006 el puente abandonado

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"Hola Harry.

Aquí estoy yo, de nuevo. Tal vez te interese saber que estoy escribiendo en la biblioteca pública. Hay algunos estudiantes en las mesas cercanas a la mía. Si me han visto, saben que estoy escribiendo algo. Pero no saben qué. Y la idea, se me hace bastante graciosa. ¿Qué deben estar pensando esos estudiantes ahora, en el momento en el que estés leyendo la carta? ¿Sabrán de mi muerte? ¿Habrán visto algún anuncio de periódico? ¿O no? ¿Saben que me suicidé? No lo sé, y obviamente jamás lo sabré. Igualmente, la situación me sigue pareciendo entretenida. Perdona si fui algo cruel, pero, cuando has tomado una decisión como yo ya lo hice, la única opción que te queda es bromear sobre ella. Irónico, lo sé.

Te escribo todo esto de que estoy en la biblioteca pública porque me recuerda a la biblioteca de mi instituto. Y mi instituto me trae horribles recuerdos, pero que son necesarios para escribir esta carta. Podríamos decir que me inspira. Sí, la biblioteca pública me inspira.

A los catorce años, estás tan preocupado por estupideces como lo son los amigos o las chicas, que no te centras en tus estudios. El problema es que yo no tenía ni amigos, ni novia. No me gustaba ninguna chica, todas me parecían muy superficiales o muy descuidadas. Había tenido amigos en los inicios de mi época escolar, pero los fui perdiendo poco a poco. Así pues, yo era el típico chico de las películas norteamericanas baratas que se sienta al final de la clase porque tiene miedo de los demás, aquél que escucha con sumo cuidado a los profesores, el que toma apuntes de todas las clases... y, obviamente, el que tenía mejor promedio. Mis calificaciones eran excepcionales, la envidia de todos. La única diferencia de mi vida adolescente con la vida del chico de la película, es que no me encuentro con ninguna chica o ningún compañero que me ayude a mejorar. No me hago popular, no consigo a la pareja de mis sueños en el último año del instituto. Me quedo como el invisible por el resto de mi estadía académica.

Invisible hasta el momento en el que comienzo a ser la 'marica' del colegio. Claramente, como el único hombre que no ha tenido novia conocida, los demás comenzaron a dudar de mi sexualidad y comenzaron las burlas en los pasillos. Al principio, las ignoraba. Pero después, yo mismo me cuestionaba internamente. ¿Acaso me atraían los hombres?

Ahí comenzó todo. Hasta el momento de mi graduación, tuve la misma duda. Entré a la universidad, y conocí a Patrick. Fue mi primer amigo, y en poco tiempo nos hicimos novios. 'La pareja más romántica del campus', nos llamaban. No me molestaban por el hecho que de fuese homosexual, al contrario, parecían respetarme. Pero entonces, después de casi un año de relación, Patrick me terminó. 'Debemos darnos espacio', ¿quién no ha escuchado esa excusa? Es la más ridícula, repetida y cliché del mundo. Creo que hubiese sido mejor que simplemente Patrick me hubiese dicho: 'Esto no está funcionando, mejor lo dejamos hasta aquí'. Pero no, mi primera relación de pareja culminó de la forma más comercial posible.

Después de eso, me deprimí. Faltaba a clases, mis notas bajaron, mis escasos amigos se alejaron... Dejaba de comer por períodos largos e inconstantes. Bajé muchísimo de peso, estaba pálido, tenía ojeras. Podía pasarme todo el día acostado en mi cama, mirando al techo, reflexionando sobre la vida y la muerte, el destino, el karma, las decisiones, las relaciones de pareja, el amor, el odio, y las cosas más extrañas y profundas que podrías imaginar.

Me contagié con distintas bacterias por mis repentinos cambios de hábitos alimenticios. Desde gripe hasta anemia tuve. ¿Horrible, no?

Bueno. Un día, mientras me encaminaba a mi clase correspondiente, decidí ir al baño. Inocentemente, me dirigí hasta la puerta identificada con un muñeco masculino azul y giré el pomo. ¿Qué fue lo que me encontré?  Vi a Patrick besándose con una chica. Ni siquiera recuerdo su nombre. La chica estaba acorralada contra la pared, y, a juzgar por la intensidad del beso, de haber llegado dos minutos más tarde, los hubiera encontrado en una situación mucho más comprometedora. Ninguno de los dos me vio. Yo salí corriendo, mientras las lágrimas llenaban mis ojos. Me impedían ver, todo estaba borroso. No tropecé con nadie porque los pasillos estaban vacíos, todos habían entrado a clase.

No entendía nada, estaba totalmente confundido. Nosotros habíamos terminado, pero yo aún sentía algo por él. Rencor, atracción o repugnancia, no estaba seguro, pero una extraña sensación no me permitía olvidarme de él. Estaba besando a una chica. Me hubiese esperado a un chico, pero no, era una chica. Estaba muy consternado, no sabía que pensar. Y era desesperante.

Salí del edificio y seguí corriendo. La universidad quedaba cerca de la entrada de un solitario y casi abandonado parque, al cual yo siempre iba cada vez que tenía la oportunidad. Ahí había un hermoso puente de piedra, lleno de moho y hongos algo asquerosos. Ese puente era lo único que ocupaba mi mente en esos momentos.

Y estaba a punto de llegar, cuando choqué contigo.

¿Lo recuerdas, Harry? ¿La primera vez que nos vimos? Jamás hablamos de eso, yo siempre esquivaba el tema.

¿Recuerdas que tenía los ojos hinchados? ¿Que algunas lágrimas bajaban por mi rostro? ¿Que mi voz salía ronca debido al llanto? Nunca me preguntaste que me pasaba, simplemente te limitaste a decirme que todo estaría mejor, que no debía llorar más.

Harry, nunca lo supiste, pero evitaste mi primer intento de suicidio.

¡Así es! Y gracias. ¿Te imaginas que hubiese acabado con mi vida por Patrick? Jamás te hubiese conocido... Y todo sería diferente. No sé porqué estabas ahí. Tal vez estabas dando un paseo, o cruzaste por el parque mientras te dirigías al supermercado. Pero el punto es que yo corría, no te vi, y chocamos. Nos disculpamos mutuamente, y tú preguntaste mi nombre. Luego mi edad. Y después, me suplicaste que dejara de llorar. Yo miré al suelo, tú agarraste mi mentón y elevaste mi mirada. Vi tus ojos verdes por primera vez, y desde ese momento estuve perdido.

Mi idea original era bastante simple: Llegar al puente, llorar mucho, y lanzarme. Una decisión poco elaborada, tomada en pocos segundos. Pero al fin y al cabo, efectiva. Y eso hubiese hecho, si tu no te hubieras puesto en mi camino.

Si te soy sincero, Harry, no sé si agradecerte u odiarte por eso."

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Holaaa, explicaré algo: este capítulo fue corto, como pueden ver. Hice todo lo posible por alargarlo, pero no pude. El capítulo tenía que ser así, una carta entera. Más adelante entenderán ((Perdonen por no subir ayer, como había prometido, pero Wattpad estaba fuera de servicio y ni siquiera pude chequear mi perfil, lo siento mucho, aquí tienen su capítulo))

Gracias por leer :)

cartas para harry ; stylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora