011 dos voces

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Entré a la casa por la puerta trasera y fui a la sala. Zayn estaba sentado en el sofá, pero sin ni siquiera ver la televisión. Pagaría por saber que pensaba en ese momento.

—Eh, Zayn— Lo llamé. Él volteó a verme, e intentó sonreír. Pero, claro; no lo logró. Yo no hice nada.

—Y... ¿qué tal la carta?

—¿Qué quieres que te diga?

—Olvídalo.

Suspiré y fui a la cocina por un vaso de agua. Mientras bebía, observé el reloj de pared. Marcaba las nueve y veinticinco de la mañana. Por alguna razón, no sentía sueño, a pesar de que había pasado toda la noche en vela. Ironías de la vida, me imagino. Mi existencia está llena de crueles y constantes ironías.

Regresé a la sala y el moreno seguía en la misma posición. Me senté a su lado.

—Después de almuerzo me iré a mi casa.—Me informó. No supe por que emoción optar. Por un lado, estaría solo y podría poner mis pensamientos ordenados y aclarar los mismos, pero de otra manera, estaría sin compañía alguna; y soy consiente de que una persona deprimida no es segura cuando está sola.

Pero sé que, en estos momentos, morir sería lo único que me dejaría descansar completamente.

—Está bien.— Dije. Zayn hizo una mueca que yo interpreté como alivio. Nos sumergimos en un profundo silencio que no duró más de un minuto, pero se extendió como una goma de mascar.

—H-Harry... si alguna vez quieres hablar sobre lo que sientes... o sobre cómo estás llevando la situación que todos estamos atravesando... sabes que los chicos, incluyéndome, estaremos siempre ahí para tí, ¿cierto?

Sonará extraño, pero me sentí increíblemente conmovido por las palabras de Zayn, y no supe que decir, de nuevo. Lo abracé.

—Te amo.—Dije. Sentí cómo su cuerpo se tensaba, lo que me hizo gracia.—Como amigo, claro.—Sus hombros de relajaron y me separé de él.—Sabes que el único amor de mi vida fue y siempre será Louis.

Zayn sonrió comprensivo y posó una mano en mi hombro.—Lo sé, Harry. Lo sé. Sólo que... se me hizo extraño que dijeras... eso.

No respondí.

—Voy a bañarme.— Le dije.

—Cuidado con el monstruo dentro del shampoo.—Bromeó. Y aunque había sido un chiste terriblemente malo, solté una leve carcajada, por cortesía. Sabía que lo había echo en un intento fallido de levantarme el ánimo.

Lo que ni Zayn ni nadie más sabe, es que ya no hay nada existente en este planeta que pueda levantarme el ánimo de la manera correcta.

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Salí de la ducha y froté mis rizos contra una toalla azul celeste, para luego envolver la misma alrededor de mi cintura.

La navaja está en el primer cajón de la izquierda, me informó una intimidante y grave voz proveniente del lugar más profundo y recóndito de mi cerebro. Fue entonces cuando, en mi propia mente, se entabló una especia de riña o pelea entre los dos polos de mi consciencia.

Vamos, cójela, descarga tu odio y frustración contra tu piel, decía la voz maligna.

Harry, esto está mal. Para. Louis estaría muy triste, me informaba paciente una voz tierna y aguda.

Terminé por abrir el dichoso primer cajón de la izquierda, mientras creía escuchar un llanto de una niña pequeña, opacada por una risa malévola propia de una película de terror.

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Decidí vestirme con una camisa manga larga, para evitar que Zayn viera mis escasas cicatrices. Bajé al primer piso y escuché que Zayn hablaba por teléfono en la cocina.

—...¿al mediodía en punto? Perfecto. Muchas gracias.—Trancó y yo me asomé.

—Hola Zayn, ¿con quién hablabas?

—Oh, ordené comida china. ¿Te parece?

Pensé que, aunque dijera que no me apetecía la comida china, no había manera de que mi amigo llamara de nuevo al establecimiento a cancelar el pedido. Así pues, aunque no quería comer ninguna especie de comida asiática, acepté. De todas maneras, lo único que hacían ellos era preocuparse por mí, y yo no los despreciaría.

Jugamos cartas hasta que el timbre nos anunció de que la comida había llegado. Zayn dejó sus cartas sobre la mesa y se levantó.

—Yo pago—Dije rápidamente, al adivinar las intenciones del moreno. No dejaría que me trataran como a un niño ni que se hicieran cargo de mis gastos.

Shhh...—Me mandó a callar Zayn de una manera poco convencional. Sonrió.—No, déjame. Es sólo un almuerzo.

—Pero...— No tuve tiempo de decir una palabra más, porque Zayn salió corriendo a la puerta mientras soltaba carcajada tras carcajada. Me sentí feliz por él, porque era un risa que le salía del pecho y del corazón. Esa risa que te hace que los abdominales te duelan, que llores y que la garganta te arda. La risa que sale cuando haces una excelente travesura o porque alguna persona ha dicho algo muy extraño y divertido.

Esa risa que sólo se la dedicaba a Louis. Zayn entró en la cocina con unas bolsas en la mano.

—¿Te apetece arroz especial o pollo agridulce?

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Ambos nos habíamos comido todo. Absolutamente todo, no había sobrado nada. Me sorprendí.

Eran las aproximadamente las dos de la tarde cuando Zayn se fue de la casa y me quedé solo. Y por primera vez desde la partida de Louis, tuve miedo. Miedo de hacer algo de lo que después me arrepintiera. Decidí apartar los pensamientos deprimentes de mi cerebro y quise ver una película. Por alguna razón, mi cuerpo fue directamente a mi habitación, en lugar de al sofá de la sala. Pero no me importó. Coloqué el disco de "The Kids Are All Right", y me acosté en la cama a disfrutar de la película.

Lástima que no la pude disfrutar en lo más mínimo. Me insulté internamente por haber puesto un filme como lo era ése. Era sobre una pareja de lesbianas que por medio de la inseminación artificial, tenían dos hijos, del mismo donante. Los niños, al cumplir la mayoría de edad, deciden buscar a su padre. Pero, lo único relevante en esa historia para mi punto de vista, era el de la pareja homosexual. Y, aunque las protagonistas eran mujeres, y Louis y yo jamás nos planteamos tener hijos; la vida de aquellas dos mujeres tenía demasiada semejanza con la mía.

Y lloré. Lloré mucho. Maldecí al universo entero por el destino que me aguarda, por el pasado que—de una u otra manera—me perseguía, y por el simple hecho de que no podía olvidarme de Louis. Eso era todo lo que quería. Por un día, olvidarme de él.

Poder vivir como era mi vida antes de todo esto.

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Ok, capítulo un poco a 0burrido a mi parecer. Pero les advierto que el siguiente será lleno de emociones, lágrimas, y emociones mezcladas (? bueno, tampoco así. Aunque sí les diré algo; en el siguiente capítulo, la trama del fic empezará a ponerse más interesante. MUAJAJAJAJAJAJA, les he dejado con la intriga. Las quiero <3

Voten y comenten, no sean crueles. Por cierto, he publicado un fanfic de Luke Hemmings, "You Make Me", ¿podrían pasarse y darme su opinión? Lo agradecería muchísimo :)

cartas para harry ; stylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora