos apresurar las cosas, y punto.
Y yo esperaría, muy tranquilamente, el momento oportuno para desmantelar todas las dudas que me carcomían por dentro.
Cuando Liam me entregó la carta, le pedí a los chicos que salieran de mi habitación. Quería estar solo.
"¿Acaso me atraían los hombres?"
"La pareja más romántica del campus"
"¿Lo recuerdas, Harry? ¿ La primera vez que nos vimos?"
"...evitaste mi primer intento de suicidio."
"... no sé si agradecerte u odiarte por eso."
Hipaba y las lágrimas inundaban mi cara. Pasé el dorso de mi mano por mi boca, y quedó llena de saliva. Ahogué un gemido. Luego Niall entró, seguido de Zayn y de Liam. Los tres me abrazaron. Y seguí llorando aún más fuerte, porque no sabía que más hacer.
¿Si seguía así, estaría dispuesto a recibir todas las cartas?
Los brazos de Liam me estrechaban de derecha a izquierda de mi cuerpo; Niall al contrario, y Zayn estaba en una posición extraña e incómoda. Me retorcí en mi lugar para darles a entender de que ya estaba un poco mejor.
Se separaron de mí y se incorporaron. No preguntaron nada sobre la carta, cosa que agradecí inmensamente.
<><><>
Al día siguiente regresé a casa. Zayn se ofreció a quedarse conmigo esa noche. Él mismo cocinó una comida completa: ensalada césar, arroz con carne, y hasta una torta de chocolate. Sin duda, la primera vez que me alimentaba sanamente desde lo de Louis. Procuramos comer en silencio, hablando o comentando justo lo necesario. Cada media hora Liam o Niall llamaban a la casa para saber como iban las cosas, si había comido, si había llorado... Creo que exageraban, pero también los entendía. Su amigo viudo casi muere desnutrido.
A las diez de la noche decidí que iría a dormir. Le dije a Zayn, rezando internamente porque el moreno diera su jornada de "cuidar-a-mi-amigo-depresivo", por terminada. Si se marchaba a su casa, yo podría llorar en paz.
—Está bien. Yo dormiré en la sofá.
Pero soy yo el que duerme en el sofá, pensé. ¿Acaso Zayn me haría pasar la noche en el cuarto? Él no sería tan cruel.
—Pero... yo duermo en el sofá desde que...—Zayn me interrumpió.
—¿No crees que ya es hora de... intentar lidiar con el hecho de que Louis ya no volverá?
No respondí. Si lo hacía, comenzaría a gritar y a llorar, y no quería eso. Ninguno de los dos lo quería.
—Hagamos algo— Dijo Zayn. —Vamos al cuarto, te cambias de ropa, te cepillas los dientes, y te acuestas en la cama. Si quieres, yo me quedo contigo. Si no, me iré a la sala. Y si no puedes dormir o te es muy duro estar en la habitación... vas a la sala y yo veo donde duermo, ¿vale?
Asentí con la cabeza. Ambos subimos poco a poco al segundo piso de la casa y nos quedamos en el pasillo unos segundos. Luego caminamos y nos quedamos frente a la puerta de la habitación.
—¿Listo?— Preguntó mi amigo.
Volví a asentir con la cabeza por enésima vez en el día. Zayn agarró el picaporte con una mano, mientras que con la otra sujetaba mi brazo, dándome fuerzas. Empujó la puerta hacia adentro y el cuarto quedó frente a nosotros. Presionó el interruptor de luz
Respiré hondo. La cama estaba tendida, el armario cerrado, la televisión apagada, las persianas corridas. Tal y como yo lo había dejado la mañana antes de la muerte de Louis. Las lágrimas amenazaron con salir de mis ojos, pero gracias a un esfuerzo sobrehumano logré retenerlas. Zayn también se conmovió, y él no se preocupó en evitar llorar. Varias lágrimas caían por sus mejillas. Lo abracé por los hombros y el hizo lo mismo.
—Yo... lo siento tanto—Su voz se cortó por el llanto.—N-no había llorado desde que...—Volvió a quedarse callado.
Un momento, ¿Zayn no había llorado por Louis hasta ahora? Lo abracé más fuerte aún, haciéndole saber que, así como yo sabía que él estaría conmigo en las buenas y en las malas, como ahora, yo haría lo mismo. Zayn me soltó y me miró a los ojos. Se pasó las manos por la cara, intentando borrar las evidencias del llanto, pero era innegable. En pocos segundos, su nariz se había puesto muy roja, al igual que sus ojos y parte de su cara. Sus labios estaban húmedos y sus mejillas también.
Quise abrazarlo de nuevo, pero el negó con la cabeza.
—Déjalo así. ¿Dónde está tu ropa?
Tendría que abrir el armario, donde aún estaba la ropa de Louis, con sus células, con sus gérmenes... con su olor. Y me reusaba a eso.
—Puerta derecha del armario, tercer cajón.
Zayn se dio la vuelta y abrió la puerta de dicho armario. Yo cerré mis ojos. Esperé a que el moreno me entregara la ropa en la mano para abrirlos.
Mierda, la ropa que me había dado era de Louis. Mis manos comenzaron a temblar, al igual que mi labio inferior. No podía apartar mi vista de aquél pijama.
—Harry... ¿ocurre algo?— Preguntó Zayn, ajeno a la guerra de emociones que ocurría en mi mente en esos momentos.
—E-esta ropa... e-era de L-Louis— Tartamudeé. La boca de Zayn se abrió por la sorpresa.
—H-Harry... lo siento tanto... yo, yo no quería... dame la ropa, sacaré otra.
Él estiró los brazos, en señal de que le diera el pijama, pero me negué.
—No importa.
—Harry... eso no te hará bien.
—Zayn, quiero dormir con esto.— Respondí, aferrando la ropa contra mi pecho. Zayn se dio por vencido y suspiró.
—Está bien. ¿Te cambiarás en el baño o aquí?
—En el baño.
Salí de la habitación y me dirigí al cuarto de baño. Cerré la puerta tras de mí y suspiré. Presioné la camisa azul cielo contra mi nariz e inhalé fuertemente.
Louis, Louis, Louis, Louis.
Un olor imposible de describir. Sin duda, mágico. Miré mi reflejo en el espejo y me percaté de que estaba llorando. Con el dorso de la mano derecha, limpié con rabia las lágrimas. No quería que la camisa se mojara. No. No dejaría que nada le pasara.
Cambié mi ropa y me senté en la cerámica del baño a seguir llorando. Apoyé mi frente en mis rodillas y las abracé. Al rato, escuché que tocaban a la puerta.
—Harry, ¿estás bien?
—Déjame en paz, Zayn.—Lamenté haberle hablado así, pero no dije nada. Escuhé como suspiraba y volvía sobre su pasos. Liberé el nudo de mi garganta con un sollozo y soné mi nariz. Los ojos me ardían.
Y por primera vez en mi vida, quise morir de verdad. Alcé la vista y mis ojos se posaron por error en mi navaja de afeitar.
En el momento en el que el filo cortó mi piel, pude sentir la mirada culpable de Louis desde algún lugar del firmamento.
ESTÁS LEYENDO
cartas para harry ; stylinson
Fanfiction"dice que, a pesar de que ya no piensa en el suicidio, la muerte es lo mejor que le podría pasar"